Qué pasa en el cerebro cuando estamos felices y cómo liberar más neurotransmisores del bienestar

Para impulsar nuestra salud mental, es importante prestar atención a aspectos cotidianos que liberan sustancias con efectos positivos o negativos.

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Felicidad
Mujer feliz al aire libre.
Foto: Freepik.

Jean-Paul Osores Bianchi, El Comercio/GDA
De todas las relaciones sociales que mantenemos con distintos tipos de personas, existen aquellas que producen un efecto positivo en nuestra vida y aumentan nuestro bienestar.

Como resultado, una tarde puede ser un momento de liberación continua de neurotransmisores de la felicidad, que brindan calma, felicidad, tranquilidad y relajación mental, o un momento de tensión, donde el cortisol o noradrenalina se incrementan. Esto da lugar a la ansiedad, irritabilidad e inhibición del apetito.

¿Cómo potenciar nuestro bienestar?

Impulsar los neurotransmisores de la felicidad no depende solamente de las personas que nos rodean. Parte de la estrategia también implica llevar una nutrición antiinflamatoria, que priorice las verduras, frutas, proteínas y grasas saludables.

La actividad física también es importante porque genera la liberación de estos neurotransmisores del placer. Caminar, bailar, andar en bicicleta o realizar cualquier deporte, de forma constante, es muy beneficioso para la salud mental.

Si ponemos esto en práctica, al llegar a fin de mes podríamos tener, por ejemplo, 10.000mg de serotonina, en lugar de solo 1000mg. La mayoría de los medicamentos antidepresivos logran resultados de este tipo, pero con efectos secundarios, como la disminución de la velocidad metabólica, la cual resulta en estreñimiento e incremento de la grasa corporal.

¿Qué efectos producen los neurotransmisores del bienestar?

Dopamina: Neurotransmisor que cumple un rol fundamental en diversas funciones del cuerpo humano, como el control del movimiento, la motivación, el placer y la recompensa. Se asocia con la sensación de gratificación y la motivación, el placer y la recompensa. Su incremento en la sangre está vinculado a experiencias positivas y refuerza comportamientos que generan placer.

Serotonina: Cumple un rol fundamental en regular el estado de ánimo, el sueño, el apetito y las funciones cognitivas. Está involucrada en la regulación de la ansiedad, la depresión y el bienestar emocional en general. Un equilibrio adecuado en su liberación es clave para promover sensaciones de felicidad, bienestar y el ánimo a tope.

Oxitocina: También conocida como el neurotransmisor del vínculo o del amor, juega un rol fundamental en las relaciones sociales, el afecto, el apego y la conexión emocional. Se libera durante el contacto físico con los abrazos y los besos. Además, durante el parto y la lactancia, genera una reducción del estrés, sensación de calma y confianza.

Factores como la aceptación, el afecto, la empatía y la compresión, contribuyen a crear un entorno emocional saludable que impulse la autoestima, la resiliencia y la capacidad de afrontar los retos de la vida.

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