Qué significa ser impuntual según la psicología y 3 consejos para mejorar la puntualidad

Hay personas que respetan los horarios a rajatabla, e incluso están aquellos que prefieren llegar unos minutos antes al sitio para tener la seguridad de no incumplir.

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Persona impuntual
Persona impuntual
Foto: Freepik

Redacción El País
La puntualidad es un valor muy apreciado, sobre todo cuando el que espera es uno mismo. Que alguien llegue tarde genera inconvenientes, molestias, impaciencia, y si esa persona es reincidente en la llegada a deshora, entonces ya el problema se puede volver algo más complejo, tanto en lo laboral como en lo personal.

Hay personas que respetan los horarios a rajatabla, e incluso están aquellos que prefieren llegar unos minutos antes al sitio para tener la seguridad de no incumplir. Aunque esto también puede ser considerado impuntualidad, porque en definitiva: ser puntual es llegar en hora, ni antes ni después.

Pero otros parecen estar predestinados a ser impuntuales crónicos. La psicología ha estudiado estas conductas y da algunas respuestas sobre cómo encarar actitudes que pueden influir mucho en la vida cotidiana.

La impuntualidad ajena puede generar impaciencia y molestia en quien tiene que esperar
La impuntualidad ajena puede generar impaciencia y molestia en quien tiene que esperar
Foto: Freepik

El sitio okdiario indica que las personas que llegan siempre temprano tienen más autocontrol, y son vistos como organizados y responsables. Su manejo del tiempo es más preciso y por ello pueden planificar mejor, de modo de cumplir con los tiempos en cada instancia.

Citado por el mismo portal, el psicólogo Oliver Burkman apunta que las personas puntuales suelen "visualizar los peores escenarios, lo que los impulsa a asignar tiempo suficiente para cualquier eventualidad". Sin embargo, indica el profesional, hay que cuidar que no se transforme en una obsesión por llegar a tiempo, algo que se puede vincular con un deseo excesivo de agradar a los demás.

Qué dice la psicología sobre las personas impuntuales

Desde una perspectiva psicológica, llegar tarde puede reflejar una serie de actitudes y dificultades emocionales. En algunos casos, puede ser visto como una falta de respeto hacia el tiempo de los demás, o una incapacidad para priorizar adecuadamente las responsabilidades. También puede señalar problemas con el autocontrol o la gestión de expectativas.

En ciertos casos, la impuntualidad puede estar relacionada con la ansiedad social. Algunas personas, al enfrentarse a situaciones sociales estresantes, prefieren evitar el contacto directo llegando tarde. Este retraso se convierte en una estrategia para disminuir el malestar asociado con la interacción social, aunque no soluciona el problema de fondo.

La impuntualidad puede relacionarse a un exceso de optimismo en el manejo del tiempo
La impuntualidad puede relacionarse a un exceso de optimismo en el manejo del tiempo
Foto: Freepik

En una entrevista con la BBC, Burkman dijo que los impuntuales pueden ser personas controladoras, que utilizan su llegada fuera de tiempo para marcar su poder o captar la atención.

Por otra parte, un estudio del Departamento de Sociología de la Universidad de San Diego, afirma que las llegadas tarde pueden tener relación con un excesivo optimismo en el manejo del tiempo. La persona confía en que llegará, pero finalmente la realidad le demuestra que no.

Un artículo de BBC Mundo cita a la doctora Diana DeLonzor, experta en manejo del tiempo, quien apunta que hay dos perfiles de personas impuntuales: "los que disfrutan de la adrenalina de hacer todo en el último minuto, y los que tienen un optimismo desmesurado sobre lo que pueden lograr en un tiempo limitado".

Tres consejos para mejorar la puntualidad

Superar el hábito de llegar tarde requiere una combinación de cambios en la planificación y la mentalidad. Algunas estrategias recomendadas por expertos incluyen:

  1. Planificación y organización: Utilizar calendarios, alarmas y listas de tareas ayuda a gestionar el tiempo de manera más eficiente. Establecer recordatorios y prever posibles retrasos permite mejorar la puntualidad.
  2. Identificación de patrones: Reflexionar sobre las causas de la impuntualidad y hacer ajustes es esencial para romper el ciclo. Reconocer las situaciones o emociones que desencadenan los retrasos permite actuar de forma preventiva.
  3. Terapia o coaching: Para quienes luchan con procrastinación o ansiedad social, la ayuda profesional puede ser muy útil. Terapias especializadas o coaching en gestión del tiempo ofrecen herramientas valiosas para superar estas dificultades.

Con las herramientas adecuadas y un enfoque consciente, es posible mejorar este hábito y reducir el estrés asociado.

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