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Qué son los traumas intergeneracionales y cómo podemos tratarlos para vivir con mayor felicidad

Existe un tipo de trauma que pasa de generación en generación y es importante aprender a identificarlo y romper el ciclo.

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Familia Generaciones
Generaciones de una familia.
Foto: Freepik.

Un trauma es como una huella en el inconsciente de la persona; una huella duradera, abrumadora y difícil de sobrellevar. Si bien, en general, podemos vincular los traumas con experiencias vitales, también existen traumas intergeneracionales, es decir, huellas que quedaron en el inconsciente de algún antepasado y pasan de generación en generación.

Un estudio publicado en The Canadian Journal of Psychiatry reveló que los nietos de sobrevivientes del Holocausto estaban sobrerrepresentados en aproximadamente un 300% en centros de atención psiquiátrica. Los estudiosos demostraron que los episodios prolongados e intensos de estrés que habían vivido las víctimas del Holocausto se prolongaban en otras generaciones de sus familias y alteraban el estado psicológico de sus hijos y nietos.

A su vez, según un estudio publicado en la revista World Psychiatry existe evidencia que sugiere que los niños pueden estar influenciados por la exposición a un trauma de sus padres que ocurrió antes de que nacieran e incluso antes de su concepción. En las pruebas que realizaron, los investigadores descubrieron que las formas predominantes en las que se puede pasar un trauma de generación en generación son por:

  • Modificaciones del ADN
  • En el útero
  • Por la memoria
  • Mediante mensajes y condicionamientos culturales
  • Heridas emocionales acumulativas
  • Narrativas familiares dominantes
  • Normalización del odio, la crueldad y la deshumanización hacia los demás
  • Los padres pasan por alto o no enfrentan su trauma
  • Agresiones y microagresiones

En la misma línea, Bruce Lipton, biólogo celular de la Universidad de Stanford, ha demostrado en sus escritos que una persona que ha experimentado un trauma puede transmitir genes “traumatizados” a sus hijos. De esta manera, emociones como el miedo o la ira, pueden alterar bioquímicamente la expresión genética de la descendencia.

En su best seller “Este dolor no es mío”, el autor Mark Wolynn se explaya sobre cómo los genes del trauma pueden transmitirse por generaciones si no son resueltos. Wolynn pone de manifiesto que cuando alguien experimenta sentimientos y comportamientos recurrentes que no están relacionados con ningún evento específico de su propia vida es porque existe un trauma familiar. Para ejemplificar esto, relata la historia de un paciente suyo que estaba aterrorizado con el concepto de la muerte. “No puedo respirar, no puedo salir; me voy a morir”, decía. Fue luego de unas sesiones de terapia que pudo desglosar que el paciente estaba reaccionando a la experiencia de sus antepasados que habían sido asesinados en una cámara de gas durante la Segunda Guerra Mundial.

La psicotraumatóloga Ailen Lescano agrega que otras señales de alerta para identificar este tipo de traumas son: tener exabruptos o no poder controlar las emociones en determinadas situaciones y, a la vez, sentirse ajeno a esas reacciones (como si aparecieran de manera irrefrenable); así como notar síntomas psicológicos y físicos que son recurrentes y están presentes en varios miembros de la familia.

En la misma línea, la facilitadora en Constelaciones Familiares y coach Ontológico de la Federación Internacional de Coaching (ICF), Gabriela Heubach, destaca que un concepto relevante que plantea Wolynn en su escrito es el de “lenguaje nuclear”. Este lenguaje aborda las expresiones verbales y no verbales de los traumas intergeneracionales, entre los que Heubach señala: “sensaciones físicas, conductas, emociones, impulsos e incluso síntomas de una enfermedad física”.

Terapia
Terapia psicológica.

¿Puede resolverse el trauma intergeneracional?

Según los profesionales puede probarse con varios tipo de terapias: el psicoanálisis, psicólogos especialistas en trauma, hacer constelaciones familiares y terapia EMDR (desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares).

Lescano considera que el mejor lugar para tratar un trauma es el espacio terapéutico especializado. “Hoy tenemos psicólogos expertos en trauma –la especialidad es la psicotraumatología- que cuentan con los recursos más actualizados para abordar estos problemas, incluso con terapias basadas en la evidencia”, añade. En relación a si es posible sanar del todo, la especialista responde: “Desde la psicotraumatalogía llevo trabajados más de 60 casos y diría que la efectividad es mayor al 90%... ya los pacientes no tienen que hacer años de terapia para sanar”, enfatiza.

En una columna de opinión para Psychology Today, la psicóloga y asistente social Elizabeth Dixon recomienda algunos consejos sobre cómo romper el ciclo de este tipo de trauma:

  • Conversar con los padres de uno acerca de sus experiencias de vida, consultarles por hechos traumáticos que hayan atravesado e indagar sobre cómo lograron salir adelante.
  • Fijarse en cualquier patrón, actitud o narración incrustada de la familia que se siga representando.
  • Hablar sobre estos temas con un amigo de confianza, un familiar o un terapeuta y considerar una forma alternativa para sobrellevar la situación.
  • Cultivar un sentido de empatía y compasión por la familia y las luchas que soportaron. A pesar de sus defectos, muchos de los antepasados trabajaron duro para que uno pueda tener una vida mejor.

(Por La Nación GDA)

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