La psique —ese conjunto de procesos conscientes e inconscientes que hacen a la mente y, a su vez, la trascienden— ha despertado el interés de la humanidad desde hace siglos. En este camino, uno de los exponentes más recientes es el psiquiatra checoslovaco Stanislav Grof, cofundador de la psicología transpersonal. Sus investigaciones lo han llevado a crear un método para acceder a estados ampliados de consciencia: la respiración holotrópica (Grof® Breathwork).
Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, clasificó a la psique humana en tres niveles: consciente, subconsciente e inconsciente. Para Grof, esta clasificación sirve para entender lo que llamó el estado ordinario de consciencia, pero agregó que existen estados ampliados de consciencia “donde podemos acceder a mucha más información y desarrollar potenciales que tenemos dormidos”, expuso el psicoterapeuta José Luis Franzini, facilitador de talleres de respiración holotrópica desde 1998.
Ahora bien, ¿De qué va esa información y esos potenciales? Se trata de todo el material que descansa en el inconsciente biográfico —aquel que Freud describió, donde se guardan las memorias reprimidas desde el nacimiento— y también en el inconsciente perinatal y el transpersonal, dos conceptos elaborados por Grof. El primero “tiene que ver con la vida intrauterina y el momento del nacimiento en sí mismo” y el segundo “abarca todo lo que existe en el Universo”, señaló Franzini.
La respiración holotrópica permite ampliar la consciencia y acceder a información que no podríamos conocer desde un estado ordinario de consciencia. El psicoterapeuta lo explicó así: “Cuando estamos en un estado ordinario de conciencia, vemos el mundo a través de una ventana, pero cuando entramos en un estado ampliado de conciencia se abre el techo y vemos la totalidad del Universo”. Esto brinda una oportunidad de autoconocimiento y permite “revivir momentos que fueron traumáticos en nuestra vida y recomponerlos o reorganizarlos con el psiquismo actual, lo que produce una gran sanación”.
Al respecto, el propio Grof afirma en su página web que “la inteligencia de autocuración interna tiene una inclinación natural a eliminar las obstrucciones, el dolor y el caos, y restaurar el orden”.
Cómo funciona la respiración holotrópica.
El método consiste en realizar una hiperventilación, es decir, aumentar el ritmo y la profundidad de la respiración lo máximo que se pueda, sin detenerse entre una inhalación y la siguiente. Como resultado, sube el nivel de oxígeno en el cerebro y eso da lugar a que se desarrollen todas sus potencialidades. “Está probado científicamente que solamente usamos el 10% de nuestra capacidad cerebral; el resto está dormido, justamente por falta de oxígeno”, subrayó Franzini.
El proceso se acompaña con música seleccionada por el facilitador que ayuda a entrar en el estado ampliado de consciencia. Cuando la persona alcanza ese estado, no es necesario seguir con la hiperventilación: “Una vez que uno entra, nuestro psiquismo trabaja solo”.
Es una técnica para realizar en grupo. De hecho, los participantes se ubican en parejas; mientras uno hace el proceso, otro lo cuida y está atento por si necesita agua, ir al baño, sonarse la nariz, lo que sea. En caso de ser necesario, el cuidador puede llamar a alguno de los facilitadores (que siempre son al menos dos). Cada sesión de respiración holotrópica dura alrededor de tres horas.
No es una experiencia que pueda explicarse desde la consciencia. Puede incluir emociones, sensaciones y/o vivencias de todo tipo, e incluso en los días, semanas y meses siguientes siguen cayendo fichas acerca de lo ocurrido. Además, cabe señalar que uno nunca pierde el control de sí mismo: “Siempre sé qué estoy haciendo y dónde estoy, pero pasan muchísimas cosas más que tienen que ver con aspectos que necesito trabajar”, sostuvo Franzini.
Testimonios: estar vivo.
César Ferreira tenía 20 años cuando el libro La mente holotrópica (1992) de Stanislav Grof se cruzó en su camino. Aquella lectura lo retrotrajo a un sueño recurrente de su infancia, en el que su madre lo llamaba desde otra habitación y él tenía que pasar por un agujerito que estaba en la pared, pero no podía. “A veces estabas con amigos y ellos pasaban sin problema, pero yo quedaba trancado y me sentía angustiado”, contó.
Las ideas de Grof lo llevaron a preguntarse si no habría tenido algún trauma de nacimiento cuando salió por el canal de parto. Para sacarse la duda, acudió a la fuente primaria: su mamá. “Ella me confirmó que había sido un nacimiento difícil porque yo era muy grande y ella muy chica, y que en algún momento hubo riesgos”, reveló.
Años más tarde, en su primer taller de respiración holotrópica, revivió su trauma de nacimiento. “Sentí mucho miedo y dolor, cosas que seguramente ese niño haya sentido”, relató. Y aclaró: “Por un lado estaba mi mente racional que me decía que estaba dentro de un viaje provocado por la respiración, pero por el otro estaba la angustia de estar en el canal de parto y no poder moverme”. Sin embargo, al salir, lo embriagó la sensación de estar vivo a pesar de todo.
“Poder decir en voz alta que estaba vivo, hasta hoy me emociona. Me liberó la voz y la expresión. No sé si fue efecto placebo o no, pero desde ese día no me enfermé más de la garganta, no tuve alergias ni resfríos”, comentó. Y sumó: “Fue un proceso duro, porque después hubo que trabajar con ese material, pero he sanado muchas cosas”.
Testimonio: el otro lado.
Álvaro —que prefirió no dar su apellido para esta nota— llegó a la respiración holotrópica como resultado de una búsqueda personal. “No me sentía conforme conmigo mismo ni con la vida que tenía, más allá de que en términos convencionales era una vida exitosa profesional, familiar y amorosamente”, mencionó.
Participó de unas cinco sesiones en total, pero la primera fue “la más transformadora”. “Tomé conexión con el todo y cayeron un montón de miedos casi que de forma inmediata”, contó. Uno de los temores que liberó fue el temor a la muerte, lo que hizo que empezara a amar y disfrutar la vida como nunca antes. “Vivo sabiendo que en algún momento voy a pasar al otro lado, pero que ese otro lado implica volver a un todo”, expresó.
En este sentido, expuso: “La experiencia te deja información como si hubieras enchufado tu disco a una computadora y descargado los datos en crudo”. Y añadió: “A lo largo del tiempo van cayendo las fichas de qué es lo que te pasó y sentís que hay cambios internos”.
Respiración holotrópica en Uruguay.
Para José Luis Franzini, un aspecto clave de la respiración holotrópica es que las ideas de Grof no surgieron mientras él estaba en su casa o en un laboratorio, sino a partir de su práctica clínica. La experiencia le mostró cómo, a diferencia de los estados alterados de consciencia como el Alzheimer u otras patologías, los estados ampliados de consciencia son “altamente curativos”.
No obstante, el método tiene contraindicaciones. No se recomienda para personas con problemas cardiovasculares como hipertensión arterial no controlada, arritmia cardíaca u otras cardiopatías graves. Tampoco es apto para epilépticos ni para quienes hayan tenido cirugías o internaciones psiquiátricas recientemente. Finalmente, Franzini mencionó que no es aconsejable para mujeres embarazadas porque si uno conecta con el inconsciente perinatal puede revivir su propio nacimiento y eso puede producir un aborto espontáneo.
Esta semana habrá dos charlas informativas gratuitas: una será mañana a las 19 horas de forma online y otra será este sábado a las 18 horas en Centro Lotus (Juan Manuel Blanes 1283, Montevideo). En cuanto al taller de respiración holotrópica, tendrá lugar el sábado 29 de julio de 8 a 19.30 horas, también en Centro Lotus. Más información en la cuenta de Instagram @respiracionholotropica.uy.