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Diciembre es conocido como el mes de despedidas y renovaciones. En esta época, la mayoría celebra, reflexiona sobre el año que termina, establece nuevas metas y considera los cambios necesarios, así como las personas que desean tener cerca. Sin embargo, no todos comparten este sentimiento de felicidad.
Los psiquiatras advierten que diciembre es uno de los meses en los que más trabajo tienen. Los nuevos casos de pacientes con crisis de ansiedad y depresión aumentan significativamente, y quienes ya padecen problemas de salud mental suelen experimentar crisis más severas.
El incremento de estos casos se manifiesta principalmente después de Navidad y puede prolongarse hasta principios de enero. En el ámbito médico, esta condición es conocida como “dezembrite” o enfermedad de diciembre, popularmente llamada “síndrome de fin de año”.
¿Por qué diciembre es emocionalmente difícil para algunos?
Para muchas personas, esta época puede ser especialmente complicada, sobre todo si no tuvieron un buen año, ya sea en el ámbito personal o profesional. Esto incluye a quienes han perdido seres queridos, atravesado rupturas, enfermedades, dificultades económicas o simplemente no lograron sus metas. En este contexto, se reviven experiencias dolorosas que pueden generar capas de angustia y ansiedad que, si no se tratan, pueden derivar en cuadros graves de depresión.
"El ciclo anual es arbitrario. Los últimos días de diciembre son un momento en el que las personas reflexionan sobre su vida, y esto puede causar angustia. Es como una casa que no se limpia en todo el año y, al intentar ordenarla, se levanta el polvo", explica el psiquiatra Arthur Danila.
El impacto de las redes sociales y las comparaciones
De acuerdo con Danila, la presión social desempeña un papel importante en este fenómeno: "Las personas publican en redes sociales lo felices que están, hacen retrospecciones de los buenos momentos del año, y quienes ya están emocionalmente frágiles, o quienes no tuvieron un buen año por diversos motivos, se comparan con lo que ven. Esto los lleva a reflexionar sobre lo que salió mal en su vida, desencadenando crisis de ansiedad", añade.
Los encuentros familiares y los conflictos emocionales
Otro factor que contribuye al aumento de crisis de ansiedad, depresión y angustia en esta época son los encuentros familiares. Las tensiones no resueltas entre miembros de la familia pueden intensificarse al tener que compartir espacio, incluso por unas pocas horas. Esto puede reavivar sentimientos negativos, como la ira, la agresividad y la aversión.
"Este ritual de estar junto a personas con las que no deseas estar afecta emocionalmente. Muchas veces, esos lazos no han sido reparados; aún hay rencores y desconfianza. A esto se suma la necesidad de demostrar una felicidad que a menudo no es real, lo que hace que la persona se sienta más irritada, reactiva, violenta e incómoda. Año Nuevo obliga a mirar hacia el futuro mientras se reflexiona sobre el pasado. Para muchos, esto no genera felicidad, sino que resulta profundamente doloroso", señala la psiquiatra Camila Magalhães, especialista en trastornos del estado de ánimo y fundadora de la clínica Caliandra Salud Mental.
Reflexión final
La "síndrome de fin de año" evidencia que no todos experimentan las festividades de la misma manera. Es importante reconocer estas emociones, buscar apoyo si es necesario y tratar de manejar las expectativas y presiones sociales para afrontar este periodo de forma más saludable.
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