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Victor Sharrah, camionero de Tennessee, despertó un día hace tres años con su percepción del mundo radicalmente alterada: veía un rostro demoníaco en la cara de su compañero de cuarto. Según él, se trataba de un hombre grotesco, de aspecto inquietante, que caminaba por su departamento. Tenía la boca muy extendida y sus orejas apuntaban hacia arriba, con los ojos rasgasdos y las fosas nasales dilatadas.
Sin embargo, cuando salió a la calle, su miedo aumentó: todas las personas con las que se cruzaba en la calle tenían el mismo aspecto escalofriante. Sharrah, que ahora tiene 59 años, descubrió que padece una rara enfermedad llamada prosopometamorfopsia (PMO), o conocida como "síndrome de la cara de demonio", un trastorno neurológico extremadamente raro que a menudo se confunde con esquizofrenia.
La prosopometamorfopsia altera la percepción visual, lo que hace que las personas vean apariencias faciales distorsionadas, incluida la forma, el tamaño, la textura o el color. La afección se ha informado en menos de 100 casos.
Los expertos sospechan que desarrolló el "síndrome de la cara del demonio" años después de golpearse la cabeza después de que la puerta se atascara mientras intentaba salir del remolque de su camión, pero Sharrah también dijo que podría haber sido causado por haber experimentado una posible intoxicación por monóxido de carbono cuatro meses antes.
Sharrah ya no trabaja como camionero, pero todavía sufre por ver caras demoníacas por todas partes, aunque el diagnóstico no se extiende a fotografías o imágenes en las pantallas de televisión.
Su capacidad para ver rostros distorsionados cuando mira a una persona y rostros normales en fotografías le permitió a Sharrah brindar a los investigadores la oportunidad única de crear una imagen bidimensional de lo que ven a diario las personas con síndrome de cara de demonio, quienes realizaron un estudio publicado recientemente en la revista The Lancet.
"Nuestro informe es especialmente interesante porque [...] podemos estar seguros de que las distorsiones de sus visualizaciones reflejan con precisión lo que experimenta", dijo el profesor de Dartmouth Brad Duchaine, coautor del nuevo estudio.
Si bien las imágenes que muestran los rostros de los demonios son inquietantes, Sharrah dijo que la realidad de observar a las personas caminando y hablando con ese rostro "[es] mucho más traumática de lo que las imágenes pueden transmitir".
La PMO puede desarrollarse a partir de una lesión en la cabeza, epilepsia, migrañas o accidentes cerebrovasculares isquémicos, cuando se bloquea el suministro de sangre al cerebro, lo que impide que el tejido cerebral obtenga oxígeno y nutrientes, y provoca la muerte de las células cerebrales.
Sharrah dijo que todavía ve caras de demonios y que “prácticamente se ha acostumbrado” a la afección, pero aún espera que “pueda solucionarse por sí sola y desaparecer”. La PMO puede durar sólo unos pocos días o semanas, pero, en algunos casos, las distorsiones percibidas duran años.