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Superar la depresión: la historia de Julieta, una joven que halló su propósito en el voluntariado

Convivió con la depresión y la ansiedad durante mucho tiempo, pero pudo salir adelante gracias al tratamiento y el plus de hacer actividades de voluntariado.

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Julieta Minati.
Julieta Minati con niños en la ONG Huellas.
Foto: ONG Huellas.

"Decidí irme de mi casa. Fue un momento donde necesitaba apoyo, no estaba bien, no me sentía cómoda”, contó Julieta Minati, una joven de 27 años que enfrentó problemas de salud mental y halló esperanza a través del voluntariado. Había comenzado con síntomas de depresión y, hasta entonces, el miedo a buscar ayuda psicológica le impedía avanzar. Sin embargo, irse de su casa el año pasado por peleas familiares constantes la impulsó a dar el siguiente paso.

También ha convivido con el trastorno de ansiedad. “La ansiedad puede ser muy normalizada”, señaló, y recordó que llegó a tener una crisis al rendir un examen. “Ahora, con un tratamiento de más de un año, lo veo de otra manera. Todos podemos estar nerviosos, pero cuando llegás a sentirte tan mal por reprobar, debés buscar ayuda”, afirmó.

Otro gran desafío fue lidiar con sus desórdenes alimenticios. Por momentos dejaba de comer por horas, y luego tenía atracones. En sus propias palabras, sentía la necesidad de llenar esa sensación de vacío; comía, comía, comía y no podía parar.

La depresión afectó profundamente su vida diaria. Según la Organización Panamericana de la Salud, esta enfermedad se caracteriza por tristeza persistente, pérdida de interés en actividades que antes resultaban disfrutables e incapacidad para realizar actividades cotidianas, durante al menos dos semanas. Los síntomas más frecuentes son fatiga, cambios en el apetito y en el ciclo de sueño-vigilia, falta de concentración, sentimiento de inutilidad, culpa o desesperanza, y pensamientos de autolesión o suicidio.

Para Julieta, abrir un diálogo sobre la salud mental es clave: “Llevo más de un año en terapia y recién ahora puedo hablar de esto. A veces uno puede verse bien, pero eso no implica necesariamente estar bien”.

Julieta Minati
Julieta Minati con una adulta mayor en ONG Huellas.
Foto: ONG Huellas.

Ayudar a otros y a sí misma.

“Veo la vida diferente desde que soy voluntaria”, afirmó Julieta. Su participación en Huellas (@huellas.social), una organización no gubernamental que realiza actividades de voluntariado en hogares, comedores y asilos, le dio un sentido de propósito y apoyo emocional, aspectos claves para tratar la depresión. “Conocí gente con un pensamiento muy diferente al mío; venimos todos de lugares distintos, pero queremos lo mismo, que es ayudar a otros”, dijo.

El psicólogo Alejandro de Barbieri, creador del proyecto Revolución del Colibrí donde 180 psicólogos brindan sesiones gratuitas para democratizar el acceso a la salud mental, conoce los beneficios del voluntariado y la ayuda desinteresada de primera mano. “Cuando uno hace una actividad que lo trasciende, deja de pensar únicamente en sí mismo”, sostuvo.

A su vez, afirmó que es una excelente manera de generar comunidad y construir un sentimiento de pertenencia. “Sentir que uno pertenece a un grupo que comparte sus mismos valores es una de las llaves fundamentales para darle sentido a la vida”, señaló.

A Julieta aún la invaden pensamientos negativos sobre sí misma, pero cada vez que un abuelo le pide que regrese la siguiente semana y le dice que valora lo que hace, eso le da fuerzas para creer en sus propias capacidades. Actualmente, asiste al psiquiatra mensualmente, y al voluntariado una vez a la semana. “No se asusten si sienten que vuelven a caer. Es largo el camino, pero el voluntariado es un plus”, sostuvo.

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