Por Tatiana Scherz Brener
Yanila González sufrió un siniestro de tránsito que a sus 27 años la dejó inmóvil. Tras una operación de urgencia, el diagnóstico fue claro: tenía una lesión medular y no podría volver a caminar. Casi diez años después, comenzó a atenderse con el vidente y sanador Luis Orsi. Contra todos los pronósticos, recuperó la sensibilidad en las piernas y el movimiento en sus manos y pies, y logró dar unos pasos por su cuenta. Hoy continúa en tratamiento para seguir desarrollando sus capacidades.
El accidente.
En el verano del 2013, Yanila manejaba sola en una carretera desierta. De repente, una falla técnica en su vehículo. Cuando abrió los ojos, solo vio vidrios quebrados y mucha, mucha sangre. En medio segundo, su vida cambió por completo.
Esa misma noche la mandaron a un hospital en Montevideo. Para Yanila, las semanas en CTI son memorias borrosas, pero su esposo no se olvida: “Cuando el médico bajó después de la operación, me dijo que ella tenía una lesión medular y que no podría volver a caminar”, recordó. Al principio, no le dijeron el pronóstico a Yanila, pero ella se daba cuenta de que la situación era grave. “Me daban agua en sorbitos y la comida en la boca. Mis piernas estaban muertas. Me pinchaban y no sentía nada. Era horrible”, relató.
Pronto, le confirmaron eso que, en su interior, ya sabía. Su suegra fue un bastión importante: “Siempre me decía que no perdiera la esperanza, que iba a volver a caminar. Yo me emperré en eso y pensé: ‘En la medicina no está todo dicho’”.
Luego de tres meses de reposo absoluto, comenzó la búsqueda. Durante cuatro meses fueron a un centro de rehabilitación física de Maldonado, luego viajaron a Córdoba para probar un tratamiento y después se contactaron con Andrés Lazo, un fisioterapeuta que durante 15 años asistió a Alejandra Forlán, la hermana del jugador de fútbol. Con el tiempo, Yanila recuperó cierta movilidad en las manos que le permitió comer y tomar agua por su cuenta.
Más adelante, encontraron una clínica en Argentina que trabaja con exoesqueletos (estructuras que sirven de apoyo para los movimientos del cuerpo), pero se trataba de una tecnología demasiado cara: costaba, en ese momento, US$ 280.000. También supieron que en Suiza hacían una cirugía de reconexión de la médula ósea, pero su ilusión se destruyó cuando les dijeron que aún no operaban para los países de esta región.
Yanila y su esposo no dejaron de buscar soluciones. Estaban a punto de irse a una clínica de rehabilitación en Cuba cuando Luis Orsi llegó a sus vidas.
Sanación a través de la energía.
Ella lo vio por primera vez en un programa de televisión. “Ya habíamos tenido sesiones con varios curanderos que no habían funcionado y me pregunté si Orsi no sería uno más”, contó. Entonces, decidió investigar un poco sobre él.
Orsi convive con su sexto sentido desde la niñez. Colaboró con varias investigaciones policiales y ha sanado a personas con diferentes patologías trabajando a nivel de la energía: “Somos energía. Cuando ésta se deteriora, el cuerpo físico también lo hace”, aseguró.
Yanila y su esposo suspendieron el viaje a Cuba para tener una consulta con él. Se atendieron por primera vez en febrero del 2022. “Me preguntó mi nombre y se puso a escribir hojas y hojas. Fueron los 45 minutos más silenciosos de mi vida”, recordó Yanila. Luego, el vidente compartió lo que había diagramado. “No sabía nada sobre mí, ni si había nacido con esta discapacidad o no, solo sabía mi nombre. Y en esas hojas estaba todo lo que me había pasado”, sostuvo ella.
Para terminar, Orsi le pidió que prendiera una vela en su casa y que llevara el platillo con el cebo a la siguiente consulta. Volvieron a verlo en marzo. El sanador explicó que, al mirar los restos de la vela, obtiene las respuestas que necesita. En ese caso, vio un futuro prometedor: si Yanila seguía su tratamiento, podría volver a caminar en 64 meses.
Tres pilares tiene el tratamiento de Yanila. En primer lugar, una vez a la semana, en consulta, Orsi le coloca siete parches en el cuerpo; específicamente en la sien, las muñecas, arriba de los tobillos, el plexo solar y la glándula timo. Debe dejarlos durante tres días. Una vez, le dijo que pondría uno en la séptima vértebra para acelerar el proceso. “En ese momento él no sabía dónde estaba mi lesión… Y es justamente ahí”, resaltó Yanila.
En segundo lugar, la noche luego de la consulta ella debe acostarse a determinada hora y con la cabeza en dirección a cierto punto cardinal, según le indica Orsi. Entonces, él, desde su consultorio, se conecta con ella energéticamente.
Un día, en lugar de conectarse dos horas como estaba pautado, lo hizo durante una hora sola. El esposo contó: “Cuando fuimos a la siguiente consulta no le comentamos nada, pero cuando terminó él dijo: ‘El viernes pasado te conectaste una hora más tarde’”.
En tercer lugar, Yanila debe realizar una meditación a diario que consiste en escuchar una melodía creada por el vidente. Esta melodía está inspirada en el propio paciente: “Ella graba diez frases, me las envía y yo separo las vocales y las escucho varias veces. Con eso, tarareo la melodía a un pianista que arma una partitura nota por nota”, explicó Orsi. Para Yanila, escuchar eso “es como tocar el Universo con las manos”. Y añadió: “Me duermo del principio hasta el final, pero cuando termina automáticamente me despierto”.
Los resultados.
En cada consulta, el sanador hace un diagrama en el que señala qué es lo que pasará en los próximos días. A los tres meses de haber iniciado el tratamiento, indicó que empezarían a aparecer algunos movimientos. “A los dos o tres días pude levantar mi pierna por primera vez. Fue la felicidad más grande”, expresó Yanila.
Antes, no sentía nada de la cintura para abajo. Incluso llegó a quemarse el pie gravemente y no lo sintió. Sin embargo, ahora eso se revirtió por completo: “Apenas me aprietan la punta de la uña, lo siento. Siento el frío de la baldosa, el pasto en el suelo. Mi felicidad más grande es levantarme todas las mañanas y sentir mis piernas”, contó.
Asimismo, la movilidad en sus manos aumentó: puede abrir productos de cosmética por sí misma y sostener pastillas chiquititas sin ayuda.
También mejoró el funcionamiento de órganos internos que se habían visto afectados por el accidente. Ya no tiene pérdidas de orina y puede movilizar el intestino sin problemas. Además, volvió a tener dolores menstruales. “Sé que las mujeres nos quejamos, pero pasé diez años sin sentirlo y hoy estoy feliz porque sé cuándo me está por venir el período. Como mujer, es impresionante”, aseguró.
El 14 de febrero de este año, su médico tratante certificó estos cambios. En el documento, el profesional aclara que Yanila había sido diagnosticada con paraplejia de miembros inferiores, pero que “en los últimos meses se ha notado una notable evolución mejorando el déficit motor, pudiendo ponerse en posición de pie y caminar unos pasos, mejorando también la sensibilidad en las piernas frío-calor”. También certifica la mejora a nivel urinario e intestinal.
Yanila no realizó ningún otro tratamiento a la par del trabajo con Orsi. Solo sumó ejercicios de fuerza para fortalecer sus músculos, algo que el propio vidente le pidió que hiciera. “La lesión se recuperará, pero si no tiene masa muscular, no podrá comprobarlo”, explicó él.
“Tenía 27 años cuando la medicina me dijo que no iba a volver a caminar. Siento que puede haber muchos jóvenes en mi situación y que mi historia puede ser un mensaje de esperanza”, afirmó Yanila.
En este sentido, Orsi añadió: “No me creo más que la medicina. Ojalá se entendiera que cuando la medicina no puede con algo, hay otras cosas. Y que no somos solo el cuerpo físico, sino que éste es el resultado de la energía que tenemos”.
Después de diez años, la vida de Yanila volvió a cambiar: “Aunque pueda caminar, no soy la misma que antes del accidente. Empecé a ver la vida de otra manera. Esa felicidad que uno busca hacia afuera, en realidad está adentro”.
Consciencia: un evento con el sanador.
Uno de los sueños de Yanila siempre fue tener un refugio para perros. “Antes del accidente tenía casi un zoológico en mi casa, pero tuve que regalar todo porque no podía cuidarlos”, relató.
Ahora que su futuro comenzó a encaminarse, está enfocada en hacer realidad su sueño. Ya tiene el terreno y el nombre del refugio: ‘Atena’. Sin embargo, requiere de una gran inversión de dinero, por lo que, junto a Luis Orsi, organiza nueve eventos a beneficio de su proyecto y de otro refugio de Florida llamado ‘Patitas Felices’.
El primer evento se llama ‘Consciencia’ y será el sábado 22 de abril en Colonia Suiza Nueva Helvecia (departamento de Colonia). Quienes asistan podrán ayudar a otros porque todo lo recaudado se donará a los refugios y también serán ayudados porque “se les mostrará cómo salir de ciertos problemas”, mencionó Orsi. Por inscripciones: 091 913 569.
Luis Orsi: más casos del trabajo con energía.
El caso de Yanila es “de último recurso” porque la medicina había dicho que, por su parte, no había nada que hacer. Sin embargo, Orsi expuso que su método sirve para todo tipo de afección. “Si te duele la cabeza, podés tomar una aspirina o podemos hacer este tratamiento. Es una alternativa”, explicó.
Ha atendido personas con otras patologías. En 2002, por ejemplo, trató a una señora a la que le habían dicho que tenía solamente 24 horas de vida y, sin embargó, vivió.
A su vez, el año pasado comenzó el tratamiento un chico de ocho años con parálisis cerebral. En un video que su madre le envió al vidente, ella menciona los avances que el niño ha tenido, como poder dormir toda la noche. En este sentido, Orsi subraya que no trabaja realizando ningún tipo de sugestión: “¿Cómo podría sugestionar a un niño con parálisis cerebral?”, resaltó.