“Hace 15 años, nadie hubiera pensado en esto. Es más, tenía un amigo que decía: ‘recursos humanos es sencillo, solo hay que borrar la palabra humanos y quedarse con los recursos’”, contó el psicólogo Hugo Hirsch. El experto argentino fue uno de los protagonistas del desayuno “Desafíos y estrategias de bienestar para líderes de RRHH” y estuvo rodeado de gerentes, encargados y ejecutivos de recursos humanos. O capital humano, como se llama ahora a esta importante área del funcionamiento de las empresas.
El bienestar ocupa y preocupa a las personas día a día. La búsqueda de recursos para sentirse mejor, ser más feliz y vivir una vida más plena están en el top de los intereses. Pero hay un factor clave que no puede dejarse de lado: ¿Cómo tener una vida plena y feliz si no estamos bien en el trabajo, donde pasamos un tercio de nuestro día?
Si un ser humano pasa sus ocho horas laborales estresado, enojado, preocupado y llega a su casa con esa mochila, no podrá disfrutar de sus hijos, su tiempo libre o una cena con amigos sin arrastrar problemas de ansiedad, contracturas o pensamientos intrusivos. Y mañana, cuando vuelva a la oficina, su productividad no será la mejor, su foco no estará 100% en la tarea: se resentirá él y también la empresa.
Así lo demuestran los datos presentados por Magdalena Olazábal, directora comercial de EAP Latina, en el mismo desayuno: en Latinoamérica se pierden en promedio 26 días laborales por depresión; 19 por ansiedad y 14 por estrés postraumático. “Y esto no solo impacta en la productividad por los días perdidos, también porque cuando una persona deprimida o con ansiedad está trabajando, no puede estar tan enfocada o porque una persona con depresión tiene más tendencia a cambiar de trabajo”, mencionó.
La ejecutiva de EAP Latina, que brinda servicios de apoyo a compañías de decenas de países que buscan enfocar en el bienestar y la salud mental de sus empleados, analizó la situación de la región a este respecto y, en base a los datos relevados, destacó que salta a la vista que “los recursos humanos, tecnológicos y estructurales al servicio de la salud mental son escasos en relación con la necesidad de las personas”.
Mayor alcance de RRHH, mayor desafío
En el último tiempo han tomado relevancia las complejidades y desafíos que afrontan los ejecutivos de recursos humanos y las acciones que pueden llevar a cabo para el bienestar de sus empleados y el de sus organizaciones. En ese sentido, Hirsch apuntó: “Cuando empecé a interesarme en el mundo organizacional, recursos humanos tenía un alcance bastante más chico, era otra cosa. En los últimos 20 años, pasó de ser sueldos, compensaciones y ausentismo, a socio estratégico para el desarrollo del negocio”.
“Esa diferencia es buenísima para ustedes, porque son más importantes en la organización, pero no es gratis, porque esas nuevas responsabilidades les exigen más aprendizaje y flexibilidad”, agregó ante su auditorio. Y puso un ejemplo clave de los nuevos desafíos: la inclusión y la diversidad. “En los últimos 10 años, inclusión y diversidad llegaron a todos lados, pero también plantean problemas nuevos. Porque es muy bonito ser inclusivo, pero es más difícil. Cuanto más uniformidad, menos riqueza, pero también menos conflicto”, reflexionó el especialista.
En definitiva, Hirsch le quitó el romanticismo que suele sobrevolar al factor “inclusión” y lo bajó a tierra: un encargado de recursos humanos debe encabezar una plantilla diversa, que tiene que compartir horas, espacio y funcionar como equipo, aún con diferencias y necesidades que pueden ser opuestas. “Cuanta más diversidad, más habilidades necesitás para manejar la diferencia de perspectivas. Y si eso no ocurre, se genera una parálisis en las organizaciones”, apuntó.
“En el rol de ustedes, no se trata solamente de decir vamos a ser más inclusivos, sino que hay que plantearse cómo manejar la inclusión. Cómo lograr que eso sea enriquecedor y no fuente de conflictos destructivos. Y eso requiere entrenamiento, cabeza, diseño y participación de todos los actores”, agregó.
En ese sentido, señaló, una parte de la transformación cultural que se viene dando en recursos humanos tiene que ver también con que las voces de los empleados antes se escuchaban menos. “Ahora es mucho más bidireccional, y es cierto: un jefe pesado te hace la vida imposible, pero un empleado también”, dijo un poco en broma y bastante en serio.
“De aquí surge que ustedes tienen que hacer algo consigo mismos para manejar estos temas: por ustedes y por los demás. Porque recursos humanos tiene mucho impacto en la gente y hay muchos estudios que muestran que tu jefe es mucho más importante para tu salud mental que tu terapeuta o que tu médico. Un montón de cosas de tu vida dependen de tu jefe, para bien y para mal”, enfatizó.
“Organizar espacios de apoyo es una herramienta bastante eficaz y que no se practica todo lo que se podría practicar”, agregó el psicólogo especializado en relaciones laborales.
La salud mental es “un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad”. Así definió Olazábal el factor central en el que desarrolla su labor en EAP Latina y agregó que, según datos de la OMS, una de cada cuatro personas padecerán una enfermedad mental en algún momento de sus vidas.
También indicó que esta es la mayor causa de discapacidad en el mundo y que, en los últimos años, los casos de depresión aumentaron un 26% y los trastornos de ansiedad, un 28%.
“Según el World Economic Forum, en 2030 las enfermedades mentales costarán más que el cáncer, la diabetes y las enfermedades respiratorias juntas”, apuntó la ejecutiva y mencionó que no le fue posible acceder a datos de Uruguay sobre la incidencia del estrés, la depresión y la ansiedad en el ausentismo laboral, ya que no hay una medición centralizada.
“En el ranking de las Américas que realiza la OPS, Uruguay está décimo entre los 33 países en cuanto a la carga de la enfermedad mental, con alto peso de patologías como trastornos de alimentación (posición 4) y trastornos de ansiedad (posición 8)”, marcó.
“Si bien en el país hubo avances en la visibilización de la importancia del cuidado de la salud mental y lanzamiento de acciones de prevención, el estigma, el acceso y el costo siguen siendo las grandes barreras para la detección temprana y el tratamiento”, afirmó Olazábal.