Tu postura revela más de lo que pensás: cómo tu forma de sentarte refleja tu personalidad

Como te sentás puede ofrecer pistas sobre tu carácter y comportamiento. Desde la timidez hasta la autoconfianza, cada postura revela aspectos diferentes de la personalidad.

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Joven sentada estudio oficina
Joven sentada en la oficina.
Foto: Freepik.

Redacción El País
El lenguaje corporal es una de las herramientas más poderosas para comprender aspectos profundos de nuestra personalidad. Sin decir una sola palabra, nuestras posturas y gestos pueden revelar características que definen quiénes somos, cómo nos sentimos en determinadas situaciones e incluso cómo interactuamos con los demás. Una de las acciones más comunes que realizamos sin pensar —sentarnos— también puede ser una ventana hacia nuestra personalidad.

Un simple ejercicio puede ayudarte a descubrir cómo tu forma de sentarte refleja facetas de tu carácter. No se trata solo de una cuestión de comodidad o hábito, sino de una expresión inconsciente de quién eres y cómo te sientes en tu entorno. A continuación, analizamos algunas de las posturas más comunes y lo que estas pueden revelar sobre tu personalidad.

  • Piernas combadas hacia adentro: la señal de la timidez

Si sueles sentarte con las piernas hacia adentro, este gesto puede estar relacionado con la timidez. Esta postura refleja una actitud de cerrarse emocionalmente y protegerse de los demás. Las personas que adoptan esta posición suelen preferir mantenerse al margen de la interacción social, mostrando inseguridad o incomodidad en situaciones donde se requiere mayor exposición. Este encogimiento también puede ser un indicio de una tendencia a evitar el conflicto, optando por replegarse cuando se sienten vulnerables.

  • Cruzar las piernas: despreocupación e impulsividad

Aquellos que se sientan cruzando las piernas, por otro lado, muestran una personalidad más despreocupada y alegre. Sin embargo, aunque este tipo de postura sugiere una actitud relajada, también puede revelar una naturaleza impulsiva. Estas personas tienden a moverse con frecuencia, les cuesta mantenerse concentradas y suelen experimentar dificultad para permanecer quietas. Es una postura que también puede perjudicar la higiene postural, algo a tener en cuenta para quienes la adoptan de manera habitual.

  • Piernas muy abiertas: autoconfianza y posible invasión de espacio

El "manspreading", o sentarse con las piernas muy abiertas, es un gesto que denota autoconfianza y seguridad en uno mismo. Sin embargo, esta postura también puede ser percibida negativamente por quienes te rodean, ya que el exceso de espacio que ocupa puede resultar invasivo y generar incomodidad. Las personas que se sientan de esta forma a menudo son vistas como dominantes o poco empáticas, aunque desde su perspectiva, simplemente están proyectando control y confianza en sus acciones.

Persona aburrida esperando
Persona aburrida esperando
Foto: Freepik

  • Piernas abiertas hacia adelante: empatía y autocontrol

Finalmente, quienes se sientan con las piernas ligeramente abiertas hacia adelante tienden a proyectar empatía, responsabilidad y una gran capacidad de autocontrol. Esta postura no solo es beneficiosa desde el punto de vista de la higiene postural, sino que también está asociada a personas organizadas y perfeccionistas, con una inclinación natural a buscar siempre lo correcto. Quienes adoptan esta posición suelen ser metódicos, valoran el orden y disfrutan tomando el control de las situaciones sin caer en excesos.

El impacto de las posturas en la percepción social

Más allá de lo que nuestra postura pueda decir sobre nosotros, es importante tener en cuenta el impacto que estas tienen en nuestra interacción con los demás. Por ejemplo, sentarse con las piernas abiertas en exceso puede generar la impresión de falta de consideración por el espacio ajeno, mientras que las piernas cruzadas pueden sugerir desinterés o incomodidad en ciertas situaciones.

Estas posturas, aunque inconscientes, pueden afectar la percepción que los demás tienen de nosotros en entornos sociales y laborales. De hecho, el lenguaje corporal es una parte integral de la comunicación no verbal y puede influir directamente en el éxito de nuestras interacciones, ya sea en una entrevista de trabajo, en una reunión importante o en un entorno más relajado entre amigos.

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