The New York Times
Aunque la experiencia de cada persona con el envejecimientoes diferente, los expertos están descubriendo cada vez con más frecuencia que tener una mentalidad positiva está relacionado con envejecer de la mejor manera posible.
Un estudio realizado durante décadas con 660 personas y publicado en 2002 demostró que quienes tenían una mentalidad positiva sobre el envejecimiento vivían siete años y medio más que quienes tenían una mentalidad negativa.
Desde entonces, las investigaciones han descubierto que una actitud positiva hacia el paso de los años se asocia con una presión arterial más baja, una vida en general más larga y saludable, así como un menor riesgo de padecer demencia. Las investigaciones también demuestran que las personas con una percepción más positiva de la edad son más proclives a tomar medidas de salud preventivas —como hacer ejercicio— las cuales, a su vez, pueden ayudarles a vivir más tiempo.
El paso del tiempo no se puede detener, pero no hay por qué temerle. Estas son algunas de las maneras en que puedes cambiar tu modo de pensar.
Identifica de dónde vienen tus creencias sobre la edad
Desde la vecina cascarrabias hasta el señor despistado que se opone a la tecnología, los estereotipos negativos del envejecimiento están por todas partes. Según Becca Levy, profesora de Epidemiología de la Universidad de Yale y autora del libro "Rompe los límites de la edad", aceptar estas creencias sobre el envejecimiento puede afectar nuestra visión del proceso (y nuestra salud). Por ejemplo, un estudio de 2009 descubrió que las personas de 30 años que tenían ideas negativas sobre el envejecimiento eran significativamente más propensas a sufrir en algún momento un episodio cardiovascular, como un infarto al miocardio o un ictus, que las que tenían ideas positivas.
Según Levy, para cambiar las creencias negativas sobre la edad, primero hay que ser más consciente de ellas. Prueba hacer tu propio registro al respecto. Durante una semana, anota todas las representaciones con las que te encuentres de una persona mayor, ya sea en una película, en las redes sociales o en una conversación. Después, pregúntate si esa representación fue negativa o positiva y si la persona podría haber sido representada de otra manera. El simple hecho de identificar las fuentes de tus concepciones sobre el envejecimiento podría ayudarte a distanciarte de las ideas negativas.
“Las personas pueden reforzar sus creencias positivas sobre la edad en cualquier momento de sus vidas”, afirmó Levy. En un estudio de 2014, 100 adultos —con una edad media de 81 años— que fueron expuestos a imágenes positivas del envejecimiento mostraron tanto una mejora en sus percepciones sobre la edad como en su función física.
Encuentra modelos a seguir de cómo envejecer
Si asocias el hacerte mayor solo con pérdida o limitación, “no estás captando la imagen completa de lo que significa envejecer”, dijo Regina Koepp, psicóloga especializada en envejecimiento. En lugar de eso, “cambia tu foco de atención: busca modelos a tu alrededor, fíjate en quiénes lo están haciendo bien”.
“No tiene por qué ser una persona de 90 años que se tira de un trampolín”, explicó Koepp. Quizá sea alguien que asiste a clases de yoga todas las semanas o que trabaja como voluntario por una causa.
Levy recomienda pensar en cinco personas mayores que hayan hecho algo que consideres impresionante o que tengan una cualidad que admires, ya sea enamorarse a una edad avanzada, mostrar devoción por ayudar a los demás o mantener un compromiso con la actividad física.
No confundas optimismo con actitud positiva forzada
Los estudios sugieren que las mujeres optimistas tienen más probabilidades de vivir más de 90 años que las menos optimistas, independientemente de su raza o etnia. Pero pensar de manera más positiva sobre el envejecimiento no significa disimular las preocupaciones reales con pensamientos felices ni utilizar frases del tipo “¡no has envejecido!” como un cumplido.
“Las perogrulladas no funcionan: ya las hemos oído, están trilladas, no tienen sentido”, expresó Melinda Ginne, de 74 años, psicóloga del área de la bahía de San Francisco especializada en envejecimiento.
Mejor intenta mirar la realidad honesta con optimismo. Si te sientes desanimado porque a los 70 años ya no juegas tan bien al tenis como antes, recuérdate a ti mismo: “No, no puedo jugar al tenis como cuando tenía 50 años y solo puedo jugar 10 minutos. Pero aún puedo jugar”.
Desafía tus propios temores sobre el envejecimiento
Si quieres tener una actitud más positiva sobre el envejecimiento, aconsejó Koepp, examina qué preocupaciones tienes sobre el proceso y luego reflexiona hasta qué punto son realmente problemáticas esas inquietudes.
Por ejemplo, Koepp, de 47 años, tiene problemas con la cadera izquierda. “Digo que soy vieja porque me siento rígida y me cruje”, dijo. Pero luego pienso: “Bueno, mi cadera derecha no está rígida ni cruje y tiene la misma edad”.
El punto es que, aunque envejecer puede contribuir al dolor de cadera, no es el único factor. “Pero confundimos edad y discapacidad, y creo que eso asusta a la gente”, añadió.
No pases por alto los beneficios
Fíjate también en lo que obtienes al sumarle años a tu vida. Por ejemplo, hay estudios que han demostrado que el bienestar emocional suele aumentar con la edad y ciertos aspectos de la cognición, como la resolución de conflictos, suelen mejorar en la edad madura.
Con el tiempo, “es probable que desarrollemos más resiliencia”, señaló Koepp. Envejecer con éxito no significa que no vayas a enfermar, sufrir pérdidas o necesitar cuidados en algún momento. Y nadie ha dicho que cambiar de mentalidad sea fácil. Pero quizá, añadió, puede que logres verte a ti mismo más claramente “como una persona con experiencia de vida y sabiduría” a medida que envejeces.