Redacción El País
Un estudio reciente llevado a cabo por AARP, una organización estadounidense para los derechos de mayores de 50 años, investigó sobre cómo escuchar música puede influir en distintos aspectos de la salud cognitiva y emocional. Los hallazgos del informe indican que quienes escuchan música regularmente presentan puntuaciones más altas de bienestar mental y niveles más bajos de ansiedad y depresión en comparación con el promedio de la población.
Entre los encuestados que asisten a espectáculos musicales, el 69% calificó su salud mental como "excelente" o "muy buena". Esta cifra contrasta con el 58% de aquellos que asistieron en el pasado y el 52% de quienes nunca han asistido.
En cuanto a la exposición a la música durante la infancia, el 68% de los que reportaron una exposición frecuente clasificaron su capacidad para aprender cosas nuevas como "excelente" o "muy buena", en contraposición al 50% de aquellos que no tuvieron esta exposición.
El estudio también señaló que el compromiso activo con la música, incluso en personas mayores de 50 años, está asociado con tasas más altas de felicidad y buena función cognitiva. Aquellos adultos sin exposición temprana a la música, pero que actualmente disfrutan de alguna forma de apreciación musical, mostraron puntuaciones de bienestar mental por encima del promedio.
Se trató de una encuesta en línea de unos 20 minutos de duración, que presenta ciertas limitaciones. La muestra incluyó a 3.185 adultos estadounidenses mayores de 18 años, cantidad que puede considerarse pequeña para hacer generalizaciones. Además, la encuesta se basó en opiniones subjetivas de los participantes y no se utilizaron medidas objetivas como escáneres de resonancia magnética o pruebas cognitivas.
Aunque los hallazgos solo muestran correlaciones y no causalidades, es interesante explorar cómo la música puede tener efectos tan notables en el cerebro. La neurociencia cognitiva sugiere que la música activa casi todas las áreas y redes del cerebro. Esto implica que la música no solo estimula la corteza auditiva sino también regiones asociadas con las emociones, la memoria y el aparato locomotor, indicó Andrew E. Budson, médico de Harvard.
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Las redes y caminos neuronales se fortalecen con el uso y se debilitan sin él. La música, al activar distintas redes cerebrales, juega un papel importante en mantenerlas fuertes y saludables.
De esta manera, no solo promueve el bienestar, sino que también favorece el aprendizaje. Dada su capacidad para activar muchas regiones cerebrales simultáneamente, ayuda a mantener una amplia gama de caminos y redes cerebrales resistentes. De hecho, la única otra actividad que activa tantas redes cerebrales al mismo tiempo son las actividades sociales, apuntó Budson.
Tan solo escuchar música de fondo ya puede reportar beneficios, por lo que es sencillo integrarla en el día a día. La música tiene el poder de mejorar el ánimo y proporcionar energía. Al combinar la música con la actividad aeróbica y social —como clases de Zumba, por ejemplo—, los beneficios para la salud pueden maximizarse.
Este contenido fue hecho con la asistencia de inteligencia artificial y verificado por un periodista de El País.