5 alimentos que no debemos almacenar en la heladera para evitar que pierdan sus nutrientes

Aunque el freezer parece ser la opción más lógica para preservar ciertos productos, es importante conocer cuáles deben mantenerse a temperatura ambiente para no comprometer su calidad.

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Cebollas.
Cebollas.
Foto: Flickr

El Tiempo/GDA
No todos los alimentos que llegan a la cocina deben almacenarse en la heladera. Algunos pueden perder tanto su sabor como su valor nutricional cuando se exponen al frío.

Aunque el freezer parece ser la opción más lógica para preservar ciertos productos, es importante conocer cuáles deben mantenerse a temperatura ambiente para no comprometer su calidad.

A continuación, te mostramos cinco alimentos que, según la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), deben evitar el refrigerador para conservar sus propiedades y nutrientes intactos.

1. Papas
Las papas, a menudo consideradas un alimento esencial en los hogares, pueden ver alteradas sus características si se refrigeran. Las bajas temperaturas transforman su almidón en azúcar, lo que provoca una textura granulada y un sabor más dulce cuando se cocinan.

Además, el frío acelera el proceso de descomposición y la aparición de manchas oscuras. Para evitar estos problemas, lo ideal es almacenarlas en un lugar oscuro y fresco, como una despensa.

2. Tomates
Los tomates pierden gran parte de su sabor y textura si se guardan en el refrigerador. Al frenar su maduración, el frío da lugar a tomates menos sabrosos y con una textura arenosa.

También se ha comprobado que el refrigerador disminuye la cantidad de licopeno, un antioxidante esencial presente en esta fruta. Es preferible mantenerlos a temperatura ambiente para que conserven su sabor y beneficios nutricionales.

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3. Pan
Aunque parece lógico refrigerar el pan para prolongar su vida útil, en realidad este proceso acelera su envejecimiento. A bajas temperaturas, el almidón del pan se recristaliza rápidamente, lo que lo vuelve duro y seco en poco tiempo.

Para preservar la frescura del pan, lo mejor es guardarlo en un lugar seco y fresco o, si no se va a consumir pronto, optar por congelarlo.

4. Aceite de oliva
El aceite de oliva, un componente esencial de muchas cocinas, sufre alteraciones importantes si se refrigera. El frío provoca la formación de grumos en el aceite y afecta su textura. Asimismo, la refrigeración reduce su aroma y sabor, características clave de su calidad.

Para mantener intactas sus propiedades, lo mejor es almacenarlo en un lugar oscuro y alejado de fuentes de calor.

5. Cebollas
La refrigeración afecta negativamente a las cebollas. El frío provoca que absorban humedad, lo que puede hacerlas blandas y propensas a desarrollar moho. Además, las cebollas refrigeradas tienden a germinar más rápido.

Para una mejor conservación, deben almacenarse en un sitio fresco, seco y ventilado, manteniéndolas alejadas de las papas, ya que juntas pueden deteriorarse más rápido.

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