LA NACIÓN / GDA
Ana María Lajusticia nació en Bilbao, España, en 1924. Fue licenciada en Ciencias Químicas por la Universidad de Madrid y tras un diagnóstico de diabetes tipo II, desde los años 70 se dedicó al estudio de la Dietética, basado en la Bioquímica y la Biología Molecular. Poco después lanzó sus productos al mercado y fue considerada "la gurú del magnesio".
Cuando le diagnosticaron diabetes tipo II, una enfermedad que no favorecía su longevidad, ella desarrolló un método para lograr el equilibrio nutricional incorporando el magnesio como suplemento esencial.
Cómo era la dieta de "la gurú del magnesio"
Ana María LaJusticia se hizo conocida por su propuesta de alimentación saludable y accesible para las personas que buscaban bajar de peso, sin la necesidad de meterse en dietas milagrosas o de dudosa procedencia. Para alcanzar el peso ideal, fortalecer el organismo y prevenir enfermedades, ella fomentaba hábitos alimenticios saludables que se sostuvieran con el tiempo y con cantidades moderadas.
Su moderación pasaba con los alimentos que, a su criterio, tenían más impacto en el peso corporal como los hidratos de carbono y las grasas. “No esperes nunca hacer dietas milagrosas”, manifestaba en entrevistas y añadía: “Para adelgazar debemos consumir la cantidad justa de hidratos de carbono que necesitamos para vivir, pero sin excesos, y lo mismo con las grasas”.
En resumen, su método se basaba en la moderación de alimentos ricos en hidratos de carbono y grasas, pero en su rutina comía vegetales, proteínas de origen animal y vegetal, y frutas en su medida justa.
En el desayuno, por ejemplo, recomendaba incluir proteínas. “Un huevo con 40 gramos de jamón natural, 50 gramos de pan integral y leche descremada”, era su primera comida. En tanto, para los almuerzos y cenas lo ideal era bajar los carbohidratos y aumentar el plato en verduras o ensaladas.
En el caso de reuniones familiares, donde la comida tiende a ser más contundentes, ella tenía la filosofía de comenzar a comer verduras como lechuga o tomate, antes de probar el menú. Y en el caso de que se trate de carbohidratos, reducirlo a un tercio del plato.
En el tema de las frutas también era cuidadosa, ya que priorizaba las frutas menos dulces para controlar sus niveles del azúcar. En este sentido, las mejores opciones eran la manzana o las frutillas. “Hay que evitar frutas como higos, uvas y ciertos tipos de melones, porque contienen mucho azúcar”, explicaba.
En cuanto a las grasas, aseguraba que no se podía dejar de consumir aceite, pero las grasas poliinsaturadas, como los omega-3, son esenciales para el cuerpo humano, ya que “ayudan a formar prostaglandinas cíclicas que evitan la formación de trombos”. Entonces, lo mejor era distribuir tres cucharadas de aceites entre las comidas.
Con todo este método de alimentación, Ana María Lajusticia logró vivir una vida saludable y llegar hasta los 100 años de edad. Sus recomendaciones la siguen muchas personas, gracias a su viralización en las redes sociales y cada vez más toman conciencia de la ingesta de alimentos al cuerpo.
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