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Estamos en primavera, lo que significa que las secciones de productos en los supermercados están llenas de frutas y verduras coloridas y jugosas, con versiones orgánicas más caras de cada una. Si las compras orgánicas no están dentro de tu presupuesto, los expertos afirman que no hay motivo de preocupación, ya que probablemente obtendrás los mismos beneficios nutricionales de los alimentos convencionales. Lo más importante, añaden, es seguir una dieta saludable con muchas frutas y verduras.
¿Por qué son más caros?
El valor añadido a los alimentos orgánicos está influenciado por las estrictas directrices que siguen los productores, establecidas por organismos responsables. Por ejemplo, los productos orgánicos certificados deben cultivarse sin el uso de la mayoría de pesticidas y herbicidas sintéticos. Además, los productos de origen animal, como carne, aves, lácteos y huevos, deben provenir de animales que tengan acceso al aire libre durante todo el año y que sean criados sin hormonas de crecimiento ni antibióticos. Los productos orgánicos tampoco pueden utilizar ingeniería genética.
Una razón por la cual los alimentos orgánicos pueden ser más caros que sus equivalentes convencionales es que producirlos sin pesticidas o herbicidas sintéticos requiere más mano de obra. Un agricultor orgánico que no usa un herbicida potente, por ejemplo, puede necesitar contratar más trabajadores para quitar las malas hierbas.
A pesar de este cuidado y costo más alto, en cuanto a los macronutrientes, como proteínas, carbohidratos y grasas, no hay diferencias entre los alimentos orgánicos y no orgánicos, comenta la profesora deNutrición. Algunos estudios sugieren pequeñas diferencias en los micronutrientes, como vitaminas, minerales y ciertos antioxidantes. Un estudio, por ejemplo, descubrió que las moras y el maíz orgánicos pueden contener niveles más altos de antioxidantes que sus equivalentes no orgánicos.
Los investigadores no han probado que estas diferencias en los micronutrientes sean lo suficientemente significativas como para afectar la salud. La mayoría de los análisis a gran escala no han sido concluyentes.
En un estudio de 2018 con aproximadamente 70.000 adultos en Francia, los investigadores descubrieron que aquellos que consumían alimentos orgánicos con más frecuencia tenían un 25% menos de diagnósticos de cáncer que aquellos que nunca consumieron alimentos orgánicos. Sin embargo, algunos años antes, un estudio con aproximadamente 623.000 mujeres en el Reino Unido no encontró diferencias en las tasas de cáncer entre los consumidores de alimentos orgánicos y no orgánicos. Una explicación para estos hallazgos contradictorios es que las personas que consumen alimentos orgánicos de manera constante tienden a tener dietas y hábitos más saludables, así como ingresos más altos, que aquellos que consumen alimentos convencionales.
Por lo tanto, no podemos afirmar que los alimentos orgánicos por sí solos causaron algún resultado de salud. Estos estudios también dependen de la capacidad de las personas para recordar con precisión todo lo que comieron a lo largo de meses o años, lo que es notoriamente desafiante. Otros estudios sugieren que el consumo de alimentos orgánicos podría estar relacionado con riesgos menores de diabetes, obesidad y enfermedades cardíacas, pero de igual manera no han demostrado una relación de causa y efecto.
Las investigaciones suelen citar la exposición a pesticidas como una de las principales preocupaciones en relación con los alimentos producidos convencionalmente (aunque los agricultores orgánicos aún pueden usar aquellos que no se producen sintéticamente). Los expertos afirman que actualmente no hay pruebas concluyentes de que los niveles de pesticidas sintéticos a los que estamos expuestos al consumir alimentos no orgánicos puedan perjudicarnos.
Sin embargo, esto no significa que estos pesticidas no sean dañinos. Los estudios sugieren que los trabajadores rurales expuestos regularmente a altos niveles de estos pesticidas pueden tener un mayor riesgo de desarrollar ciertas afecciones, como la enfermedad de Parkinson y posiblemente algunos tipos de cáncer.
Conclusión
Si no podés comprar todo orgánico, lo recomendable es lavar los productos bajo un chorro de agua. Y desechar las capas externas de las verduras, como las hojas externas de una lechuga, también puede ayudar. Los pesticidas a veces se acumulan en la piel o en la grasa de la carne y las aves, añadió, por lo que puede ser útil recortar esas partes.
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