La Nación/GDA
El doctor William Li, cardiólogo y científico de renombre mundial, volvió a advertir sobre ciertos alimentos que podrían acelerar el proceso de envejecimiento al dañar los vasos sanguíneos.

En una reciente conversación en el podcast ZOE Health, el experto explicó que mantener una alimentación saludable es crucial para evitar problemas graves como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

Uno de los principales mensajes del doctor Li es que algunos alimentos pueden tener un impacto negativo en la salud cardiovascular, lo que, a su vez, contribuye al envejecimiento prematuro.

Estos alimentos, que son comunes en la dieta occidental, incluyen aquellos ricos en grasas saturadas como los insumos procesados, carne roja, alcohol y azúcar, entre otros.

Según Li, estos productos “obstruyen” los vasos sanguíneos, aumentando el riesgo de presión arterial alta, una condición conocida como el “asesino silencioso” porque puede desarrollarse sin síntomas evidentes hasta que se convierte en una emergencia médica.

El doctor Li subrayó que la presión arterial alta no solo afecta al corazón, sino que también ejerce presión sobre otros órganos vitales como el cerebro, los riñones y los ojos. Con el tiempo, esta presión constante puede llevar a enfermedades crónicas y acortar la vida útil de las personas.

Afortunadamente, el doctor Li también proporcionó una guía para contrarrestar estos efectos. En la entrevista, destacó la importancia de consumir alimentos que protejan y regeneren el revestimiento interno de los vasos sanguíneos, manteniéndolos elásticos y saludables. Principalmente, aquellos que contienen compuestos bioactivos que promueven la regeneración celular, lo que ayuda a mantener los vasos sanguíneos en óptimas condiciones.

Li mencionó ejemplos específicos como las antocianinas, presentes en el chocolate negro y los arándanos, que pueden ayudar a renovar las células dañadas en los vasos sanguíneos. Estas sustancias no solo protegen contra el envejecimiento prematuro, sino que también promueven una mayor longevidad al preservar la función vascular.