Chocolatadas, tortas, bombones: el cacao está presente en muchos momentos felices de nuestras vidas. Producto de la fermentación y el secado de las semillas del fruto del cacaotero, este ingrediente aporta propiedades extraordinarias para la salud, pero no siempre se consume de la manera más saludable. ¿Cuáles son las claves para aprovechar los beneficios del cacao?
Para empezar, es importante subrayar que cacao no es lo mismo que chocolate. “El chocolate contiene cacao, pero también otros componentes, como manteca de cacao, azúcares, conservantes y otros aditivos alimentarios”, puntualizó Lorena Balerio, licenciada en Nutrición. Y aconsejó elegir chocolates amargos —que tienen menos azúcar— con un contenido de cacao por encima del 70% y una lista de ingredientes corta, es decir, con pocos agregados. “Comer chocolate es un hábito saludable siempre que sea el indicado y en las cantidades adecuadas para cada persona”, afirmó.
¿Cuáles son las propiedades del cacao? Aporta minerales como fósforo, magnesio, hierro, potasio, calcio, zinc, cobre y manganeso, y vitaminas A, B, C y E, entre otros antioxidantes naturales. Balerio destacó la presencia del triptófano, que ayuda a producir serotonina, y de la feniletilamina, que activa la liberación de dopamina, noradrenalina y serotonina. Todas estas sustancias son responsables de sensaciones como felicidad, entusiasmo y placer.
Gerónimo Kaloper, fundador de Gaia Almacén Natural y amante del cacao, comercializa en su tienda cacao en polvo y chocolate al 95%, entre otros productos saludables. Ambas presentaciones están elaboradas con cacao puro importado de Ecuador y no tienen azúcares agregados ni otros aditivos artificiales. El chocolate al 95% viene en trozos, y el restante 5% de su composición es manteca de cacao.
“Lo damos a probar en la tienda y a la mayoría de los clientes les sorprende el sabor tan amargo. El tema es que uno piensa en cacao e inmediatamente lo relaciona con lo dulce y ahí está el error”, contó.
En la misma línea, Balerio sostuvo: “El cacao puro tiene sabor amargo, pero durante años eso se vio como algo negativo que debía corregirse y se crearon chocolates extremadamente azucarados que terminaron por perder la esencia del producto”.
Cacao como medicina natural.
En su artículo El cacao, la bebida sagrada de los dioses mayas, la doctora en Historia Isabel Bueno escribió: “Cuenta un mito azteca que cuando el dios Quetzalcóatl bajó a la tierra para ofrecer la agricultura, las ciencias y las artes a los hombres se casó con una bella princesa de Tula. Para celebrarlo creó un paraíso donde había todo tipo de piedras preciosas, plantas y árboles, entre los que destacaba el cacahuaquchtl o árbol del cacao. Pero éste era el alimento de los dioses, que quisieron vengarse de Quetzalcóatl por haberlo entregado a los hombres, y asesinaron a su esposa. Desolado, el dios lloró sobre la tierra ensangrentada y allí brotó un árbol con el mejor cacao del mundo, cuyo fruto era amargo como el sufrimiento, fuerte como la virtud y rojo como la sangre de la princesa”.
El cacao ha sido venerado por diversas culturas ancestrales a lo largo de la historia y continúa siéndolo hasta hoy. Irina Sbaglia, facilitadora de encuentros sagrados, sostuvo que este alimento “se consideraba lo sagrado de lo sagrado, sobre todo por los mayas y los aztecas, que eran los que más lo utilizaban”. En este sentido, agregó: “Cada vez que brindo un encuentro con cacao ceremonial me gusta honrar sus orígenes porque es parte de una tradición oral, un linaje, una conexión especial con la planta y su cultivo”.
Sbaglia no pertenece a este linaje, pero adoptó su cosmovisión con respeto y gratitud. Vivió en España durante casi 20 años, donde participó en encuentros ceremoniales de cacao con gente de culturas nativas americanas, y cuando llegó a Uruguay en 2018 creó la propuesta ‘Cacao y danza’. Junto al instructor de yoga, soundhealer y dj Damo Santosha, combina cacao ceremonial, ecstatic dance y baño sonoro.
Lo ceremonial del cacao tiene que ver con “el respeto, la presencia y el cuidado que uno pone en su preparación”. Sbaglia resaltó: “No estoy haciendo una chocolatada para la tarde. Estoy haciendo una bebida que tiene una intención, una receta, una dosis”. Según dijo, una dosis de cacao ceremonial lleva al menos 40 gramos de cacao puro.
“Se dice que el cacao abre el corazón”, contó la facilitadora. Tiene razón: en uno de sus reglamentos, la Unión Europea reconoce que “los flavanoles del cacao ayudan a mantener la elasticidad de los vasos sanguíneos, lo que contribuye a un flujo sanguíneo normal”.
Para Sbaglia, esto explica por qué “es un hermoso acompañamiento de cualquier encuentro artístico y expresivo; nos suaviza, potencia la conexión con nosotros mismos y facilita entrar a un flujo de movimiento cuando es con la danza o sacar la voz cuando es con el canto”.
Y afirmó: “La danza permite conectarnos con lo Divino a través de la expresión, y el cacao ceremonial amplifica esa oportunidad de conexión”.
Además de brindar estos encuentros, Sbaglia lleva el cacao ceremonial a eventos privados. La última vez fue en una despedida de soltera: “Fue bellísimo porque abre una sensibilidad y una posibilidad de encuentro; estamos con el corazón abierto y disponibles para compartir sensibilidades”.
El cacao puro tiene sabor amargo —ya lo dijo la nutricionista Balerio—, pero, al fin y al cabo, no hay dudas de que endulza el corazón.
Recetas con cacao puro.
Balerio compartió una receta saludable de chocotorta en taza para incorporar el cacao en la dieta de forma sencilla. Necesitarás: una banana, un huevo, una cucharada de cacao puro, ¼ de cucharada de polvo para hornear y un cuadrado de chocolate al 70%.
Para prepararla solo hay que poner todos los ingredientes en una taza (el cuadrado de chocolate va en el centro) y llevarla al microondas durante dos minutos.
Por su parte, Kaloper, de Gaia Almacén Natural, reveló su receta de brownie raw. Necesitarás: dos bananas no muy maduras, cuatro cucharadas de crema de maní natural, dos cucharadas de cacao puro, una taza de harina de almendras, 150 gramos de chocolate amargo al 70%, una cucharada de acai en polvo, ½ taza de coco rallado y 75 gramos de frutos secos y semillas.
Primero, hay que colocar las bananas en un bowl y pisarlas hasta que quede un puré sin grumos. Luego, añadir la crema de maní, el cacao y la harina de almendras, y mezclar. A continuación agregar el coco rallado y el acai, y mezclar nuevamente. Derretir la mitad del chocolate amargo e incorporarlo a la preparación; después esparcir todo en una bandeja de unos 30 centímetros de largo de manera uniforme. Derretir el resto del chocolate, ponerlo por encima de la preparación hasta cubrirla en su totalidad y enseguida esparcir los frutos secos y las semillas, antes de que el chocolate se seque. Por último, cubrir con papel film y llevarlo a la heladera durante al menos dos horas.