Banana: cinco beneficios, cómo aprovechar los nutrientes y cómo almacenar la fruta de la manera correcta

Esta popular fruta es rica en vitamina C, potasio, ácido fólico y baja en grasa y colesterol.

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banana
Una fruta con muchos beneficios.

O Globo - GDA
Conocida por su sabor dulce y alto contenido de potasio, aunque también contiene una multitud de otros nutrientes, la banana es un alimento noble y versátil que se puede utilizar de diversas formas para incorporar todos sus beneficios.

La banana es rica en carbohidratos, como toda fruta, pero tiene como gran diferencial tener un índice muy bajo de grasas y proteínas, según Natalia Presner, graduada en nutrición. Esta composición hace que proporcione energía, regule el peso corporal y proteja la salud cardiovascular.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), es una de las frutas más consumidas en el planeta. Aunque el banano se encuentra en todos los continentes, los mayores productores se concentran en Asia, América Latina y África.

Aunque la banana es conocida por ser una importante fuente de potasio, contiene una variedad de nutrientes que proporcionan beneficios al organismo. Julio Bragagnolo, médico y nutricionista, afirma que es un alimento muy saludable debido a su composición nutricional: "un banana (100 gramos) contiene aproximadamente 100 calorías y un 25% de carbohidratos", revela el especialista. Además, casi no contiene grasa, proteína ni colesterol.

Los cinco beneficios de la banana

Precisamente por estas ventajas, se convierte en un aliado de los atletas que suelen consumirlo antes o después de los entrenamientos para reponer energías y reparar músculos y tejidos.

La fibra es otro de sus componentes beneficiosos: una banana contiene alrededor de tres gramos de fibras. Este macronutriente tiene un impacto positivo en el sistema digestivo, ya que colabora en la formación y desarrollo de la microbiota, conjunto de microorganismos responsables de regular las funciones del cuerpo y mantenerlo en equilibrio. Por lo tanto, "es útil para regular el tránsito intestinal", según Bragagnolo. A su vez, la fibra equilibra el colesterol malo (LDL) en la sangre y, de esta manera, protege el sistema cardiovascular.

Entre los micronutrientes, destaca la presencia de la vitamina C, que sirve para combatir los radicales libres en el organismo, es decir, toxinas que se acumulan y que en exceso pueden ser perjudiciales, ya que pueden generar el desarrollo de tumores. Sin embargo, también mejora la absorción de hierro y estimula el sistema inmunológico.

La fruta también contiene vitaminas del complejo B, que colaboran en el proceso de fabricación de glóbulos rojos y enzimas, y ayudan a mantener la salud de los neuronas y los tejidos cerebrales. Por otro lado, el ácido fólico previene la anemia y forma parte de la producción de glóbulos rojos.

En cuanto a los minerales, proporciona potasio, que, según un informe de la Universidad de Harvard, promueve la regulación sanguínea, protege el sistema cardiovascular, fortalece los músculos y refuerza el sistema óseo.

Un estudio realizado por el European Heart Journal, la revista de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), reveló que en las mujeres, el efecto del potasio en la reducción de los niveles de sodio en el cuerpo es aún mayor que en los hombres. Entre los resultados, se concluyó que las personas con un mayor consumo de potasio tuvieron un riesgo un 13% menor de sufrir enfermedades cardiovasculares en comparación con aquellos que lo consumieron en menor medida.

Elección

La banana está disponible durante todo el año. Según los expertos, al seleccionarla, se aconseja elegir aquellas con cáscara amarilla y pequeños puntos marrones, ya que están en el punto adecuado de maduración. Lo mismo no ocurre cuando están completamente verdes o negras.

Por otro lado, cuando se consume más madura, el cuerpo asimila rápidamente los nutrientes, lo cual puede ser contraproducente para las personas con diabetes. Como explica Presner, en esas condiciones, el alimento pasa inmediatamente del estómago al intestino y luego a la sangre, casi sin tiempo para que el cuerpo lo procese. Esto compromete la salud de este grupo de personas.

En cuanto a la conservación, Bragagnolo sugiere que se mantenga a temperatura ambiente, entre aproximadamente 10 y 20 grados, y lejos de la luz solar para evitar la oxidación. Una vez que alcanzan la madurez, pueden guardarse en el refrigerador para evitar el deterioro.

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