Redacción El País
La rúcula es una planta de hojas verdes que ha ganado popularidad en la gastronomía por su sabor picante y sus múltiples beneficios para la salud.
Originaria de la región mediterránea, la rúcula no solo enriquece nuestros platos, sino que también aporta una serie de nutrientes esenciales que contribuyen al bienestar general.
Uno de los principales beneficios de la rúcula es su alto contenido de vitaminas y minerales. Esta planta es una excelente fuente de vitamina K, esencial para la coagulación de la sangre y la salud ósea. Según un estudio publicado en la revista Nutrition Reviews, la vitamina K es fundamental para la formación de proteínas que mantienen la densidad ósea, ayudando a prevenir enfermedades como la osteoporosis.
La rúcula también es rica en vitamina C, un antioxidante que fortalece el sistema inmunológico y protege las células del daño causado por los radicales libres. Además, contiene vitamina A, que es crucial para la salud ocular y la función inmunológica. Otro componente importante es el ácido fólico, que es vital para las mujeres embarazadas, ya que ayuda a prevenir defectos del tubo neural en los bebés.
Los beneficios de la rúcula no terminan ahí. Esta verdura de hoja verde es conocida por su alto contenido de nitratos, compuestos que el cuerpo convierte en óxido nítrico, ayudando a mejorar la circulación sanguínea y reduciendo la presión arterial. Un estudio del American Journal of Clinical Nutrition encontró que la ingesta de nitratos vegetales, presentes en la rúcula, puede contribuir significativamente a la salud cardiovascular.
Además de sus beneficios nutricionales, la rúcula es baja en calorías, lo que la convierte en una excelente opción para quienes buscan mantener o perder peso. Su alto contenido de fibra promueve la digestión saludable y ayuda a mantener la sensación de saciedad.
La rúcula también contiene compuestos llamados glucosinolatos, que tienen propiedades anticancerígenas. Según una investigación del Journal of Agricultural and Food Chemistry, estos compuestos se descomponen en isotiocianatos en el cuerpo, sustancias que han demostrado inhibir el crecimiento de células cancerosas en varios estudios de laboratorio.
La rúcula puede añadirse a ensaladas, sánguches, pizzas o utilizarse como base para pestos y salsas.