La Nación - GDA
Muchas personas buscan mejorar su salud mediante la incorporación de semillas en su dieta diaria. Sin embargo, entre tantas opciones, hay una con múltiples beneficios para la salud que ha sido utilizada desde la antigüedad y que pocos conocen: el comino negro.
Conocido científicamente como Nigella sativa, esta planta fue estudiada por sus efectos positivos en el organismo y es valorada por culturas milenarias debido a sus potentes propiedades medicinales. Perteneciente a la familia Ranunculaceae, es originaria de Asia y la región mediterránea y produce una flor cuyas semillas, al madurar, se vuelven negras.
Beneficios del comino negro en la salud
La Nigella sativa ha sido ampliamente estudiada en los últimos años y los hallazgos indican que sus componentes bioactivos brindan una variedad de beneficios para la salud, tales como:
- Control del azúcar en sangre: varios estudios encontraron que el comino negro puede ayudar a regular los niveles de glucosa en personas con diabetes tipo 2. Consumirlo en forma de polvo o aceite puede mejorar la sensibilidad a la insulina y contribuir a mantener los niveles de azúcar en sangre bajo control. La timoquinona y otros compuestos antioxidantes ayudan a mejorar el metabolismo de la glucosa, lo que beneficia a quienes buscan un complemento natural para el manejo de la diabetes.
- Reducción del colesterol y protección cardiovascular: también demostró ser efectivo en la reducción del colesterol LDL (colesterol “malo”) y en el aumento del colesterol HDL (colesterol “bueno”). Los ácidos grasos y fitoesteroles presentes en esta semilla ayudan a reducir los niveles de lípidos en sangre y disminuyen el riesgo de enfermedades cardíacas.
- Propiedades antiinflamatorias y alivio de afecciones cutáneas: gracias a sus propiedades antiinflamatorias, el comino negro puede ser beneficioso para reducir la inflamación en personas con enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide. Además, aplicado de manera tópica, el extracto o aceite puede ayudar a mejorar afecciones de la piel, como el acné, la psoriasis y el eczema, según un estudio de 2017.
- Beneficios para el sistema respiratorio: el comino negro fue utilizado tradicionalmente para aliviar problemas respiratorios como el asma y la bronquitis. Se observó que consumirlo junto con tratamientos médicos ayuda a reducir la tos y la dificultad para respirar. Un estudio publicado en PubMed sugiere que la timoquinona puede mejorar la función pulmonar en personas con enfermedades obstructivas crónicas (EPOC), lo que representa una alternativa natural complementaria para el tratamiento respiratorio.
- Apoyo al sistema inmunológico: estimula la producción de glóbulos blancos y fortalece el sistema inmunológico y ayuda al cuerpo a combatir infecciones. Esto lo convierte en un excelente suplemento natural para fortalecer las defensas del organismo. Su efecto antioxidante y antimicrobiano es beneficioso para reducir el riesgo de infecciones, especialmente durante los meses fríos.
- Podría proteger el cerebro: se cree que la inflamación del cerebro juega un papel importante en el desarrollo de enfermedades como la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson. La ingesta de esta semilla podría ayudar a reducir esta inflamación en el cerebro. Según los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), el compuesto de timoquinona presente puede prevenir o retrasar la progresión de las afecciones neurológicas.
- Promueve la cicatrización de heridas: la timoquinona también puede ser beneficiosa, cuando, en el formato de aceite de comino negro, se aplica directamente sobre la piel, ya que puede estimular el crecimiento del tejido y facilitar la cicatrización de heridas.
El valor terapéutico del comino negro radica en su composición rica en antioxidantes, ácidos grasos esenciales, vitaminas y minerales. Entre los compuestos clave por lo cual se vuelve un superalimento se encuentran:
- Timoquinona (TQ): este es uno de los más importantes en el comino negro y se ha relacionado con efectos antioxidantes, antiinflamatorios e incluso anticancerígenos.
- Ácidos grasos esenciales: contienen ácido oleico, linoleico y palmítico, todos ellos beneficiosos para la salud cardiovascular.
- Alcaloides y flavonoides: tienen efectos antimicrobianos y antiinflamatorios, lo que refuerza el sistema inmune y reduce el riesgo de infecciones.
- Vitaminas y minerales: incluye vitaminas del complejo B, hierro, calcio, magnesio y zinc, nutrientes fundamentales para la salud ósea y el sistema inmunológico.
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