Cómo el consumo excesivo de azúcar en la dieta puede conducir a problemas de memoria

Numerosos estudios señalan que una dieta rica en azúcares daña las células cerebrales y aumenta el riesgo de desarrollar algún tipo de demencia.

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Foto: Goodfon.

O Globo / GDA
Golosinas, refrescos, alimentos ricos en carbohidratos... la alimentación moderna está repleta de azúcares que hacen que las comidas sean más apetecibles y deseadas.

Sin embargo, el exceso no es inofensivo: el año pasado, investigadores chinos y estadounidenses publicaron en la revista científica The BMJ un estudio que lo relacionaba con 45 resultados negativos para la salud. Y quien piense que los efectos están solo vinculados a problemas metabólicos, como la obesidad y la diabetes, está equivocado.

Aproximadamente 4% de las consecuencias analizadas en el estudio están relacionadas con la salud del cerebro, que cada vez más se asocia con lo que se pone en el plato.

Otros estudios han explorado cómo el consumo de azúcar por encima de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) -hasta un 10% de la ingesta diaria de calorías, alrededor de 50 g- afecta a las células del sistema nervioso y aumenta el riesgo de problemas de memoria y declive cognitivo a largo plazo.

Uno de los más recientes, publicado también el año pasado en el periódico PLOS Biology y realizado por científicos del Centro de Cáncer Fred Hutchinson, descubrió que una dieta rica en azúcar hace que las células de la glía, presentes en el sistema nervioso y importantes para el buen funcionamiento de las neuronas, sean resistentes a la insulina.

"Estos hallazgos muestran cómo el consumo de alimentos procesados no solo afecta al aumento de peso, sino también a la función cognitiva. Afecta el funcionamiento profundo de su cuerpo", dijo en un comunicado el investigador Akhila Rajan, responsable del estudio.

"La obesidad es un factor de riesgo independiente para la demencia, pero el mecanismo causal subyacente a esta conexión es ampliamente desconocido", dijo Mroj Alassaf, otro investigador del centro que participó en el estudio.

En un trabajo realizado por el mismo grupo, los científicos ya habían observado el desarrollo de resistencia a la insulina en tejidos periféricos al cerebro después de solo dos semanas de una dieta con un 30% más de azúcar que el promedio. En el nuevo estudio, este efecto se analizó después de tres semanas.

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Foto: Needpix.

Esto ocurre porque el exceso de azúcar hace que el organismo aumente la producción de insulina, una hormona producida en el páncreas que elimina la glucosa de la sangre y la transporta a las células, donde se convierte en energía. Sin embargo, este estímulo excesivo, resultado de una dieta rica en azúcares, crea resistencia de las células a la acción de la insulina. Además, puede sobrecargar las células pancreáticas que producen la hormona, llevándolas a la extenuación y afectando la producción de la hormona en primer lugar, un cuadro que caracteriza la diabetes tipo 2.

Por eso, los estudios también se han centrado en la relación entre la diabetes y las enfermedades neurodegenerativas. Ya se sabe que los pacientes diabéticos tienen un riesgo aumentado de desarrollar demencia, pero un estudio presentado el mes pasado por investigadores de la Universidad Texas A&M identificó esta relación a nivel molecular. En un análisis con ratones, observaron que el exceso de azúcar suprime la expresión de una proteína llamada Jak3. Como consecuencia, esto llevó a una cascada de inflamación que comenzó en el intestino, pasó por el hígado y llegó al cerebro.

Otro estudio, realizado por investigadores del Imperial College de Londres en 2021, analizó datos de 227 mil personas con diabetes tipo 2 y observó que alrededor del 10% desarrollaron demencia en un período de 20 años de seguimiento. Identificaron que los niveles elevados de azúcar en sangre, junto con un aumento de la presión arterial y el colesterol, dañan los vasos sanguíneos. Como consecuencia, pueden provocar problemas como ataques cardíacos y derrames cerebrales, que también afectan la salud cerebral. Muchos casos de demencia, por ejemplo, se denominan vasculares, porque son consecuencia de un accidente cerebrovascular (ACV).

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