¿Cómo saber si un huevo está en mal estado? Claves para la conservación de este alimento

Existen tres factores principales que se deben observar para poder identificar con facilidad y rapidez si un huevo se encuentra en mal estado o no.

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Huevos
Huevos.
Foto: Pixabay.

La Nación / GDA
Controlar el estado de los alimentos es muy importante para garantizar una correcta seguridad alimentaria y también tener éxito con las recetas que requieran de ese ingrediente. Pero no siempre es fácil saber cómo están y la pregunta suele repetirse en redes sociales: ¿Cómo saber si un huevo está podrido?

Existen tres factores principales que se deben observar para poder identificar con facilidad y rapidez si un huevo se encuentra en mal estado o no.

Uno de ellos consiste en el olor, ya que un huevo podrido tiene un aroma poco agradable. Se trata de un hedor marcado de carácter fétido y sulfuroso. Por esto mismo, si se percibe un olor fuerte y desagradable al romper el huevo, quiere decir que se encuentra en mal estado y no debe ser consumido.

Huevos.
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Foto: Unsplash

Otra clave pasa por observar un cambio en los colores de la yema y la clara. Un huevo fresco tiene una yema amarilla brillante y una clara transparente. Si está en mal estado, la primera puede volverse verde o grisácea, y la segunda adopta un carácter más bien turbio o acuoso.

Por último, uno de los métodos más comunes y fáciles para saber si un huevo está podrido o no sin romperlo consiste en la técnica de la flotación. Basta con poner el producto en un recipiente con agua: si este flota, significa que está en mal estado. Por lo contrario, los huevos frescos se hunden debido a su contenido de agua. A medida que pasa el tiempo y se van poniendo feos, van presentando más aire en su interior y por esto es que suben a la superficie del líquido.

Consecuencias para la salud de consumir huevos podridos y los cuidados a tener en cuenta

Consumir un huevo podrido puede tener consecuencias negativas para la salud. En mal estado, este producto puede contener bacterias dañinas, entre ellas la salmonella. Los síntomas de una intoxicación alimentaria por esta bacteria incluyen náuseas, vómitos, diarrea, fiebre y malestar general. En casos más graves puede requerir atención médica.

Para evitar contaminar una receta con huevos podridos es importante inspeccionarlos cuidadosamente antes de utilizarlos. A continuación, algunos consejos para evitar que suceda esto:

  • Inspección visual: más allá de todo lo que tiene que ver con el color de la yema y la clara del huevo, primero hay que prestar atención a que este alimento no presente fisuras o grietas en su superficie.
  • Separación individual: hay recetas que requieren solo de claras o de yemas. Para evitar la contaminación de una preparación, lo más conveniente es aplicar la distinción en recipientes por separado, de forma tal que si se identifica uno en mal estado no altere la buena condición de los restantes.

Por otra parte, la correcta conservación de los huevos es crucial para prolongar su frescura y prevenir la descomposición. En ese sentido, un aspecto fundamental es la refrigeración. Almacenar los huevos en la heladera, preferiblemente en su envase o recipiente limpio y cerrado, resulta imprescindible. Esto se debe a que la temperatura fría ayuda a mantener su frescura.

huevas a la heladera
Huevos: es recomendable conservarlos en la heladera

También es importante evitar cambios bruscos de temperatura. En este sentido, los huevos deben mantenerse alejados de fuentes de calor como la estufa o la luz solar directa, ya que estas pueden acelerar su descomposición.

Por último, otro consejo radica en no lavar los huevos antes de refrigerarlos. Estos alimentos tienen una capa protectora natural llamada cutícula que ayuda a evitar la entrada de bacterias. Limpiarlos antes de guardarlos en la heladera puede eliminar esta superficie, lo que aumenta el riesgo de contaminación.

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