Llega el verano y al pensar en planes nutricionales, las estrategias détox aparecen como una opción porque los alimentosque los conforman son compatibles con esta época del año. Al mismo tiempo, los planes détox se han popularizado y son demandados porque favorecen el descenso de peso y contribuyen a eliminar toxinas.

Descender de peso es una demanda frecuente en verano y los excesos de las fiestas también implican una alimentación más saludable y liviana los días posteriores.

¿Pero que evidencia hay sobre estas estrategias nutricionales? ¿Qué beneficios tienen? ¿Y cuáles serían los escenarios más oportunos para incorporarlos?

Los planes détox o diuréticos surgen hacen más de 60 años como estrategias que prometen eliminar toxinas del cuerpo, generan bienestar y además pueden contribuir a bajar de peso. Aparecieron con dietas muy locas y con poco fundamento, como la dieta del repollo o la del pomelo. Tras sobrevivir una semana a base de estos dos alimentos, el descenso de peso era un hecho, pero la dieta estaba lejos de ser beneficiosa para la salud.

Analicemos el primer escenario; détox y descenso de peso. Son planes nutricionales muy hipocalóricos que generaban un descenso de peso muy rápido, pero poco sostenible en el tiempo. Los alimentos mas recomendados son frutas, verduras, carnes blancas, alimentos con baja densidad calórica. Si bien un plan détox puede generar descenso de peso, es difícil que las personas los sostengan a largo plazo. Y si hablamos de obesidad, nos referimos a una condición crónica que no pude ser solucionada en un plan de 15 o 20 días. De todas formas, son estrategias que pueden utilizarse por un periodo de tiempo para compensar excesos de días previos.

Ahora analicemos la segunda posible función de estos planes, eliminar toxinas. Esta es una función de los riñones y el hígado y no se ha podido relacionar con la incorporación de un plan nutricional o por lo menos la evidencia es escasa. En una revisión sistemática se concluye que los resultados hasta ahora no respaldan el uso de dietas de desintoxicación para perder peso o eliminar toxinas.

En suma, son planes bien intencionados, nadie discutiría que comer frutas verduras, carnes blancas, granos integrales y mantener una correcta hidratación son buenos hábitos que mejoran la salud. Pero mantener un peso saludable exige conductas que se mantengan en el tiempo y las dietas muy estrictas han demostrado no ser eficaces para ese punto. Quizá la mejor opción es tomar elementos de estos planes e incorporarlos como parte de la alimentación diaria, o tenerlos como estrategias de compensación si nos excedemos algún día.

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Los pilares de las estrategias détox son:

1. Correcta hidratación, es muy importante, sobre todo en esta época donde las pérdidas de agua aumentan por las altas temperaturas.

2. Evitar alimentos ultraprocesados.

3. Bajo contenido de sodio.

4. Consumo de frutas y verduras.

5. Elegir carnes blancas con bajo contenido de colesterol.

• Frutas con efecto diuréticos: frutos rojos, ananá, manzana verde, papaya, melón, sandía.

• Vegetales con efecto diurético y laxante: apio, pepino, berro, brócoli, espárragos, kale.

• Carnes: principalmente blancas, libre de colesterol como pescado y mariscos; evitar las rojas con alto contenido de colesterol.

Como les mencioné los alimentos que promueven estos planes son muy saludables y compatibles con esta estación.

Te aconsejo las infusiones diuréticas o détox como té verde, de manzanilla o negro, y aguas saborizadas con limón, jengibre, pomelo, romero, pepino, frutos rojos (poquitos). Mis combinaciones favoritas son limón y jengibre; pepino y romero y pomelo y arándanos.

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• De remolacha y pera.

1 remolacha cruda de tamaño mediano.
1 pera madura.
1 chorrito de jugo de limón.
1 vaso de agua.

• De naranja

2 naranjas.
3 puñados de espinacas.
1 trozo de apio.
1 vaso de agua.

• De ananá

1/4 ananá pelado.
2 puñados de hojas de espinaca.
1 puñado de hojas de rúcula.
1 vaso de agua.

• De frutos rojos

1 taza de frutos rojos.
1 puñado de espinacas.
1 trozo de apio.
1 chorrito de jugo de limón.
1 puñado de hojas de kale (opcional).
1 vaso de agua.

• De manzana verde

1 manzana verde grande.
1 puñado de espinacas.
1 trozo de apio.
1 chorrito de jugo de limón.
1 puñado de hojas de kale (opcional).
1 vaso de agua.

•De calabaza

1 taza de calabaza cruda.
1 trozo de apio (del tamaño de la yema del dedo).
1 pera entera.
1 vaso de agua.
Jengibre rallado (opcional).

Te propongo 2 opciones:

1. Una o dos tostadas de pan de integral o semillas (no de centeno, tiene muchas calorías). Sobre esas tostadas podés agregar: tomate en cubos y ajo, hummus de remolacha o zanahoria, claras revueltas, ricotta a la plancha o mermelada casera preparada con stevia.

2. 200 cc de yogurt sin azúcar, preferiblemente yogurt vegano o de soja, pero si no, uno descremado o light está bien, agregarle frutas picadas (1 taza de té de 250 cc).

*Diplomado en Obesidad. Director de Clínica Sande, Vicepresidente de la Sociedad Panamericana de Obesidad PABOM. Instagram: @drleonardosande Web: www.clinicasande.com.uy