Victoria Vera Ziccardi/La Nación GDA
Cuenta la leyenda china que cientos de años atrás existió un joven llamado Wu Liang, descubridor y creador del té azul. Sin embargo, su hallazgo no fue intencional: se cree que Liang estaba recolectando hojas de té en un campo cuando un ciervo se cruzó en su camino y fue así como dejó todo lo que estaba haciendo para ir tras el animal. Horas después el joven recordó lo que había comenzado en los campos de cultivo, pero cuando llegó de nuevo al lugar vio que el proceso de oxidación natural del té ya se había puesto en marcha.
De todas formas recolectó las hojas y decidió continuar con el procesamiento del té de la manera en que estaba acostumbrado; transcurrieron horas hasta que Liang descubrió que la infusión producía matices azules y violetas en el color del líquido y que tenía un sabor que hasta ese entonces era desconocido.
La historia fue pasando de generación en generación como explicación del exótico color y sabor del té azul. El mismo tiene su origen en la planta Clitoria ternatea y si bien sus pétalos son de color azul, en el momento de infusionar las hebras de té, el color de la bebida puede variar según el grado de oxidación al cual se someten las hojas; es por ello que algunas personas obtienen como resultado una bebida de color azul intenso, otros más celeste o con tintes de color violeta.
Si bien hay personas que lo definen como un té “semi fermentado”, otros señalan que en verdad se trata de un té “semi oxidado” y que el error radica en los problemas de traducción antiguos que se daban cuando los occidentales querían interpretar los escritos chinos.
A día de hoy los hashtags #butterflypeatea y #butterflypeaflowertea -nombre en inglés que se le otorga al té azul- han alcanzado más de 40 millones de visitas solamente en TikTok. Quien navegue por esos hashtags se encontrará con cientos de videos que muestran cómo hacer limonadas, tés, cócteles e incluso fideos que cambian de color y con el tinte de las hebras del té azul. No obstante, a pesar de su reciente fama y popularidad en las redes sociales, este tipo de té se ha utilizado durante siglos en países asiáticos como Tailandia, China y Vietnam, para hacer infusiones de hierbas que brindan beneficios para la salud aparte de un exquisito sabor.
Té azul, las propiedades del “paracetamol de la naturaleza”
“Tiene un sabor similar al del té verde y suele cocerse de forma que quede fuerte, dejando en el amargor un gusto dulce. Es una infusión que trae todo el poder de la naturaleza directo a nuestro cuerpo”, revela Sol Vazquez, licenciada en Nutrición Holística y especialista en alimentación basada en plantas y medicina funcional.
Según la profesional, dado su origen milenario, la infusión se asocia al gran contenido de antioxidantes que tiene. Precisamente, los antioxidantes son sustancias capaces de proteger las células frente a los radicales libres -moléculas que provocan envejecimiento prematuro celular y condicionan el desarrollo de enfermedades en el cuerpo-. “Cuando uno busca elevar sus niveles de energía, disminuir la inflamación, proteger la salud intestinal, mejorar síntomas premenstruales, aumentar el foco y mejorar los estados de ánimo, es cuando más vas a necesitar consumir este alimento-medicina que es el té azul”, sostiene.
Las antocianinas -grupo de antioxidantes que se encuentran en ciertos tipos de plantas y hojas- presentes en el té azul podrían ayudar a reducir el nivel de azúcar en la sangre y, a su vez, reducir el riesgo de diabetes tipo 2, señala una investigación titulada “La importancia de las antocianinas en la prevención y el tratamiento de la diabetes tipo 2″. Según se detalla en el escrito científico, las antocianinas aumentan la producción de insulina, también conocida como la hormona que transporta el azúcar en la sangre a las células, y como resultado regula el nivel de azúcar en sangre evitando así niveles altos que pueden aumentar las posibilidades de desarrollar ciertas enfermedades o de empeorar el cuadro diabético.
Al ser un té con gran contenido de polifenoles, se lo asocia con efectos cardioprotectores, antidiabéticos y antiinflamatorios, destaca Vazquez. “No contiene proteínas, grasas, azúcares, ni fibras. Sí aporta en cantidades moderadas calcio, magnesio, potasio, vitamina A, vitaminas del complejo B y vitamina C. Al consumirlo, sus componentes disminuyen los parámetros bioquímicos del colesterol y los triglicéridos, colaborando con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, presión alta y síntomas asociados”, enfatiza la especialista.
Un estudio publicado en el Chinese Journal of Integrative Medicine tuvo como fin observar los efectos del té azul en personas con sobrepeso. En las conclusiones de la investigación se especifica que el consumo diario del té azul fue capaz de disminuir el contenido de grasa corporal y reducir el peso en los participantes al mejorar el metabolismo de los lípidos -grasas que se absorben de los alimentos o se sintetizan en el hígado-. “El consumo diario de este té puede prevenir los cuadros de obesidad”, finaliza.
En lo sucesivo, Vazquez añade que el galato de epigalocatequina (EGCG) -tipo de compuesto a base de plantas cuyo consumo se ha asociado a potenciales efectos terapéuticos en varias enfermedades- presente en las hebras de este té y sus metabolitos de polifenoles, tienen propiedades que favorecen la microbiota intestinal -conjunto de virus y bacterias que viven en los intestinos- y que esto puede ayudar a modular: emociones, pensamientos, procesos de absorción de nutrientes y el sistema inmunológico. “Los polifenoles del té azul, ayudan a que se produzcan ácidos grasos de cadena corta que son sumamente necesarios para mantener al intestino y al cuerpo sanos. Esto es esencial dado que cuanta más diversidad de microorganismos haya en la microbiota intestinal, más efectos positivos vamos a observar también en el peso del cuerpo”, declara.
“Clitoria ternatea, una hierba con actividades farmacológicas potenciales: Perspectivas de futuro como medicina herbaria terapéutica”, es el nombre de una investigación publicada en el Journal of Pharmacological Reports en la que se evidencia que dicha planta presenta gran variedad de beneficios para la salud de las personas: mejora la memoria, es utilizado como agente ansiolítico en la medicina ayurvédica; cuenta con nootrópicos -sustancias capaces de amplificar las capacidades cognitivas- y posee propiedades antiestrés, antidepresivas, sedantes, antiinflamatorias y analgésicas.
¿Cómo se prepara?
Su preparación es similar a la del resto de los tés. Se debe colocar las hebras en un infusor o colador de té y una vez que se lo ponga dentro de una taza se vierte encima el agua hirviendo. Hay que dejarlo reposar entre tres y cuatro minutos para que se acentúe su sabor y luego se lo puede consumir.
En lo que refiere a las cantidades, se puede usar dos gramos de té por 170 ml de agua, o unas dos cucharaditas de hebras del té por taza. Las mismas se pueden conseguir en dietéticas y herboristerías.
Para que el cuerpo pueda gozar de sus beneficios y que no interactúe en la absorción de otros nutrientes, Vazquez sugiere tomar la bebida dos horas antes o dos horas después de las comidas principales. “No es recomendable tomarlo cerca de la hora de dormir o por la tarde porque puede entorpecer el descanso y el sueño, al igual que cualquier otra infusión que contenga cafeína”, advierte.
¿Qué tener en cuenta?
Al tener una cuota de cafeína, no es recomendable su ingesta en exceso, señala Vazquez. A su vez, agrega que su consumo es contraindicado en niños pequeños, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, personas con enfermedades renales o con hipertensión arterial.
Por último, es relevante destacar que siempre se sugiere consultar con un profesional de la salud si se consume algún tipo de medicación ya que puede haber un riesgo de interacción con las propiedades y efectos de la planta Clitoria ternatea.