La Nación/GDA
La cebolla, conocida científicamente como Allium cepa, es una plantaoriginaria de Asia Central, específicamente de la región que comprende Irán, Pakistán y Afganistán. Se cree que ha sido cultivada por humanos desde hace más de 5.000 años.
Este vegetal se convirtió en un ingrediente esencial de muchas recetas, pero puede ser un problema si no se almacena correctamente. Según algunos expertos en higiene alimentaria, como Sarah Taylor de High Speed Training, hay formas de prolongar la frescura de las cebollas y evitar que se echen a perder prematuramente. “Es mejor almacenar las cebollas en un lugar seco y oscuro, no deben guardarse en la heladera”, aseguró la especialista.
“Sacalas de la bolsa de plástico para permitir que el aire circule a su alrededor y mantenelas separadas de las papas, ya que las dos juntas pueden afectar la vida útil de ambos artículos”, reveló sobre la importancia de ordenar adecuadamente las verduras en nuestra casa.
Pero, ¿por qué no es recomendable poner las cebollas en la heladera? El frío y la humedad de este artefacto pueden acelerar su deterioro y hacer que se pudran más rápidamente.
Además del lugar de almacenamiento, también es importante tener en cuenta cómo se almacenan. Algunas prácticas pueden ayudar a prolongar su vida útil. Por ejemplo, es recomendable separarlas unas de otras y no guardarlas cerca de otras frutas y verduras que emitan gases que aceleren su maduración.
Otro consejo útil es inspeccionarlas regularmente para detectar signos de deterioro. Si notás que alguna está empezando a pudrirse, retirala del grupo para evitar que contamine a las demás. Además, si una está demasiado madura, podés utilizarla inmediatamente para cocinar y evitar que se desperdicie.
En el caso de las cebollas cortadas o picadas, es recomendable guardarlas en un recipiente hermético en la heladera para evitar la contaminación cruzada y prolongar su frescura. También, consumirlas en un plazo de tiempo razonable para evitar su deterioro. Otro truco para conservarlas frescas por más tiempo es envolverlas individualmente en papel de diario. Esto ayuda a absorber la humedad y protegerlas de la luz.
Algunas otras verduras como los tomates, morrones, papas, berenjenas, calabacines, calabazas, pepinos y ajos también tienden a deteriorarse rápidamente si se guardan en la heladera. La humedad puede causar que pierdan sabor, desarrollen manchas o se vuelvan harinosas. Por eso, es mejor guardarlas en un lugar fresco y seco como un placar de cocina.
En general, muchas verduras tienen mejor sabor y textura cuando se almacenan a temperatura ambiente. Es importante conocer las necesidades de almacenamiento de cada una de ellas para mantener su frescura por más tiempo.
Otro tuco ideal para tener en cuenta sobre las cebollas es el que ayuda a que no lloren los ojos al cortarla. Muchos cocineros aseguran que la mejor técnica para lograrlo es remojándola, lo que hace que se diluyan en agua los compuestos responsables de las lágrimas y se experimenta menos picor. Sin embargo, hay otra alternativa que invita a poner durante los diez minutos previos a realizar el corte la verdura en el freezer.