Nutrición

Cuáles son los beneficios de las algas marinas, un alimento clave en la dieta de Novak Djokovic

El consumo moderado de algas marinas comestibles es recomendado por sus múltiples ventajas para la salud del organismo.

Compartir esta noticia
Mujer comiendo algas marinas.
Mujer comiendo algas marinas.
Foto: Freepik.

Si pensamos en ténis profesional, uno de los primeros nombres que se nos vienen a la mente es el de Novak Djokovic. En lo que va del año, el tenista serbio lleva 19 victorias consecutivas y afianza su lugar en el puesto número uno del ranking mundial. ¿Cuáles son los secretos de su éxito?

Además de la disciplina que hay que tener en el entrenamiento, los buenos hábitos alimenticios influyen mucho en el rendimiento deportivo.

La dieta de Novak Djokovic.

En 2010, Djokovic fue diagnosticado con celiaquía luego de sufrir algunas descompensaciones durante sus partidos. A partir de ello, se vio obligado a hacer cambios en su dieta y este nuevo camino fue uno de los factores claves que lo llevó a convertirse en el número uno del tenis mundial.

En una entrevista contó sus nuevas costumbres: después de tomar agua con limón y jugo de apio en ayunas, espera media hora y prepara un batido verde con diferentes algas de mar, verduras y suplementos. “Me da claridad mental, me ayuda a sentirme bien y me aporta diferentes beneficios para la salud”, declaró en varias oportunidades a medios deportivos.

De esta manera, el consumo de algas marinas empezó a generar curiosidad y popularizarse.

Hoy, el hashtag #algasmarinascomestibles tiene ocho millones de visualizaciones en TikTok y son incontables los usuarios de todo el mundo que se filman mientras abren los paquetes, leen su contenido nutricional, los prueban y cocinan.

Qué son las algas marinas.

También conocidas como 'verduras marinas', las algas se usan en la cocina y en tratamientos de belleza.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), las algas marinas se consideran alimentos saludables, nutritivos y de bajo contenido calórico. Además, enfatizan que en un contexto donde la población mundial no para de crecer y los problemas ambientales son cada vez mayores, “las algas constituyen una de las diversas opciones sostenibles que pueden contribuir a la seguridad alimentaria mundial”.

Desde tiempos remotos, forman parte de la tradición culinaria de las sociedades del continente asiático, quienes las incluyen de manera regular en su alimentación. Actualmente, China y Japón son sus principales productores y consumidores. Se estima que por día sus ciudadanos ingieren entre 8,5 y diez gramos de algas.

¿Cómo se consumen las algas marinas comestibles?

Las algas se consideran versátiles por sus múltiples formas de cocción y consumo. Estela Mazzei, licenciada en Nutrición, explica que vienen frescas (se asemejan a la lechuga) o secas en forma de láminas, ideales para saltear, hornear, hervir y combinar en distintos platos, preparaciones o en forma de chips para el momento de una colación. Además, “se encuentran en formato polvo para mezclar en infusiones”, resalta la especialista.

“La forma de consumo que la mayoría conocemos es en el sushi. El alga nori envuelve el arroz del roll y hace que conserve su forma. Sin embargo, son infinitas las opciones que hay para ingerirlas, simplemente nos tenemos que acostumbrar”, comenta Yael Hasbani, Health Coach certificada en Salud y Nutrición Holística.

“Se dice que tiene sabor umami, ni dulce ni salado, tampoco amargo, y su aroma es a mar”, describe Mazzei.

Sushi.
Sushi.
Foto: Pixabay.

Beneficios de comer algas marinas.

Hasbani señaló que las algas marinas comestibles son fuente de minerales tales como el yodo, una sustancia que no se encuentra fácilmente en alimentos y que favorece la síntesis de hormonas de la glándula tiroidea; calcio, que provee estructura ósea y dentaria; hierro, que colabora en el transporte de oxígeno y fortalece el sistema inmune; fósforo, que interviene en las contracciones musculares y las señalizaciones nerviosas; y potasio, esencial para el buen funcionamiento cardiovascular y para regular la presión arterial.

A su vez, la experta remarca que contienen vitaminas del grupo A, C (solo si se consume cruda), B1 y B12.

Por su parte Mazzei cuenta que son fuente de fibra: “No solo aportará saciedad sino que regulará el sistema digestivo y generará los aminoácidos esenciales que le darán estructura al organismo y evitarán que se inflame”.

Según la National Institutes of Health (NIH, por sus siglas en inglés), las algas son un alimento que protege el sistema inmune, el aparato digestivo y previene enfermedades crónicas y autoinmunes tales como la diabetes, el cáncer y la hipertensión.

Cuándo no comer algas marinas.

Si bien su consumo es altamente recomendado, Hasbani comenta que ciertos grupos poblacionales deberían evitarlas o moderar su ingesta, entre ellos “las personas que sufren hipertiroidismo, hipertensión, problemas cardíacos y las mujeres embarazadas o en etapa de lactancia”.

Sucede que “el posible exceso de yodo que traen puede ser contraproducente para aquellos que tienen disfunciones en la tiroides o patologías crónicas”, explica Mazzei y agrega que también pueden traer altas dosis de metales pesados, como mercurio, plomo y sodio, que a largo plazo son dañinos para la salud.

Por ello, los especialistas consultados hacen hincapié en que las algas no son para incorporarlas, sino que su ingesta debe ser esporádica y en niveles bajos.

Tipos de algas marinas comestibles.

Hay dos tipos: las que provienen del mar, como el kombú, hiziki, wakame, nori y agar-agar, y las del río o agua dulce, como la espirulina y chlorella. “La diferencia está en la cantidad de nutrientes que tiene cada una y en el color, que puede ser azul, pardo y rojo en función de la profundidad en la que estén”, describe la nutricionista.

Previo a su consumo, Hasbani recomienda enjuagarlas bien para quitarles el excedente de sodio que pueden traer. Después, sugiere hidratarlas durante media o una hora.

Kombú: como es una de las algas con más yodo y es recomendada para reforzar el sistema inmunológico y evitar el agotamiento. También se sugiere añadirla al agua de la cocción de legumbres y arroces porque facilita su digestión.

Wakame: es ideal para incluir en ensaladas, sopas y mezclarla con verduras. Ayuda a remover las toxinas de la sangre y favorece el correcto funcionamiento del aparato digestivo.

Nori: es conocida como el alga para hacer sushi. También es excelente para tratar problemas cutáneos, disminuir el colesterol y favorecer la eliminación de depósitos grasos.

Agar-agar: se la suele usar en la cocina para gelificar alimentos debido a su poder de absorber agua. Al ser alta en fibra, es una aliada para tratar problemas intestinales.

Hiziki: es un alga de textura blanda, similar a la nori, rica en fibras y minerales. Sin embargo, no se recomienda su consumo ya que por lo general contiene arsénico inorgánico, compuestos químicos que liberan las industrias y que a veces se deposita en el mar.

Espirulina: es una de las algas de tamaño más pequeño y azulada. Se caracteriza por aportar gran cantidad de proteínas, incluso superar la cantidad que tienen los huevos, el pescado o la carne. También aporta vitaminas, calcio y fósforo. Se la suele utilizar en polvo para mezclar en infusiones o comidas.

Chlorella: al igual que la espirulina, aporta una gran cantidad de proteínas y es una importante fuente de vitamina B12. Es una de las algas con más concentración de clorofila, una sustancia que fomenta el proceso de fotosíntesis y que en el organismo humano actúa como antioxidante.

(Por La Nación GDA)

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar