La Nación/GDA
El gluten es una proteína de origen vegetal que se encuentra en varios cereales, como el trigo, el centeno y la cebada, entre otros alimentos. Una vez ingerida, esta debe ser metabolizada, aunque para algunas personas puede ser difícil, ya que el proceso puede provocarles daños intestinales. Este padecimiento se conoce como celiaquía, un trastorno digestivo crónico que puede afectar al intestino delgado, debido a una intolerancia por parte del órgano hacia el componente.
Aunque se desconoce la causa exacta del padecimiento, los expertos sugieren que por el momento esta afección solo se ha desarrollado en contextos genéticos y el consumo de dietas a con ingredientes a base de gluten. Los síntomas más comunes que evidencian la intolerancia a esta proteína vegetal son los siguientes, según el portal de la Clínica de la Universidad de Navarra:
- Diarrea crónica
- Pérdida de peso
- Deposiciones abundantes y grasientas
- Anemia inexplicada
- Dolor abdominal recurrente y gases
- Molestias óseas y articulares
- Calambres musculares y cansancio
- Retraso del crecimiento
Vale aclarar que estas señales no siempre son evidentes en todos los casos de pacientes celiacos, ni tampoco se presentan con la misma intensidad.
Esta enfermedad debe ser diagnosticada por un médico y un análisis detallado que dé cuenta de que el paciente sí sufre la afección, con el fin de proceder a eliminar de inmediato el gluten de su dieta. No obstante, si la persona no ha recibido una valoración que impida el consumo del mismo y solo decide eliminarlo por voluntad propia, esta acción podría crear algunas deficiencias en la alimentación.
¿Qué pasa si se deja de consumir gluten por voluntad propia?
De acuerdo con Óscar Roncero, especialista en aparato digestivo y experto de la Sociedad Española de Aparato Digestivo (SEPD), el gluten no es un componente con indispensable valor nutricional, sin embargo, los alimentos que lo contienen aportan varios nutrientes ricos en fibra y vitaminas.
Asimismo, en caso de excluirla por completo, se puede crear una sensibilidad al nutriente: “Si eliminamos el gluten de forma permanente, nos podemos volver intolerantes a la proteína. Entonces empezarán los problemas con la dieta”, señala el especialista en entrevista con el portal especializado en salud Cuídate Plus.
Otros efectos de suspender el gluten sin un diagnóstico médico, es el equivocado reemplazo del mismo por otros alimentos que no ayudan a alcanzar los nutrientes necesarios en términos de fibra para una dieta balanceada. “El hecho de que algo no contenga gluten no significa automáticamente que sea más saludable", dice.
Algunos alimentos sin gluten pueden tener más contenido de grasas, azúcar y calorías totales y a su vez tener menos fibra y vitaminas que sus versiones normales, asegura el portal especializado de la Sociedad Americana de Cáncer. En ese sentido, lo recomendable es consultar con su médico de cabecera o el nutricionista la eliminación total del gluten, en caso de que no padezca la intolerancia y no haya sido diagnosticado como un paciente celiaco.
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