Redacción El País
El organismo normalmente elimina el ácido úrico a través de la orina. Sin embargo, cuando sus niveles exceden los 7 mg/dl en hombres y 6 mg/dl en mujeres, puede acumularse en la sangre, aumentando el riesgo de diversas enfermedades como gota, hiperuricemia e insuficiencia renal.
Uno de los síntomas característicos del ácido úrico alto es su tendencia a concentrarse en los riñones y las articulaciones. Esto puede manifestarse con hinchazón, enrojecimiento y dolor, especialmente en áreas como talones, tobillos, rodillas y dedos de manos y pies.
Además del dolor articular, el exceso de ácido úrico puede provocar la formación de cálculos renales, compuestos por cristales de ácido úrico, que pueden obstruir las vías urinarias y causar dolor intenso en la región lumbar o abdominal, así como dificultad para orinar.
Además, algunas personas pueden experimentar sensación de calor y rigidez en las articulaciones afectadas, así como deformidad en estas estructuras, lo que dificulta la movilidad y causa malestar en el paciente.