De vender choripanes en la vereda a ser influencer con millones de seguidores: la historia de Salva el "ingeniero en carnes"

El argentino Salvador Mazzocchi es ingeniero, pero también cocinero e influencer. De visita en Montevideo charló con El País sobre su camino, desde el ingenio que siempre plasmó en la cocina hasta llegar a tener millones de seguidores.

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Salvador Mazzocchi. Foto: Leonardo Mainé
Salvador Mazzocchi. Foto: Leonardo Mainé

En un mundo donde las redes sociales impulsan la popularidad y carreras de muchos, Salvador Mazzocchi se destaca no solamente por la magia que despierta cuando cocina, sino también por su capacidad para fusionar dos mundos que, a primera vista, parecerían ir por carriles diferentes: la ingeniería y la gastronomía.

Este influencer argentino, con millones de seguidores en sus redes sociales, encontró la manera de unir su formación como ingeniero industrial con su pasión por la cocina, preparando platos más que tentadores y con el plus de que muchas veces fabrica sus propios ingredientes.

Salvador creció en el barrio de Floresta (Buenos Aires) y uno de los primeros datos que menciona es su fanatismo por el Club Atlético All Boys. Luego, cuenta cómo se define a sí mismo: “Te diría que soy algo así como un ‘ingeniero en carnes’, aunque de profesión soy ingeniero industrial. Disfruto encontrar en la cocina una forma de aplicar la ingeniería. No se necesitan instrumentos de última generación para cocinar; con tres cosas que tengas, podés hacer maravillas. Me gusta crear con lo que tengo”.

Esa es su impronta: con poco, hacer mucho, de la mano de la unión entre la ingeniería y la cocina.

Un comienzo improvisado, para ayudar a sus padres.

Su historia inspira a quienes buscan hacer de su pasión un modo de vida. Desde niño, a Salvador le gustaban los fuegos, pero sin romantizar los comienzos, hay que decir que no todo fue sencillo. Hubo momentos en los que tuvo que improvisar para ayudar a su familia: “Mi papá tenía una verdulería y en un momento se enfermó. No estábamos bien económicamente, así que volviendo del colegio, me fabriqué una parrillita y me puse a vender choripanes. Al principio no me sentía muy orgulloso, pero descubrí que alrededor del fuego se generaba algo especial. La gente se juntaba, compartía, eso me quedó grabado”, dijo.

Salvador prendió el fuego día tras día y vendió durante un tiempo choripanes en la vereda. Lo que no sabía entonces, es que ese fuego no se apagaría, sino que marcaría el primer paso en un camino que lo llevaría, años más tarde, a dejar su trabajo de una década en una empresa para dedicarse de lleno a su pasión.

“Era gerente en una empresa importante, pero sentía que necesitaba hacer algo con la cocina. Cuando me mudé, no tenía parrilla en mi casa, así que me fabriqué una. Empecé a mostrarla a mis amigos y en redes sociales. A la gente le gustaba y me preguntaban cómo la había hecho. Así comencé a compartir recetas y a mostrar sus distintas funcionalidades”, rememoró.

La movida se inició en 2018 y en 2019 decidió meter el pie en el acelerador. En pandemia, con más tiempo en su casa, empezó a subir más contenido.

“Al principio fue un hobby, pero poco a poco, algunas marcas comenzaron a contactarme para generar contenido. Al principio me pagaban con productos, pero eso no cubría mis necesidades económicas. Hasta que un día me llamaron de Canal 13 para un casting, y aunque no era mucho dinero, lo tomé como una señal de que debía ir por ese camino”, contó.

“Fueron meses duros. Pasamos de estar tranquilos económicamente a estar bastante apretados, pero por suerte todo empezó a crecer. Hoy en día, este es mi trabajo y mi forma de vida”, señaló.

La autenticidad es una de las claves de su éxito: se presenta como un tipo común con quien sus seguidores pueden identificarse. No es un chef profesional, pero sí un apasionado de la cocina que disfruta al compartir con los demás.

Detrás de cada video hay horas de trabajo y dedicación. Su esfuerzo ha dado sus frutos, hoy más de 3.4 millones de personas engordan su cuenta de Instagram y seguidores de varios países esperan cada nueva publicación.

“Le dedico horas a pensar cómo hacer que luzcan bien, que sean accesibles para todos, y que inviten a la gente a juntarse. Todos los días, a las 8:30 estoy encendiendo el fuego. Puedo tardar una jornada completa en filmar, editar y subir un video que la gente ve en unos pocos minutos”, sostuvo.

Salir de lo tradicional, pero manteniendo lo simple.

La creatividad es otra de las características distintivas de Salvador. Desde parrillas motorizadas que circulan por la calle hasta estructuras improvisadas en lugares insospechados, siempre logra sorprender con sus proyectos. No se conforma con lo tradicional; su ingenio lo lleva a explorar nuevas formas de cocinar.

Entre los elementos de cocina que ha fabricado se destaca, por ejemplo, la “chorineta”. “Es de las cosas más locas que hice. La inventamos para un asado con el plantel de Estudiantes de La Plata. Es una parrilla gigante con motor que circula por la calle, y ahora la usamos con fines solidarios”, detalló.

Uruguay es un destino especial que visita bastante seguido y aquí se siente como en su casa, dijo. Esta vez, se sumará al Festival Invernal de la Patria organizado por Bar Facal. La cita —para festejar la Independencia, los 300 años de Montevideo y las tradiciones nacionales— será mañana de 12 a 17 horas en 18 de Julio y Yí. Habrá parrillada, chivitos, comida de olla, churros y otras gastronómicas, además de escenario con DJ, música en vivo, bailes, presentaciones y charlas sobre alimentación y maridaje.

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