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Cada vez tienen más éxito iniciativas que alientan a dejar de beber alcohol durante un mes. Aunque pueda parecer inútil, la evidencia sugiere que esta pequeña pausa es suficiente para generar cambios beneficiosos en el organismo.

Según los expertos, los beneficios variarán según el patrón de consumo de cada persona. Por ejemplo, para las personas que beben poco, abstenerse completamente del consumo de alcohol durante un mes puede traerles una sensación de control sobre su propia salud o de logro al alcanzar una meta establecida. Para las personas con un patrón de consumo problemático, los cambios fisiológicos de la iniciativa pueden tener un mayor impacto.

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El consumo moderado de alcohol se define como hasta dos dosis al día para hombres y una para mujeres. Una dosis de alcohol equivale a 14 gramos de alcohol puro o una lata de cerveza de 350 ml, una copa de vino de 150 ml o una dosis de 45 ml de bebida destilada.

Para aquellos que consumen una cantidad mayor que esta, dejar de consumir alcohol aunque solo sea por 30 días puede ayudar al cuerpo de las siguientes maneras: 

• Alivio del hígado
• Reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular
• Reducción del riesgo de cáncer
• Pérdida de peso
• Mejor sueño y cerebro

Además, este período puede ser sólo el comienzo de un cambio duradero para las personas que tienen un patrón de consumo abusivo.

Un estudio de 2015 encontró que las personas que dejaban de beber durante un período de cinco semanas tenían un riesgo reducido de daño hepático, un mejor equilibrio de glucosa y mejores esfuerzos para perder peso. También se ha demostrado que un mes sin alcohol disminuye las proteínas en la sangre que promueven el cáncer.

Otro estudio, publicado en el Canadian Medical Association Journal, encontró que los adultos, especialmente las mujeres, que dejaron de beber experimentaron un aumento en su bienestar mental general. 

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Además, el consumo de alcohol perjudica el sueño. Se podría pensar que es todo lo contrario porque el alcohol ayuda a inducir el sueño más rápido. Sin embargo, esto interfiere con el ciclo de sueño, haciéndolo menos reparador. La falta de sueño crónica, en sí misma, perjudica la salud. Cuando este es causado por el exceso de alcohol, al daño causado por la falta de sueño se le suma el causado por el consumo de alcohol.

Dejar de beber también hace que la piel sea más bella. El alcohol deshidrata la piel y reduce las reservas de antioxidantes, aumentando el riesgo de daño de los radicales libres. Eliminar el alcohol ayuda a aumentar la hidratación de la piel y la producción de colágeno, lo que da como resultado una apariencia más radiante y firme.

Las bebidas alcohólicas tienen un alto contenido calórico y, además, la resaca predispone a elegir alimentos poco saludables. De esta forma, eliminar el alcohol ayuda a mantener un peso saludable. Un estudio publicado en la revista Obesity demostró que las personas que redujeron o eliminaron las calorías del alcohol perdieron más peso.

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Por último, no es ningún secreto que el consumo de alcohol altera el funcionamiento del cerebro. Un estudio publicado en 2015 en la revista científica BioMed Research International demostró que los efectos a corto plazo de las bebidas alcohólicas incluyen más emocionalidad, control motor reducido, lapsos de memoria y aumento de la impulsividad .

La buena noticia es que un breve período de abstinencia ayuda al cerebro a recuperarse. Otro estudio, publicado en la revista científica Alcoholism: Clinical and Experimental Research, demostró que las personas con trastorno por consumo de alcohol recuperaban el volumen de materia gris en el cerebro en sólo dos semanas sin beber. Esto mejora el procesamiento de las emociones, la predicción de las consecuencias de las decisiones y la concentración.