El Tiempo/GDA
Probablemente no exista una fruta tan vistosa, jugosa y alegre como la sandía, considerada como la fruta más grande de todas y en promedio es de las más pesadas que existen. Su color verde externo y su piel manchada la han hecho ser catalogada como un vegetal hermano de la auyama y el pepino.
Su dulce sabor y su 94% de contenido de agua la han convertido en la fruta tropical por excelencia. Además tiene proteínas, fibra, tiamina, hidratos de carbono, grasas y vitaminas como A, B1, B2, C y E, todo esto sin olvidar su rico contenido de sodio, potasio, hierro o calcio.
Expertos como los que trabajan en el departamento de fitonutrimentos de la Universidad de Maryland aseguran que es excelente para limpiar el riñón y tratar problemas de salud como reumatismo, presión arterial y hasta gases intestinales. Aunque su mejor virtud es la reconstrucción celular y antioxidante, que mejora las defensas del cuerpo.
De acuerdo con un estudio del Journal of Agricultural Food and Chemistry, mencionado por National Geographic, consumir sandía después de hacer ejercicio "ayuda a reducir la frecuencia cardíaca de los atletas, así como el dolor muscular". Esto es gracias a que contiene L-citrulina, un aminoácido esencial que ayuda a relajar la circulación.
Lo recomendable es comerla muy fresca, y se aconseja consultar al médico antes de consumirla si sufre de problemas hepáticos, de vesícula, dispepsia o cólicos y dilatación del estómago (guayabo).