Victoria Vera Ziccardi, La Nación/GDA
Los alimentos y bebidas con componentes de la membrana del glóbulo graso lácteo (MFGM, por sus siglas en inglés) pueden ayudar a prevenir el deterioro cognitivo leve característico de la vejez. Esta es la conclusión a la que se llegó en un estudio piloto reciente del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL, CSIC-UAM) de Madrid publicado en la revista internacional Journal of Functional Foods.

Precisamente, el declive cognitivo constituye una de las ramificaciones más significativas del proceso de envejecimiento, y a día de hoy, los tratamientos farmacológicos han demostrado no ser del todo eficaces para prevenir o revertir los cuadros de debilitamiento.

Sumado a ello, los profesionales que estudian el cerebro ratifican que las deficiencias cognitivas en el hipocampo cerebral se relacionan con niveles reducidos de fosfolípidos –componentes estructurales de las membranas celulares que ayudan a mantener su fuerza, flexibilidad e integridad–, que desempeñan un papel esencial en el mantenimiento de la actividad cognitiva, así como en el buen funcionamiento de la memoria y el aprendizaje. Los fosfolípidos son los componentes principales de los lípidos del sistema nervioso, están en las membranas celulares y poseen la capacidad de interactuar con metabolitos, hormonas, anticuerpos y otras células.

En relación con esto, Matías Marchetti, licenciado en Nutrición y autor de libros sobre vida sana, informa que la membrana del glóbulo graso lácteo (MFGM) es una fuente de múltiples compuestos bioactivos, entre ellos: fosfolípidos, glucolípidos, glucoproteínas y carbohidratos que tienen funciones utilitarias importantes dentro del cerebro y el intestino.

Para la investigación publicada en el Journal of Functional Foods el grupo de estudiosos enriqueció un lácteo bebible con MFGM y lo puso a prueba en un estudio clínico piloto aleatorizado para saber con seguridad si es un abordaje efectivo para combatir el envejecimiento cognitivo en adultos mayores de 65 años.

Consecuentemente, cuarenta y cuatro individuos de dicha edad se sometieron a la observación de los profesionales y consumieron una ración diaria de leche con MFGM o leche control desnatada (sin MFGM) y a diversas pruebas cognitivas y analíticas durante 14 semanas para llegar a un veredicto concreto. Cabe acotar que algunos de los participantes se encontraban sanos y otros presentaban un leve deterioro cognitivo.

Tras analizar el impacto de la bebida con MFGM en participantes, especialmente en mujeres, los autores del estudio pudieron notar mejoras en la capacidad de recordar acontecimientos recientes de su vida, también catalogada como memoria episódica.

Así, la conclusión a la que se llegó fue que la suplementación nutricional con MFGM tiene la capacidad de prevenir o ralentizar la progresión del deterioro cognitivo relacionado con la vejez. “El consumo de estas bebidas debería comenzar antes de que se manifiesten los primeros síntomas clínicos, dado que luego, el tratamiento farmacológico puede no ser suficiente”, figura en el escrito. No obstante, los autores concluyen que futuros estudios a largo plazo sumarán más valor a sus hallazgos.

“No considero que los resultados del estudio sean del todo concluyentes para algo tan complejo que debe ser estudiado a largo plazo. Al trabajar con el deterioro cognitivo en personas de esa edad se pueden destacar cientos de factores beneficiosos o intervinientes como la comida, nivel de actividad física, el estímulo neuro didáctico, neurocientífico y muscular, entre otros”, sostiene Marchetti.

Por su parte, Alejandro Andersson, médico neurólogo y director del Instituto de Neurología de Buenos Aires, destaca que es sabido que la ingesta de MFGM en bebés ayuda a su desarrollo cognitivo y a elevar sus defensas contra las infecciones; además, el doctor añade que este suplemento contiene ácidos grasos como Omega-3 y DHA (ácido docosahexaenoico) que son elementos esenciales para la protección y mejora neurológica.

“Si bien los resultados del estudio en adultos mayores suenan prometedores, para algunos expertos son discutibles los mecanismos que están detrás del estudio”, advierte. “Habría que seguir investigando en profundidad la cuestión, pero mientras tanto seguir promulgando el consumo de ácidos grasos de buena calidad cuyos beneficios están ampliamente comprobados”, dice Andersson.