El Tiempo/GDA
En la búsqueda constante de alternativas naturales para mejorar nuestra salud, el perejil emerge como un condimento no solo relevante en la cocina por su aroma y sabor, sino también por sus propiedades depurativas, especialmente beneficiosas para los riñones.

Este ingrediente, común en múltiples culturas culinarias, se puede consumir en infusión, ofreciendo así un doble beneficio tanto gastronómico como medicinal.

Desde el Hospital Universitario de la Universidad Nacional de Cuyo, en Argentina, enfatizan la importancia de cuidar los riñones. Estos órganos, fundamentales en nuestro cuerpo, son responsables de eliminar toxinas y excesos de líquidos, controlar el balance químico, regular la presión arterial, contribuir a la salud ósea y a la producción de glóbulos rojos.

Para mantenerlos en óptimas condiciones, se recomienda practicar ejercicio regularmente, mantener una dieta equilibrada, evitar el tabaquismo, reducir la ingesta de sal y beber agua antes del desayuno.

Integrar el perejil a nuestra dieta cotidiana es una manera sencilla y eficaz de apoyar estas funciones. Según la Fundación Española de Nutrición, el perejil es rico en vitaminas A y C, proteínas, y minerales como hierro, calcio y potasio. Estos nutrientes lo convierten en un poderoso aliado para la depuración renal.

El consumo de perejil, ya sea directamente en los alimentos o como infusión, facilita la diuresis, ayudando así a eliminar más eficientemente las toxinas del cuerpo. Además, contribuye a la salud digestiva, previene el estreñimiento y la formación de gases, y ofrece un aporte nutricional que refuerza el sistema inmunitario.

La salud de nuestros riñones es fundamental para el bienestar general del organismo. Por ello, el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK) ofrece un conjunto de recomendaciones vitales para prevenir enfermedades renales y asegurar el correcto funcionamiento de estos órganos esenciales.

Adoptar una dieta saludable: es fundamental consumir una dieta rica en vegetales y frutas frescas, que aporten los nutrientes necesarios sin sobrecargar los riñones.

Moderar el uso de medicamentos: algunos medicamentos, especialmente analgésicos y antiinflamatorios, pueden ser nocivos para los riñones si se consumen en exceso. Es importante seguir siempre las prescripciones médicas y evitar la automedicación.

Controlar la presión arterial: la hipertensión arterial puede causar daño renal a largo plazo. Mantener una presión arterial saludable a través de dieta, ejercicio y medicación prescrita es esencial.

Mantenerse activo físicamente: el ejercicio regular no solo ayuda a controlar el peso sino que también mejora la circulación sanguínea, beneficiando así la función renal.

Evitar el tabaquismo: fumar puede dañar los vasos sanguíneos y disminuir el flujo de sangre hacia los riñones, deteriorando su función.

Realizar chequeos médicos regulares: es vital visitar al médico regularmente para evaluar la salud renal, especialmente si existen factores de riesgo como antecedentes familiares de enfermedades renales.

Limitar el consumo de alcohol y tabaco: ambos pueden afectar negativamente la función renal y aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades renales crónicas.

Controlar los niveles de azúcar en sangre: para personas con diabetes, es crucial mantener controlados los niveles de azúcar ya que estos pueden dañar los riñones.

Evitar la automedicación: es importante consultar a un profesional de la salud antes de tomar cualquier suplemento o medicamento, incluso los de venta libre.

Mantener una hidratación adecuada: beber suficiente agua diariamente es esencial para ayudar a los riñones a eliminar las toxinas y mantenerse funcionales.