Sol Valls, La Nación - GDA
Las fiestas de fin de año suelen asociarse con platos elaborados y postres altos en azúcares refinados. Sin embargo, cada vez se popularizan más alternativas naturales, igual de ricas y más nutritivas. Una de ellas es la halva. Se trata de un dulce elaborado a partir de semillas de sésamo y miel.
Aunque las raíces de la halva se remontan a las antiguas civilizaciones de Medio Oriente y Asia Central, el origen exacto del postre es disputado. Algunos afirman que es en Arabia, donde en el siglo VII apareció como una mezcla de dátiles triturados con leche. Otros sostienen que se creó en Persia (actualmente Irán) bajo la palabra “halwā”, que significa dulce. Para el siglo IX, el término se aplicaba a numerosos tipos de dulces y las primeras recetas se documentaron en el libro de cocina árabe del siglo XIII, el Kitab al-Tabikh (El libro de los platos).
Desde su génesis, la halva se extendió por la región e incluso a través de continentes y, fruto de sus adaptaciones según los ingredientes locales propios de cada cultura, se desarrollaron distintas versiones del dulce. También puede encontrarse escrito como halvah, halwa, halava, halawa y helva.
El sésamo, ingrediente principal de la halva, es una semilla rica en nutrientes y con diversas propiedades que la convierten en un alimento con múltiples beneficios para el organismo, desde la regulación de la microbiota intestinal, hasta el fortalecimiento del sistema inmune y el equilibrio del sistema hormonal.
Los beneficios del sésamo
“La semilla de sésamo es muy completa: tiene ácidos grasos buenos (principalmente, los omega 6 y 9), fibra, calcio, zinc, potasio, magnesio, fósforo, proteínas y, en menor medida, hierro y vitamina B del grupo 6. Además, es baja en sodio”, señala Analía Yamaguchi, médica clínica especialista en nutrición.
“Eso favorece a la microbiota intestinal, estabiliza los picos de glucosa y da saciedad”, señala Agustina Vázquez. nutricionista especializada en dietas plant based. El potasio y el magnesio, también presentes en el sésamo, potencian el buen metabolismo. Por su parte, Yamaguchi agrega que las fibras, en conjunto con una alimentación saludable, previenen el cáncer de colón.
Creación de músculo y fortalecimiento de articulaciones: Por otro lado, el sésamo es una fuente de proteínas, también conocidas por favorecer el funcionamiento del metabolismo y producir energía y crear músculo, asegura Vazquez. El magnesio, por su parte, cumple múltiples funciones en el organismo, entre ellas el fortalecimiento de las articulaciones y el descanso.
Previene enfermedades cardíacas: Algunas investigaciones sugieren que consumir semillas de sésamo regularmente puede ayudar a disminuir el colesterol alto y los triglicéridos, que son factores de riesgo para las enfermedades cardíacas.
Fortalecimiento del sistema inmune: Ambas nutricionistas mencionan al zinc, otro de los elementos presentes en las semillas de sésamo, como un jugador clave en el sistema inmunológico, de la mano con el hierro, las vitaminas del complejo B6 y la vitamina E. El zinc, agrega Yamaguchi, también es bueno para la piel y favorece la cicatrización.
Mejora la salud hormonal: El zinc, en conjunto con las grasas saludables, hacen que la semilla de sésamo sea una alimento que contribuye a la funcionalidad del sistema hormonal, subrayan las nutricionistas. “Estas forman parte de nuestras membranas celulares, regulando lo que entra y lo que sale, y transportando vitaminas”, explica Vázquez.
Cómo preparar halva casero
Hacer halva casero es simple. Hay que mezclar una taza de tahini (pasta de sésamo) -que puede hacerse triturando semillas de sésamo con un poco de aceite de oliva- con media taza de miel (aunque la medida puede variar) en un recipiente. Luego, calentar la mezcla a fuego bajo, revolver hasta que se espese y verter en un molde. Opcionalmente se le puede agregar frutos secos -como pistachos, almendras o nueces, especias, e incluso un toque de sal para lograr un sabor agridulce. Por último, refrigerar y dejar enfriar por completo antes de cortar en porciones.
“Es una variación de un mantecol más saludable”, dice Yamaguchi. “Todos los elementos que lo componen son naturales y nutritivos; ahora bien, siempre tiene que pensarse en un consumo sano”.
Ambas nutricionistas advierten que, a pesar de ser saludable, la halva tiene un alto valor calórico y que, por eso, no hay que consumirla en exceso. “Cada 100 gramos de semillas sésamo hay entre 500 y 600 calorías”, indica. En este sentido, Vázquez sugiere reducir la cantidad de miel y realzar el sabor dulce agregando canela o extracto de vainilla.