Redacción El País
El ayuno intermintente es una estrategia para el control de peso y la mejora de la salud metabólica. Sin embargo, no es una opción universal. Los expertos mantienen un debate constante sobre esta técnica, ya que se le atribuyen tanto beneficios como riesgos.

Entre los aspectos positivos señalados por los especialistas se incluyen mejoras en la sensibilidad a la insulina, la reducción de la inflamación y beneficios para la salud cerebral. Por otro lado, entre los aspectos negativos se destaca saltearse horarios de comida. En este sentido, la nutricionista Ketty Morales Rosales de la Oficina Central de Bienestar Universitario (OCBU) de la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV) de Perún enfatiza en la necesidad de supervisar este régimen de manera cuidadosa para cada paciente.

La especialista advierte que "cada cuerpo es único y reacciona de manera diferente a diversas estrategias dietéticas. Lo que puede funcionar para uno, puede no ser efectivo para otro e incluso puede resultar perjudicial". "En algunos casos, podría desencadenar trastornos alimentarios como anorexia o bulimia. Algunas personas podrían sentirse tan presionadas por los períodos de restricción que desarrollen una relación poco saludable con la comida", añade la experta.

Nayla Bustamante Morales, profesora en Nutrición, ofrece un consejo similar: "Si bien es cierto que el ayuno intermitente puede ser eficaz en algunos casos, no debe considerarse como la única estrategia alimentaria para todos. Por tanto, es esencial una consulta previa con expertos que evalúen tu situación y otorguen su aprobación".

"Las mujeres tienen preocupaciones adicionales debido a cómo los cambios hormonales pueden influir en su metabolismo y su salud en general. Según mi experiencia, algunas me informaron que el ayuno intermitente tuvo un impacto negativo en sus ciclos menstruales. Además, considero que se necesitan más investigaciones para comprender a fondo sus beneficios, por lo que creo que seguirá siendo objeto de debate entre los expertos", concluye la especialista.

Existen varios métodos para adoptar el ayuno intermitente. Por ejemplo, el método 16/8 implica abstenerse de comer durante 16 horas al día y restringir la ingesta de alimentos a una ventana de 8 horas.

Por otro lado, el método 5:2 sugiere comer sin restricciones durante 5 días a la semana y limitar la ingesta calórica a 500-600 calorías en dos días no consecutivos. Una última variante propone periodos sin comer, que pueden durar 24 horas completas o incluso más, una o dos veces por semana.