Por Lorena Balerio
El chocolate se obtiene al mezclar azúcar, pasta y manteca de cacao. A partir de esta base y en función a la proporción de la mezcla, la calidad del cacao, si se le agregan frutossecos, vainilla u otros ingredientes, será el tipo de chocolate que se obtenga.
Al aportar grasas y azúcar combinados, este alimento suele asociarse a lo prohibido, porque suma calorías extra a la dieta o incluso engorda. En este punto, es clave mirar la calidad del chocolate que consumimos, porque podríamos perfectamente consumirlo, si es de calidad. Si se opta por un chocolate de 70% cacao y la dosis diaria no excede los 20 gramos, no habría porqué demonizarlo.
El cacao es uno de los ingredientes del chocolate. Suele estar en menor o mayor proporción y contiene varias sustancias químicas, pero quiero resaltarles el triptófano y la feniletilamina.
El triptófano es un aminoácido que se utiliza en el cerebro para producir serotonina, una sustancia química que funciona como neurotransmisor. Es el responsable de sentimientos como la felicidad.
La feniletilamina es una sustancia que se produce de manera natural en el cerebro y sirve de activador para la liberación de la dopamina, la noradrenalina y la serotonina. Está asociada con la “euforia inicial del enamoramiento”. Promueve sentimientos de emoción y atracción, trabaja como anti depresivo al combinarse con la dopamina (el neurotransmisor del cerebro responsable del gusto y la sensación de placer).
Felicidad, placer, amor y emoción son sinónimo de chocolate y para generar todas estas hermosas sensaciones a nivel cerebral el chocolate tiene que ser de calidad y puro.
La pureza del chocolate.
Pureza del chocolate representa el tanto por ciento de cacao que hay presente en un producto. Cuanto mayor sea el porcentaje de cacao, mejor será la calidad final del chocolate y más propiedades nutricionales conservará. Es importante ver la proporción de cacao que tenga el chocolate que elegimos, a más pureza más cacao, pero a más procesamiento y agregados menos del elixir del placer va a quedar en mi tableta.
Los azúcares añadidos.
El cacao puro tiene un sabor amargo, lo que durante año fue considerado como algo negativo que corregir que ha dado lugar a chocolates extremadamente azucarados que terminan por perder la esencia del producto. Hoy podemos ver que el azúcar genera esa sensación de querer más, que no es propia del chocolate sino de los extras que se le agregan al hacerlos más procesados y con agregados.
Tipos de chocolate.
El chocolate negro lleva básicamente tres ingredientes: manteca de cacao, cacao en polvo o pasta de cacao y azúcar. La cantidad de azúcar del chocolate negro varía según su porcentaje de cacao. Como referencia:
Chocolate 70% cacao: tiene unos 30g de azúcar por tableta de 100g,
Chocolate 90% cacao: unos 7g de azúcar por tableta de 100g
Estos chocolates pueden resultar muy amargos en primera instancia, y hay que ir acostumbrando el paladar.
Entre el chocolate negro y el blanco está el chocolate con leche, por lo general es el que se usa en los huevos de pascuas y en el mercado infantil, a todo los ingredientes de base suma la leche y elevada cantidad de azúcar, de ahí que resultan más adictivos que el típico chocolate negro.
El chocolate blanco se diferencia del negro en la proporción de manteca y pasta de cacao que contienen. Las cantidades de manteca de cacao en el chocolate blanco son máximas y la presencia de c acao es prácticamente nula.
Azúcares y grasas saturadas.
Mirar las calorías sí, pero primero que nada los azúcares agregados que aportan.
Para saber las grasas que cada porción aporta y su calidad, observar las grasas saturadas que contiene ese huevo, que son el tipo de grasa más dañino para nuestro organismo ya que aumentan el colesterol en sangre, entre otras complicaciones. En general, el chocolate blanco y los huevos que contienen rellenos con salsas tipo “mousse” o símil merengues son los que contienen más grasas saturadas.
Las sorpresitas: es preferible aquellas que traen jueguitos a aquellas que ya sabes de antemano traen más chocolate o pastillitas que suman una bomba de azúcar con una cobertura colorida.
Si el tiempo acompaña y contás con los moldes, los huevos hechos en casa siempre serán mejores porque permiten elegir los ingredientes, los niños participan en el armado y es una forma de comer menos productos artificiales.
Así como en navidad, los niños no necesitan seis huevos de pascuas ni 20 regalos para ser felices, resulta más beneficioso regalar 1 o 2 de calidad. Si elegís huevos más azucarados, inventá una buena búsqueda de huevos de pascua, esta tradición resultará una buena estrategia para mantenerlos activos y quemando calorías en la búsqueda.
¡Felices pascuas para todos!