El Universal / GDA
Uno de los temas a tener en cuenta a la hora de elegir qué alimentos incorporar en nuestra dieta, pasa por saber diferenciar lo que pueden aportar los alimentos de origen natural con aquellos procesados o industrializados. Hoy le ponemos foco al queso y en el cuidado de la salud de nuestros intestinos.

En los alimentos que consumimos a diario están todos los nutrientes que el cuerpo precisa para garantizar su salud. Depende en gran parte de nosotros cómo será nuestra salud en base a la alimentación que mantenemos y los hábitos que implementamos en nuestra vida.

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El Instituto Mayo Clinic señala que los alimentos tardan aproximadamente de seis a ocho horas en pasar por el estómago y el intestino delgado. El próximo paso es llegar al intestino grueso donde se produce una mayor digestión por lo que todo el proceso, desde que se ingiere la comida hasta que sale del cuerpo en forma de heces, tarda de dos a cinco días.

La elección de alimentos debe tener en cuenta que el proceso de digestión pueda llevarse a cabo de forma adecuada y protegiendo la salud de los intestinos. Pero qué sucede con el queso, un alimento que es conocido por su aporte de vitamina B12, proteínas y minerales como fósforo, calcio y potasio, según el Instituto Nacional de Salud (NIH).

El queso ofrece diferentes beneficios para nuestra salud como la protección contra la diabetes tipo 2, la obesidad y la hipertensión.

Estos tres tipos de queso colaboran en el cuidado de los intestinos ya que, según datos difundidos por la Revista Internacional de Tecnología Láctea, los probióticos que contienen ayudan a producir ácidos grasos de cadena corta. Ayudan a controlar el equilibrio ácido, absorber todo tipo de nutrientes y proteger el funcionamiento de los intestinos.

• Queso cottage
  El queso cottage se convirtió en un alimento de vanguardia en los años 70. Similar en su aspecto y textura a la ricota, este producto vuelve a ser tendencia cinco décadas después debido a sus amplias propiedades nutricionales y a su versatilidad para acompañar desde una tostada en las mañanas a una guarnición de brotes verdes.
  

  

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• Queso cheddar
  No solo es rico, sino práctico, ya que almacenarlo y derretirlo es sencillo, peroantes de consumirlo vale la pena poner atención a su textura y color, para identificar los de mala calidad que pueden poner en peligro nuestra salud.
  

  

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• Queso suizo
  El término "queso suizo" se utiliza para cualquier variedad de queso que se parezca al queso Emmental, un queso amarillo de dureza media. Se clasifica como queso de tipo suizo o alpino.

Para que el consumo de estos quesos surja el efecto señalado en este último punto, se recomienda hacerlo sin cocinarlos ya que eso ayudará a conservar sus propiedades probióticas.