Edwin Caicedo, El Tiempo/GDA
Los patrones de sueño tienen una relación directa con nuestra salud intestinal. Y es que, si bien se sabe que la dieta es el principal factor que incide en esta área de nuestro cuerpo, los expertos también resaltan que temas como el sueño o el ejercicio también tienen un impacto en nuestra digestión y metabolismo.

En la última década, diversos estudios han revelado aspectos clave sobre la relación entre el intestino y la salud en general. En 2021 una investigación publicada en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos descubrió que más del 70% de las células inmunitarias residen en el intestino, donde billones de bacterias benéficas desempeñan un papel esencial en la protección contra microorganismos dañinos y contribuir al bienestar personal.

Al respecto, el doctor Álvaro Rojas señala que “el microbioma intestinal es un órgano oculto, igual de importante que cualquier otro, que alberga 100 billones de microorganismos que establecen comunicación con el cerebro, el sistema inmunitario y otros órganos, colaborando de manera crucial para preservar nuestra salud”.

Asimismo, el profesional aclara que cuando el ecosistema intestinal está alterado, el riesgo de hipertensión y enfermedades como la obesidad o la diabetes es mayor. También, el experto en salud enfatiza en que las bacterias que residen en el intestino desempeñan un papel crucial en la salud emocional, debido a que producen sustancias químicas esenciales para el cerebro, las cuales tienen un impacto directo en la salud mental.

Un ejemplo destacado es la serotonina, una hormona reconocida científicamente por su capacidad para mejorar el estado de ánimo.

Ahora, un reciente estudio realizado por investigadores del Hospital Central de Lanzhou (China) ha encontrado una relación significativa entre dormir temprano y una mayor diversidad en la flora intestinal en los niños.

El estudio analizó el sueño diario de 88 niños durante un período de 14 días, en el cual 44 niños se fueron a dormir antes de las 21:30 horas, mientras que los 44 niños restantes se fueron a dormir después de esta hora.

La investigación, publicada en Scientific Reports, encontró que existían variaciones notables en la diversidad, abundancia y vías metabólicas de las especies en la flora intestinal entre niños que mantienen un horario de sueño constante y aquellos con patrones de sueño irregulares.

En particular, encontraron una mayor presencia de Akkermansia Muciniphila y Bacteroidetes, Verrucomicrobia, Firmicutes flora, Alistipes Finegold y Holdemania filiformis flora y Firmicutes bacterium CAG 95 en los niños que se adhirieron a un horario de acostarse temprano (antes de las 21:30).

“Establecer un ritmo circadiano saludable acostándose y despertándose temprano es crucial para el desarrollo tanto fisiológico como psicológico. La microbiota intestinal ejerce una influencia en la regulación del sueño al modular las vías inmunes y neuronales, conocidas como el eje intestino-cerebro”, dijeron los investigadores.