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La directora de la edición británica de la revista Vogue, Chioma Nnadi, expresó su "gran preocupación" por el regreso de la delgadez extrema entre las modelos, tendencia relacionada con el uso extendido de medicamentos contra la obesidad, en una entrevista con BBC.
"Estamos en un punto en que la delgadez está volviendo a ser tendencia, presentándose como una moda cuando realmente no queremos que sea así. Todos deberíamos estar preocupados por esto; yo lo estoy mucho, y muchos de mis colegas también", afirmó Chioma Nnadi, quien asumió la dirección de la edición británica de Vogue en octubre de 2023.
Nnadi cree que el medicamento Ozempic, muy popular para el tratamiento de la diabetes pero usado también contra la obesidad, tiene algo que ver, ya que se ha convertido en una verdadera sensación entre las celebridades. "Creo que hay un cambio cultural en la manera en que pensamos y tratamos nuestros cuerpos", señaló Nnadi, asegurando que su revista se esfuerza por mostrar modelos de todas las tallas.
En el Reino Unido, esta tendencia hacia la extrema delgadez fue representada durante mucho tiempo por la top model Kate Moss en los años 90 e inicios de los 2000, siendo especialmente popular entre mujeres jóvenes.
A pesar de los esfuerzos de algunas marcas por presentar modelos de todas las tallas durante las semanas de la moda, la directora, de 44 años, considera que todavía no hay suficiente representación de la diversidad corporal y que algunas modelos siguen siendo especialmente delgadas.
Trastornos alimentarios
La obsesión con la pérdida de peso puede conducir a trastornos alimentarios. Un estudio publicado recientemente en la revista científica JAMA Pediatrics mostró que casi un tercio de las niñas de entre 6 y 18 años (30%) sufre algún trastorno alimentario. Esta proporción es más alta que la media general, que incluye a los niños, donde 1 de cada 5 niños y adolescentes (22.4%) presenta un trastorno de este tipo.
“La alta proporción encontrada es preocupante y exige una acción urgente para abordar esta situación. En 2019, 14 millones de personas tuvieron trastornos alimentarios, incluidos casi 3 millones de niños y adolescentes. Los comportamientos relacionados con estos trastornos pueden llevar a mayores riesgos o daños a la salud, sufrimiento significativo o una importante afectación del funcionamiento diario. De hecho, los trastornos alimentarios están entre los problemas psiquiátricos más peligrosos, y quienes los padecen mueren entre 10 y 20 años antes que la población general”, señalaron los investigadores en el estudio.
Además de señalar que el 22.4% de la población de entre 6 y 18 años tiene algún diagnóstico de trastorno alimentario, y que esta cifra aumenta al 30% en el caso de las niñas, los responsables del estudio observaron que la prevalencia entre los niños es menor (17%), aunque sigue siendo alta. Consideran que esta cifra más baja puede deberse a varias razones.
"Se presume que los niños subreportan el problema debido a la percepción social de que estos trastornos afectan principalmente a las niñas y porque los comportamientos alimentarios desordenados se asocian comúnmente con mujeres. Además, los criterios diagnósticos actuales de trastorno alimentario fallan en detectar algunos comportamientos más comunes en los niños, como la intensa búsqueda de masa muscular y aumento de peso con el fin de mejorar la satisfacción con la imagen corporal", observa el equipo.
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