La fatiga adrenal es esa situación en la que te acostás cansado y te levantás cansado, cíclicamente. Este agotamiento puede afectar todo, desde tu capacidad para combatir infecciones hasta tu función cerebral.
Las razones detrás de esta crisis energética son diferentes para cada uno. Sin embargo, un hilo conductor es que estamos constantemente en un estado de lucha o huida porque vivimos rápido, hacemos millones de cosas por día, estamos sobrecargados de información y recurrimos permanentemente a estímulos externos.
Esto se conoce como el dominio del sistema nervioso simpático (SNS) impulsado principalmente por la producción incesante de las hormonas del estrés: la adrenalina y el cortisol.
Así es como muchas personas luchan por un sueño reparador y despiertan cansadas, se llenan de estimulantes como la cafeína o azúcar para comenzar el día, lo que se suma a la montaña rusa de energía que experimentarán durante todo el día y además perpetúa el ciclo conduciendo a un mal descanso a la noche siguiente también.
Detrás de la gestión de energía y del descanso hay varios procesos bioquímicos, nutricionales y emocionales.
Condicionantes
No debemos normalizar vivir con el cansancio o la fatiga permanente. Hay algunos factores de distinta índole que pueden estar afectando tu energía, a saber:
-Tu digestión. “Somos lo que comemos” en realidad debería ser “somos lo que digerimos y absorbemos”. Existen varios factores que pueden afectar tu capacidad de absorber los nutrientes de los alimentos, incluidos el estrés, la cafeína y los medicamentos. Qué y cómo comés también son determinantes.
-Deficiencia de hierro. ¿Sentirte agotado es una constante? La anemia por deficiencia de hierro ocurre con frecuencia entre las mujeres en edad fértil. Puede ser causada por no consumir suficientes alimentos ricos en este nutriente, por una absorción deficiente o por la pérdida de sangre.
-Tu sistema inmunitario. Nuestras defensas son otra gran estructura que pelea desde todos lados, como la piel, intestino, papilas gustativas y más.
Defensas
Tu sistema inmunitario gasta energía cuando se prepara para combatir un virus o una infección bacteriana. Junto a este aumento en el gasto de energía, cuando no te sentís bien, la tendencia es comer algo rápido y fácil pero a menudo con poco o ningún valor nutricional.
Particularmente, enfócate en la vitamina C y el Zinc. Incluir una variedad de alimentos integrales frescos te ayudará a aumentar tu consumo de nutrientes que respaldan tu sistema inmunológico.
Si nunca te sentís descansada padeces lo que se denomina fatiga adrenal. Te recomiendo programar tus pensamientos recurrentes en tu calendario o libreta de notas para que dejar de repasarlos en tu mente sabiendo que ya están registrados.
Por otra parte, todo el conocimiento sobre la creación de un estilo de vida saludable no sirve de nada hasta que conduzca a un cambio en tu comportamiento diario, un cambio en lo que haces constantemente. Con mejoras en tu energía diaria, es más probable que adquieras un nuevo hábito.
Estrés
El cortisol es una hormona que se libera cuando hay estrés pero también está presente en determinados procesos que no necesariamente se vinculan al que podés percibir como tal. Es decir, tu cuerpo para liberar cortisol no necesita que estés en una situación de extremo miedo o pánico.
Las consecuencias del aumento constante de esta hormona lleva a un estado de estrés crónico y a vivir en modo huida que le señala a tu sistema a ahorrar todo lo que pueda. Eso se traduce, entre otras cosas, en una panza hinchada y la incapacidad de utilizar la grasa corporal de manera eficiente como combustible, lo que afecta a tu energía y tu forma corporal.
Gerenciar tu estrés te ayudará a regular los niveles de cortisol y, de una manera eficiente y en consecuencia, tu peso.
Cuando vivís por mucho tiempo bajo “estado de huida” y tu cortisol está permanentemente elevado, las glándulas encargadas de producirlo se agotan y se produce la Fatiga Adrenal Crónica, con síntomas de cansancio, neblina mental, necesidad de azúcares y harinas entre otros síntomas. Corregir el problema bioquímico, nutricional y emocional es clave para mejorar el estado de fatiga; es importante que contemples y trabajes todos estos aspectos a la vez porque uno solo resulta insuficiente.
Entre los síntomas de producción elevado de cortisol constante y/o fatiga adrenal están:
-sentirte estresado regularmente;
-ganar peso durante o después de un período estresante;
-aumentar la grasa corporal especialmente en abdomen, espalda y brazos;
-anhelar azúcar y necesitar de café, bebidas energéticas o cualquier cosa que contenga cafeína;
-asustarte fácilmente;
-no dormir bien; despertarte a horas fijas en la mitad de la noche;
-retención de líquidos e hinchazón;
-presión arterial baja.
Para gestionar el descanso y regular esta hormona tenés que considerar tres aspectos: nutricionales, de relax y el apoyo con suplementos nutricionales.
El primero de estos aspectos tiene que ver con que haya por lo menos una proteína por comida. Para el segundo, es importante aprender a respirar; la meditación y respiración hacen la diferencia. Yoga, Pilates, Tai chi o Qi gong un mínimo de dos veces por semana pueden ser actividades muy beneficiosas para combinar con actividad física. También es pertinente que aprendas a vivir en el acá y ahora. Esta es la base del concepto de Mindfulness, una herramienta super útil para aprender a gestionar tu estrés porque te enseña a enfocar tus circunstancias de otra manera.
Respecto a los suplementos nutricionales debés saber que están especialmente diseñados para gestionar este cortisol alto y mejorar la calidad de sueño. Algunos de estos son: Magnesio, B6, Antioxidantes, Ginseng, Melatonina, Ashwagandha.
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