The New York Times
Cuando se producen incendios forestales, huracanes u otros desastres relacionados con el clima, es fácil hacer una búsqueda de pánico en Google y averiguar cómo deberían ser tus reservas de alimentos y agua en caso de emergencia. También es fácil ver asteriscos como “renueva los suministros cada seis a 12 meses”, sentirse abrumado y darse por vencido.
Pero en medio de la maraña de recomendaciones, las reglas básicas son, en la práctica, claras y aplicables a la mayoría de los escenarios de emergencia. Además, vale la pena llevarlas a cabo antes de que ocurra algo.
Aquí encontrarás consejos que querrás tener a mano si todo estalla.
¿Cuánta comida y agua de emergencia deberías tener a mano?
En Estados Unidos recomiendan almacenar suficiente comida y agua para al menos tres días, incluyendo un mínimo de 3,7 litros por persona por día. En otras palabras, al menos 22 litros de agua para una familia de dos, o 45 litros para una familia de cuatro, además de comidas y refrigerios para tres días.
En Uruguay, las recomendaciones para casos de inundaciones, incendios o eventos meteorológicos adversosno hacen hincapié en el rubro alimentación.
Si hay espacio suficiente, muchos expertos recomiendan aumentar la cantidad de comida y agua almacenada. Provisiones para una o dos semanas puede ser útil en caso de emergencias extraordinarias.
¿Dónde guardar alimentos y agua de emergencia?
Lo ideal sería en una bolsa de viaje y también en la despensa. La Cruz Roja recomienda un suministro para tres días en una bolsa o contenedor para evacuaciones, y un suministro para dos semanas en casa. Para mantener ambas cosas en buen estado el mayor tiempo posible, guardarlas en un sitio fresco y oscuro, y no en un garaje o galpón en donde puede sufrir grandes oscilaciones de temperatura.
¿Cuáles son los mejores alimentos de los que abastecerse en caso de emergencia?
Los expertos recomiendan guardar alimentos que consumirías normalmente. Latas de atún, frutos secos, granola, carne deshidratada, barritas de proteínas y porotos enlatados son buenas opciones. También una provisión mermeladas u otras conservas caseras.
También, tener bebidas calientes como el café instantáneo o té. Chocolates, galletas dulces y saladas pueden ser un estimulante de rápida acción. No olvidar el equipo necesario para la preparación de alimentos: abrelatas, fósforos o encendedor y una o dos fuentes de calor de reserva: una parrilla u hornito, con el combustible necesario.
¿Qué debo tener en cuenta en caso de terremoto, incendio, huracán y otros?
Aunque unas raciones bien surtidas pueden ser útiles en cualquier emergencia, las catástrofes más comunes en un área pueden plantear sus propios problemas. Para huracanes e inundaciones, impermeabilizar los alimentos guardándolos en cubos de plástico sellados o en bolsas de plástico con cierre. Para los incendios, sin duda querrás una bolsa de viaje que incluya alimentos ligeros y agua y sea rápida de agarrar si es necesario evacuar.
¿Qué se debe comer si no hay a luz?
En caso de apagón, conviene consumir los alimentos en un orden determinado. “En primer lugar, los alimentos frescos y refrigerados; en segundo lugar, los alimentos congelados; y en tercero, los no perecederos (a menudo de la despensa).
Detalle a tener en cuenta: la ginebra y el vodka a temperatura ambiente no son tan agradables, pero el ron y el whisky a temperatura ambiente saben muy bien.
¿Qué comidas requieren poca o ninguna agua en caso de emergencia?
Los paquetes de arroz y otros cereales precocinados son una gran ayuda. Cuando el equipo de World Central Kitchen cocina en zonas catastróficas con recursos limitados, prefiere las sopas o guisos de una sola olla con porotos, cereales y verduras enlatadas; los salteados y una salsa boloñesa con la pasta cocida directamente en la salsa, un método que no solo ahorra agua y combustible, sino que infunde a los fideos un rico sabor.
¿Con qué frecuencia deben renovarse los suministros de emergencia?
Muchas guías recomiendan renovar los suministros de emergencia cada seis o 12 meses, pero esto puede parecer fácil de olvidar y, dados los generosos plazos de caducidad de muchos productos de la despensa, excesivo.
Los recordatorios del calendario pueden ayudar. El primer día de primavera y el primer día de otoño son formas fáciles de recordar que hay que renovar. Pero eso no significa que haya que sustituirlo todo. Chequear alimentos, medicamentos, material de primeros auxilios, pilas y baterías, además de aquello que pueda verse afectado por el calor o el frío. Consumir cualquier alimento que esté a punto de caducar y llenar de nuevo la despensa con alimentos de emergencia.