Ingesta de alcohol y resaca: nutricionista derriba mitos y enseña tres recetas para amortiguar malestares

El consumo de alcohol está rodeado de creencias erróneas sobre sus efectos y la resaca. En esta nota, hablamos de algunos de los mitos más comunes desde una perspectiva nutricional.

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Dos copas brindando
Foto: Rawpixel.

Diciembre es un mes cargado de eventos. A las fiestas tradicionales de Navidad y Fin de Año, se suman despedidas laborales, del gimnasio, de padres y un sinfín de combinaciones. Más allá de incrementar la cantidad de alimentos, también aumentamos la ingesta de alcohol.

En muchas culturas, el consumo de alcohol es parte de celebraciones y fiestas. Su consumo ha tejido numerosos mitos que abonan malas decisiones o falsas creencias. Es posible que hayas escuchado o dicho alguna afirmación sobre el alcohol y la posterior resaca. Con un poco de humor, veamos, desde la nutrición, algunos mitos arraigados.

1. Hace entrar en calor. El alcohol es un vasodilatador, puede provocar una sensación de calor en el cuerpo al dilatar los vasos sanguíneos y aumentar el flujo de sangre cerca de la piel.

Lo primero es notar una falsa sensación cálida en el cuerpo, que está disminuyendo su temperatura porque esta reacción hace perder calor corporal más rápidamente, aumentando el riesgo de hipotermia en climas fríos. Por lo tanto, aunque sientas calor, el alcohol no es una buena manera de mantener el cuerpo caliente.

2. Con el estómago vació me emborracho antes. Decir que no se había comido antes de la ingesta para explicar una borrachera no es una mera excusa. Comer antes de beber puede retrasar la absorción del alcohol, pero no evita que te embriagues si consumís alcohol en grandes cantidades. Enlentece el proceso de absorción, pero no lo impide.

3. Es bueno intercalar una copa de alcohol y una de agua. Este debería ser el principal consejo antes de una salida. Intercalar la ingesta de agua con el alcohol, le da tiempo al organismo a metabolizarlo mejor que si estás a modo canilla libre. Solo tomar agua no hará que al otro día no tengas resaca, también es muy importante considerar la velocidad de la ingesta. Una teoría dice que la resaca es producto de la deshidratación, debido al gran efecto diurético del alcohol, pero no es la causa principal ni tampoco el origen de la resaca del día después.

4. La velocidad de consumo. Alternar la ingesta de alcohol con agua puede mejorar la resistencia, pero si tomás cuatro tragos en una hora, el efecto será tan fuerte o peor que si bebés lo mismo a lo largo de toda la noche. El hígado es nuestro principal metabolizador de lo que entra al cuerpo. Ese primer filtro, puede saturarse, si no le das tiempo a filtrar lo que ingerís. El hígado metaboliza el alcohol a un ritmo constante, alrededor de una bebida estándar por hora, aunque esto puede variar porque no afecta a todas las personas por igual. Así como todos conocemos a alguien que toma cantidades elevadas y parece que está bebiendo agua, existen ciertos factores como el peso, la genética, el género y la tolerancia que influye en cómo las bebidas alcohólicas afectan a cada individuo. Lo mismo sucede con el tipo de bebida y como la tolera cada persona.

Mujer tomando agua. Foto: Pixabay
Mujer tomando agua. Foto: Pixabay

5. El alcohol desinhibe y estimula. Sí bien el alcohol puede desinhibir no es un estimulante, sino un depresor del sistema nervioso central: no estimula las funciones físicas y mentales, solo da sensación de euforia. El alcohol deprime el funcionamiento del cerebro y libera los instintos más primarios. La desinhibición se produce por la liberación de dopamina y esto genera que aquel compañero de trabajo que solo te dice buen día, cuando bebe converse sin parar, haga chistes o se atreva a hacer cosas que en otro contexto le daría vergüenza. Incluso la ingesta pueda hacerte hablar de más y que compartas información que conscientemente no dirías.

6. Mejora el descanso. Puede ayudarte a conciliar el sueño más rápido, pero altera la calidad del sueño al interrumpir las etapas profundas y los ciclos REM. Esto puede hacerte sentir más cansado al día siguiente.

7. El café y una buena ducha fría terminan la borrachera ¿Quién no se tomó una taza de café bien cargada para arrancar para la oficina, post noche de copas? Ni el café ni las duchas frías aceleran el proceso por el cual el cuerpo elimina el alcohol. Este proceso depende principalmente del hígado y ocurre a un ritmo constante; como decía antes, por lo general, se metaboliza aproximadamente una bebida estándar por hora. El café puede hacerte sentir más alerta, pero no reduce los efectos del alcohol. Si bien tras ingerir cafeína nos sentimos más atentos, y disminuye la alteración cognitiva ligada a la borrachera, no desaparece ni la fatiga ni acelera la recuperación, es solo sensación de falso bienestar.

8. No recordar post borrachera. Si bien el alcohol no mata neuronas en una noche, pueden aparecer lagunas o la falta de memoria, que se ocasionan por el mal funcionamiento del sistema nervioso y como se fijan los recuerdos. Imaginemos que la memoria es una reacción en cadena, tu cerebro es una casa donde cada sector del cerebro almacena recuerdos a corto, mediano y largo plazo y tuvieras una puerta que separa cada salón. Cuando tomás, el alcohol empieza a trancar las cerraduras de cada una de esas puertas y la última (donde se almacena la memoria a largo plazo queda aislada, no guarda ninguna memoria ni escena o a lo sumo lo que entra como flashes por la rendija de la puerta).

Las faltas de memoria se deben al mal funcionamiento de la fijación de recuerdos. El alcohol puede lesionar las conexiones neuronales cada vez que se producen excesos, a largo plazo. Su consumo de manera constante, aumenta el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas.

9. Grasa y harinas para la comilona del día después. Es normal levantarte con un apetito voraz que suele inclinarnos por comidas hipercalóricos, chatarras y ultraprocesados (incluso tras el trasnoche atacás lo que quedó sobre la mesada antes de ir a dormir). Los niveles de glucógeno bajos, necesitan subirse rápidamente, pero el tema es elegir alimentos con carbohidratos pero si son altos en contenido graso, causarán efectos secundarios como dolor de estómago, descompostura e incluso vómitos. Esto ocurre porque la mucosa gastrointestinal ya está irritada por el intento de absorción de alcohol, una irritación que puede empeorar cuando también debe absorber alimentos extremadamente grasos y farináceos.

10. Cansancio extremo al otro día. Tras una noche de copas, muchos se levantan de la cama al baño, a comer y al sofá y ese es el circuito que repiten todo el día. La fatiga y cansancio del día después deberían cortase con una salida al aire libre. El alcohol se elimina por la orina y por el aliento, cuando nos movemos, activamos la circulación y mejora así el ritmo respiratorio. Además hay que tomar mucha agua para eliminar los excesos etílicos por la otra vía.

11. Tomar para cortar la resaca. Cuando aparece la tan famosa “resaca”, que incluye síntomas como sed desmedida, sensación de "boca pastosa", mal aliento, infaltable dolor de cabeza, sensación de estómago revuelto, descomposturas, volver a beber no terminará con la resaca. Estos síntomas pueden aparecer progresivamente, pero al menos siempre hay uno. No existe ni alimento antiresaca ni bebida, pero el beber alcohol de nuevo no hará desaparecer la resaca, al contrario hará que dure más. Es importante aclarar que nuestro sistema gastrointestinal queda malherido post noche de copas. Siempre es preferible inclinarnos por alimentos livianos, frescos, de fácil digestión. Tenemos la máquina a media velocidad, lo mejor que podemos hacer para restaurarla es no cargarla de comidas pesadas, priorizar las carnes blancas a las rojas, aumentar las frutas y verduras, así como jugos, líquidos o sopas sería lo ideal para nuestro sistema digestivo maltrecho. Sería muy aburrido decirte que lo mejor es no tomar, pero realmente no existen alimentos milagrosos preventivos de la resaca, si querés te invito a probar estos licuados fáciles de hacer para el día después.

Para preparar en casa:

El clásico: naranja banana y frutillas
Ingredientes
- Jugo de 2 naranjas
-150 ml agua o leche descremada o bebida vegetal
- ½ banana madura
- 1 taza frutos rojos congelados o frutillas maduras

Procedimiento:
Vertí todos los ingredientes en la licuadora y licuá hasta obtener una mezcla homogénea. Serví al momento. Agregá hielo.

Licuado de durazno y manzana
- Podés hacerlo con durazno, papaya o pelón en vez de mango
- 1 mango picado
- 1 manzana roja picada
- Jugo de 2 naranjas
- 100 ml de bebida vegetal de almendras o leche descremada o agua

Procedimiento:
Licuá todos los ingredientes hasta obtener una mezcla homogénea. Servir al momento. Agregá hielo.

Kiwi y banana
Ingredientes:
- Medio limón
- 1 cucharada de miel o 4 sobrecitos edulcorante
- 2 kiwis
- 1 vaso de agua
- 1 banana

Procedimiento:
Cortá las bananas, pelá y cortá los kiwis en rodajas, llevalos a la licuadora. Exprimí y agregá el jugo del medio limón, el agua y un poco de miel a gusto. Licuá por 2 minutos o hasta que quede bien integrada la mezcla.

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