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La dieta nórdica: cuáles son los principios de esta alimentación antioxidante y antiinflamatoria

Es una de las dietas más saludables del mundo y tiene múltiples beneficios para la salud del sistema circulatorio y digestivo, entre otros.

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Salmón, verduras
Salmón y verduras.
Foto: Freepik.

Malu Pandolfo, La Nación/GDA
Pescados, mariscos, granos enteros e integrales, vegetales de raíz, semillas y frutos secos son los alimentos que tienen al alcance de la mano países como Suecia, Finlandia, Dinamarca y Noruega. Son los protagonistas de la dieta nórdica, diseñada específicamente para conseguir una alimentación saludable.

Pensada para conservar una buena salud, previene la aparición de diversas enfermedades, al mantener limpias las arterias y aportar antioxidantes. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la considera como una de las dietas más saludables del mundo.

En general, el plan no incluye alimentos que resulten tóxicos, “no mezcla cosas demasiado dulces, con demasiada azúcar o demasiado estímulo”, afirma Ana Chezzi, licenciada en nutrición. Al contrario, se inclina por productos naturales, preferentemente de estación.

Las verduras de estación de esos países son claves. “Todos los vegetales incluidos son muy ricos en antioxidantes. Entre ellos, las hortalizas de raíz, que son las que están debajo de la tierra, como las papas, las batatas, las zanahorias, la calabaza, la remolacha, los hinojos y la raíz del apio, que tienen mucha vitamina A, C y fibra”, detalla. Además, suman coles, como coliflor, brócoli y repollitos de Bruselas, “que son tremendamente antioxidantes y anticancerígenos. También están permitidas las legumbres, que tienen muy buena proteína y mucha fibra. Son muy saciantes”, agrega Chezzi.

Sus frutas de estación son las bayas como los arándanos, grosellas, cerezas, frutillas, frambuesas y moras. “Son altísimas en vitamina C, tienen muchísima cantidad de antioxidante. Es una dieta antioxidante y desinflamatoria”, afirma Chezzi. Estas frutas actúan sobre la inmunidad y la inflamación y tienen vitaminas antioxidantes que mejoran la salud en general. “No usan las frutas tropicales, como el mango, la banana, la papaya, que son deliciosas, pero super dulces”, subraya Chezzi.

Los pescados, presentes en la mesa diaria, siempre son frescos, y prefieren los azules. “Tienen un bajo consumo de carnes y evitan los productos procesados, que no son buenos para la salud”, señala María Claudia Sempé, licenciada en Nutrición. La recomendación es incluir carne una vez por semana, en baja cantidad. Los lácteos están presentes, siempre que sean bajos en grasa. “Los incluyen por su aporte de calcio”, señala Chezzi. Además, “reducen la cantidad de sal y de azúcar y aumentan la ingesta de agua”, añade.

Optan por los cereales enteros e integrales. “Intentan no comer trigo y usan avena, cebada y centeno. Los tres tienen TAC. Usan cereales con TAC, pero no usan trigo, que es el que está más retocado y contaminado”, advierte Chezzi.

Con el aporte de omega 3 por parte de los pescados; de fibra proveniente de los granos enteros y de los vegetales de raíz, los beneficios de esta dieta son evidentes. “La fibra previene las enfermedades intestinales. Y el omega 3 baja mucho el riesgo cardiovascular. Además, este tipo de alimentación ayuda a mantener un peso adecuado y estable”, destaca Sempé.

En un artículo publicado en el National Center for Biotechnology Information, se examina la relación entre la adherencia a la dieta nórdica y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. “Se basa en datos de la Cohorte Danesa de Dieta, Cáncer y Salud y sugiere que seguir una dieta nórdica está asociado con un menor riesgo de diabetes tipo 2″, explica Sempé.

Lo que queda descartado son los ultraprocesados, que en su formulación suelen incluir jarabe de alta fructosa, “un endulzante muy barato, con un poder endulzante muy grande. Produce unos picos de glucosa y de insulina altísimos”, aclara Chezzi y añade que llega un momento en que el páncreas ya no quiere saber más nada y a largo plazo lo satura. “Por otro lado, es altamente adictiva a nivel cerebro. Tiene el mismo nivel de adicción que la cocaína”, detalla la especialista. Y afirma que otro producto que está en todos los ultraprocesados es el glutamato monosódico: un resaltador de sabor que dilata la superficie de absorción de cada papila gustativa de la lengua. La nutricionista sostiene que es fundamental eliminar los comestibles ultraprocesados. “Las hamburguesas, las patitas de pollo, las salchichas, las galletitas están llenas de productos químicos”, enumera.

En el libro The Nordic Way: Discover The World’s Most Perfect Carb-to-Protein Ratio for Preventing Weight Gain or Regain, and Lowering Your Risk of Disease, de Arne Astrup, Jennie Brand-Miller y Christian Bitz, se presentan investigaciones científicas sobre los beneficios de esta dieta para prevenir el aumento de peso, reducir el riesgo de enfermedades y promover la salud en general.

La nutricionista Sempé pone énfasis en que la alimentación esté adecuada a las necesidades individuales. “Lo que hay que tener en cuenta en todas estas dietas de moda es que a veces no contemplan las necesidades de cada persona. La puede seguir alguien que, por ejemplo, sea alérgico o intolerante a determinados alimentos. Una persona con patologías intestinales, como los divertículos, si come mucho grano entero puede sufrir consecuencias. Lo conveniente es que la dieta se amolde a cada persona”, recomienda.

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