Melanie Shulman, La Nación, GDA
De sabor dulce, la granada es una fruta exótica repleta de vitaminas y minerales, ideal para sumar a distintos platos de comida, hacer jugos o batidos y multiplicar la ingesta de nutrientes.
Este alimento de origen persa —actualmente Irán—, proviene del fruto de un árbol llamado granado, científicamente conocido como Punica granatum, que no mide más de cinco metros de alto.
Hoy su producción es de escala mundial: se extendió por la cuenca del Mediterráneo —su principal productor en Europa es España— y ha alcanzado regiones de África, Australia y América del Sur.
Se estima que desde tiempos remotos, la granada ha sido símbolo de la vida y la fertilidad por la abundancia de sus granos y lo cautivante que resultaba a la vista su color rojo vibrante. También se cree que en la Antigua Roma se relacionaba a esta fruta con la diosa Juno: la del matrimonio y la fecundidad, y que los egipcios la utilizaban como medicina.
La granada es una baya de gran tamaño cubierta por una piel gruesa y brillante que oscila en tonos rojos, amarillos y verdes. “En su interior aloja múltiples granos rellenos de una pulpa comestible colorada y jugosa ideal para sumar a ensaladas y a opciones de desayunos y meriendas. Incluso quedan muy bien en yogures y preparaciones con queso”, detalla la licenciada en Nutrición Andrea Victoria Greco.
Propiedades de la granada
Lo que distingue a este alimento es que posee una baja densidad calórica: 100 gramos de granada aportan 34 calorías, según la Fundación Española de Nutrición. Además, no posee grasas, colesterol y “su índice de fructosa es muy bajo”, detalla Greco.
- Elimina ojeras:
La granada podría ser una aliada para evitar el envejecimiento de la piel, sobre todo el de la cara. La vitamina C presente en esta fruta: 100 gramos de alimento contienen siete miligramos de este nutriente que colabora en reducir la inflamación e hinchazón de la zona de las ojeras dado que ayuda a producir colágeno, necesario para mantener la piel elástica, brillante e hidratada. - Mejora la visión:
Esta fruta también colabora en promover la salud ocular dado que es fuente de antocianinas, un conjunto de antioxidantes que mejoran la agudeza visual y que combaten los radicales libres, sustancias tóxicas que si se acumulan en exceso pueden llegar a dañar los órganos incluyendo la visión. Además, la granada es rica en betacarotenos, compuestos naturales que el cuerpo convierte en vitamina A, necesaria para evitar la degeneración macular y el desarrollo de cataratas. Según destacan las Guías Alimentarias estadounidenses, la ingesta diaria sugerida de vitamina A es de 700 miligramos para las mujeres y 900 miligramos para los hombres. - Promueve la hidratación:
Si hay algo que caracteriza a esta fruta es su poder hidratante: aproximadamente el 91% de su composición es agua, por lo que su ingesta es ideal para mantenerse frescos e hidratados y “evitar la retención de líquidos”, señala Greco. Un informe de Runners World estima que esta cualidad le otorga a la granada una función diurética y ayuda a eliminar las toxinas del organismo. Aun así, los profesionales subrayan que no se debe erradicar el consumo de agua mineral sino que este tipo de alimentos actúa como un complemento más de la hidratación. De acuerdo a un informe de Mayo Clinic, entidad dedicada a la investigación y divulgación de material científico y médico, las Academias Nacionales de Ciencias, Ingenierías y Medicina de los Estados Unidos, sugieren que la ingesta diaria de líquidos -agua, otro tipo de bebidas y alimentos- para los hombres adultos sanos que viven en climas templados sea de 3,7 litros y de 2,7 litros para las mujeres. - Fortalece el sistema inmune:
Lucila Rosso, licenciada en Nutrición, comenta que la vitamina C presente en la granada también ayuda a mantener óptimo el funcionamiento del sistema inmunológico dado que “protege a las células de los radicales libres, que generan su envejecimiento prematuro y las deja expuestas al posible desarrollo de enfermedades”. Este nutriente, además, “colabora en prevenir y mejorar estados de resfríos”, suma Greco. La cantidad diaria recomendada de vitamina C, menciona un informe de la Universidad de Harvard, es de 90 miligramos para los hombres y 75 miligramos para las mujeres. Y advierten que como el cuerpo no la produce por su cuenta, la alimentación es uno de los medios para adquirirla. - Disminuye la presión arterial:
El potasio es uno de los minerales que más se destacan en la granada, destaca Greco. Este nutriente es capaz de “tratar cuadros de hipertensión arterial dado que disminuye la presión sanguínea”, comenta Rosso. Específicamente “se ocupa de relajar los vasos sanguíneos y aumentar la eliminación de sodio por orina. Por lo tanto reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas tales como infartos”, agrega la experta. Además, el potasio actúa sobre las fibras y los tejidos musculares para darles estructura y vitalidad. Cuando este mineral no está presente en niveles adecuados, a los músculos les costará funcionar y quedarán propensos a padecer calambres. Precisamente 100 gramos de fruta aportan 238 miligramos de este nutriente, una cantidad elevada teniendo en cuenta que la National Institutes of Health de los Estados Unidos recomienda una ingesta diaria de 3.400 miligramos de potasio diario en hombres y 3.600 miligramos en mujeres.
Cómo consumirla
La granada es una fruta de estación y su temporada es corta: se consigue principalmente en verdurerías durante los meses de otoño.
Para saber cuáles están maduras, se las debe agarrar y verificar que estén pesadas, esto da el indicio de que tienen jugo y muchos granos en su interior. Por otra parte, la piel tiene que estar bien lisa y de un color vibrante.
Este alimento se consume fresco, grano a grano. Se debe cortar a la mitad y apretar sutilmente cada parte para que se aflojen los granos que luego se retiran con una cuchara. También tienen que apartarse los restos de membrana blanca que hayan quedado porque tiene un sabor altamente amargo.
Esta fruta puede disfrutarse sola o mezclada en platos dulces y salados, desde un yogur con granola, pasando por ensaladas hasta decoración de tortas y como ingrediente de licuados o jugos.
En la cocina hindú por ejemplo, suelen utilizarse sus granos desecados como especia para saborizar platos y aportarles un gusto agridulce. La granada también es un sello insignia de la gastronomía libanesa quienes preparan una salsa llamada muhammara que combina jugo de granada, nueces, ajo, pimientos rojos y aceite de oliva, y sirve para untar vegetales o condimentar ensaladas.
Más allá de las virtudes de esta fruta, Greco insiste en que “nuestra alimentación debe contener frutas y verduras frescas a diario para poder incorporar de manera natural sus propiedades como la fibra, las vitaminas y los minerales. Hay que tener en cuenta que el aporte de frutas idealmente ronda las tres unidades diarias, aunque esto puede variar según cada persona y sus necesidades nutricionales”. Para finalizar, esta nutricionista subraya que las frutas son una excelente opción “para incluir en nuestros desayunos y meriendas desplazando un poco el consumo de snacks y alimentos industrializados”.