El Universal/GDA
No cabe duda de que la naturalezanos regala una gran cantidad de ingredientes útiles para nuestra vida diaria, entre ellos, muchos que nos ofrecen grandes beneficios para nuestro cuerpo, y la miel es popular por todas sus propiedades. Pero debes saber que su consumo no está recomendado para todos y vamos a explicarte las razones.

La miel es uno de los alimentos de origen natural que funciona como endulzante y es protagonista de muchas recetas. Un líquido dulce y viscoso fabricado por las abejas lleno de vitaminas, minerales y aminoácidos.

Es uno de los productos estrella en cuanto a medicina natural, muy conocida por ser auxiliar contra la tos, gripa o enfermedades respiratorias en general. Incluso algunas personas la usan en mascarillas o como tratamiento para el cuidado de la piel y hasta el cabello.

Pero en algunos casos el consumo de miel está contraindicado. Es por eso que aquí te diremos quiénes no deben comerla y por qué.

Hay una gran cantidad de alimentos que los bebés menores de un año de edad no pueden consumir, y entre ellos está la miel.

Según el sitio web especializado en medicina, Mayo Clinic, la miel puede provocar una afección gastrointestinal grave conocida como "botulismo infantil", provocada por la exposición a las esporas de la bacteria Clostridium botulinum.

Lo mejor es evitar darle miel a tu bebé menor de un año, ni siquiera en pequeñas cantidades.

Está muy claro que si eres alérgico a algún alimento o sustancia, lo mejor es no exponerte a él ni consumirlo. Y hay algunas personas que son alérgicas a la miel.

El problema es que existe una buena cantidad de personas que no saben que son alérgicas a la miel y que suelen darse cuenta hasta que la consumen y presentan los siguientes síntomas:
- Silbido al respirar
- Náuseas, mareos y vómitos
- Sudoración excesiva
- Desmayos
- Debilidad
- Ritmo cardiaco irregular
- Escozor al aplicar la miel en la piel

Por supuesto lo ideal es que antes de consumir miel, te realices un chequeo médico para descartar cualquier alergia o reacción adversa en tu cuerpo.

Si por indicación médica, por algún padecimiento en específico, o por cuenta propia, estás buscando cuidar y reducir tus niveles de colesterol y azúcar en el cuerpo, lo mejor es no consumir miel con regularidad o en grandes cantidades.

Según Style Craze, aunque la miel puede ser una buena alternativa al azúcar de mesa, sí contiene este ingrediente, por lo que su ingesta prolongada puede provocar un incremento de los niveles de azúcar en sangre.

En el caso del colesterol, no se trata de que la miel lo aumente directamente, sino que al ser alta en calorías, su consumo diario, de más de una cucharada, puede provocar aumento en los niveles de colesterol e incluso de peso.

Según el sitio web especializado en salud Web MD, algunos medicamentos pueden tener una interacción leve o moderada con la miel, por ejemplo:

- Medicamentos anticoagulantes o antiplaquetarios: puede aumentar el riesgo de aparición de hematomas y sangrado.

- Fenitoína (Dilantin): el consumo de miel puede aumentar la absorción de fenitoína en el cuerpo y agravar sus efectos secundarios.

- Medicamentos modificados por el hígado: como el sustrato de citocromo P450 3A4. La miel puede hacer que el hígado descomponga estos medicamentos con mayor rapidez, cambiando los efectos secundarios de los mismos.

Recuerda que ante todo lo mejor es siempre consultar a tu médico antes de hacer cualquier cambio en tu dieta y de consumir nuevos alimentos, y por supuesto antes de comer miel. Tu salud es primero y debes cuidarla.