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En el vasto mundo de la flora, existe una planta cuyas propiedades curativas van mucho más allá de lo que su apariencia comúnmente revela. A primera vista, podría parecer una hierba más en el campo, pero su verdadera identidad es la de un recurso medicinal increíblemente valioso.
Dicha planta, a menudo malinterpretada por su naturaleza urticante, es un ejemplo perfecto de cómo la naturaleza puede sorprendernos con sus regalos ocultos.
Ortiga: la planta con posibles poderes curativos
Se trata de la ortiga, una planta que, a pesar de ser reconocida principalmente por causar ardor y picazón al contacto, esconde un tesoro de propiedades curativas.
Pertenece a la familia Urtica y puede alcanzar hasta un metro y medio de altura. Su apariencia es bastante distintiva, con un tallo cuadrangular y hojas grandes de bordes aserrados, todas cubiertas de pelos urticantes. Pero es precisamente detrás de esta fachada donde la ortiga guarda sus secretos más valiosos.
Esta planta es una fuente rica en calorías, hidratos de carbono, proteínas y un espectro amplio de vitaminas, incluyendo A, C, K y las del grupo B. Además, es un importante proveedor de minerales esenciales como el calcio, el hierro y el magnesio, lo que la convierte en un recurso nutricionalmente denso.
Cristina García, coordinadora del departamento médico de NutriCare, resalta la versatilidad de la ortiga en el ámbito medicinal. Según García, la ortiga es conocida por sus propiedades diuréticas, drenantes, depurativas, remineralizantes, analgésicas y astringentes.
Dichas características la hacen especialmente efectiva en el tratamiento de hemorragias, tanto externas como uterinas, lo que demuestra su potencial terapéutico más allá de su uso común.
Por otra parte, esta planta no solo es valorada por su capacidad de detener hemorragias. Se la utiliza ampliamente en diversas áreas de la medicina, abordando desde trastornos de la micción hasta mejoras en la circulación sanguínea.
Sus beneficios se extienden también a la salud de la piel, ayudando en condiciones como la psoriasis y los eccemas. Además, fortalece el organismo en situaciones de cansancio, subrayando su rol como un fortalecedor general de la salud.
Componentes activos y su impacto
Los componentes activos de la ortiga, como los ácidos kaempferol, cafeico y las cumarinas, juegan un papel crucial en sus propiedades terapéuticas. Estos compuestos contribuyen a la reducción de radicales libres en el cuerpo y tienen un notable efecto analgésico, aliviando diferentes tipos de dolores.
En cuanto a su uso práctico, la planta se presenta en varias formas, incluyendo extractos alcohólicos y tés compuestos. Estas preparaciones se utilizan como desintoxicantes orgánicos y son efectivas en la renovación de funciones digestivas y circulatorias.
Además, se emplea en el tratamiento de resfriados y gripes. Sin embargo, es importante tener precauciones al consumirla, como limitar la ingesta a un máximo de dos infusiones diarias y utilizar guantes protectores al manipularla, debido a sus pelos urticantes.
Además, es crucial consultar con un profesional de la salud antes de su consumo para garantizar su uso seguro y adecuado a las necesidades individuales.