La restricción calórica y el ayuno intermitente podrían ser un camino hacia la longevidad

Aunque pruebas en todo tipo de animales, desde gusanos hasta monos, evidencian mejores en el estado de salud y enlentecen el envejecimiento, todavía no hay certezas para los humanos.

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¿Pocas calorías, más vida?
Foto: Canva.

Dana G. Smith - The New York Times
Si se pone a dieta a un ratón de laboratorio, reduciendo su ingesta calórica entre un 30% y 40% vivirá, en promedio, 30% más. Lo mismo ocurre en experimentos con monos. Además, se ha descubierto que muchos de los animales con restricción calórica eran menos propensos a desarrollar cáncer y otras enfermedades crónicas relacionadas con el envejecimiento.

Pero los expertos siguen debatiendo cómo funciona la restricción calórica y si importa más el número de calorías consumidas o el intervalo de tiempo en el que se ingieren (también conocido como ayuno intermitente). ¿Qué podría significar esto para los seres humanos?

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Foto: Freepik.

No se sabe, por ahora, exactamente por qué comer menos haría que un animal o una persona vivieran más tiempo, pero muchas hipótesis tienen un sesgo evolutivo. En la naturaleza, los animales experimentan períodos de abundancia y escasez, al igual que nuestros antepasados humanos. Por tanto, su biología —y posiblemente la nuestra— evolucionó para sobrevivir y prosperar no solo durante las épocas de abundancia, sino también en las de privación.

Una teoría es que, a nivel celular, la restricción calórica hace que los animales sean más resistentes a los factores de estrés físico.

Otra explicación comprende el hecho de que, tanto en humanos como en animales, ingerir menos calorías enlentece el metabolismo. Es posible que “cuanto menos tenga que metabolizar el cuerpo, más tiempo podrá vivir”, afirmó Kim Huffman, profesora asociada de medicina, quien ha estudiado la restricción calórica en personas. “Como si bajaras un poco la velocidad y los neumáticos duraran más”.

La restricción calórica también obliga al organismo a recurrir a fuentes de combustible distintas de la glucosa, lo que los expertos en envejecimiento consideran beneficioso para la salud metabólica y, en última instancia, para la longevidad. Varios investigadores apuntaron a un proceso conocido como autofagia, en el que el organismo “se come” las partes de las células que funcionan mal y las utiliza como fuente de energía. Esto ayuda a las células a funcionar mejor y reduce el riesgo de varias enfermedades relacionadas con la edad.

De hecho, los científicos creen que una de las principales razones por las que las dietas hipocalóricas hacen que los ratones vivan más es que los animales no enferman tan pronto, si es que enferman, explicó Richard Miller, profesor de patología.

Hay algunas excepciones notables a los hallazgos sobre longevidad y restricción calórica. Lo más llamativo fue un estudio que Nelson publicó en 2010 sobre ratones genéticamente diversos. Descubrió que algunos de los ratones vivían más cuando comían menos, pero un porcentaje mayor en realidad tenía una vida más corta.

Otros investigadores han rebatido la importancia de los hallazgos de Nelson. “La gente cita este estudio como si fuera una prueba general de que la restricción calórica solo funciona una pequeña parte, o una parte del tiempo”, dijo Miller. “Pero solo se puede llegar a esa conclusión si se ignoran 50 años de sólidas pruebas publicadas que dicen que funciona casi todo el tiempo”.

Ayuno intermitente

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El ayuno intermitente implica dejar de comer durante varias horas y solo alimentarse en ocasiones predeterminadas.
Foto: Freepik.

Algunos investigadores se preguntan si puede haber otra variable en juego que sea tan o más importante que el número de calorías que se ingiere: el intervalo de tiempo en el que las ingiere. Es difícil responder de forma definitiva si el ayuno intermitente, la restricción calórica o una combinación de ambos pueden hacer que las personas vivan más tiempo.

Un ensayo clínico —denominado estudio Calerie— intentó responder a esta pregunta examinando cómo la reducción de calorías en un 25% durante dos años afectaba a una serie de mediciones relacionadas con el envejecimiento. Se asesoró a más de 100 adultos sanos sobre la planificación de las comidas y se les ofrecieron sesiones periódicas de asesoramiento para ayudarles a alcanzar sus objetivos dietéticos. Pero como es tan difícil reducir las calorías, al final los participantes solo pudieron reducir su ingesta en un 11%

A pesar de casi un siglo de investigación, aún queda mucho camino por recorrer antes de que los expertos puedan afirmar con certeza si los beneficios de la longevidad observados en animales se trasladarán a los seres humanos. Algunos estudios dan motivos para creer que la restricción calórica y el ayuno intermitente ayudarán a vivir más tiempo, y es probable que haya beneficios a corto plazo, sobre todo en lo que se refiere a la salud cardiaca y metabólica. Pero también es posible que comer menos no haga mucho más que dejarte con hambre.

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