La semilla de una fruta que suele tirarse, pero brinda beneficios para la salud cardiovascular y digestiva

La portadora de este pequeño alimento es una fruta clásica del verano, por su propiedad refrescante, y se puede incorporar de diversas formas a la dieta.

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Una canasta de frutas.
Una canasta de frutas.

Con información de El Tiempo/GDA
La sandía es una fruta que se caracteriza por ser muy refrescante, puesto que está compuesta por más de 90% de agua, y tiene diversos beneficios para la salud. Las variedades que predominan en la producción de Uruguay son de tipo Crimson, caracterizadas por presentar la corteza rayada (en tonos de verde) y una pulpa generalmente de rojo intenso, según apuntó la Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM).

Esta fruta ayuda al organismo y a la piel a mantenerse hidratados, según Infosalus, es rica en nutrientes y una excelente fuente de vitamina C y B6. 

Aunque algunas personas consideran las semillas de la sandía como una molestia, la realidad es que estas “pepitas” también se pueden consumir, puesto que tienen varios aportes para el organismo.

Las semillas son ricas en vitaminas, minerales y ácido fólico, consignó el portal Tua Saúde. Además, posee propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, digestivas y antihipertensivas.

Trozos de sandía.
Trozos de sandía.

Estas semillas son una fuente importante de energía y son recomendadas para que las consuman personas que hacen una actividad física intensa, indica un artículo publicado en el diario La Vanguardia de España. También son ricas en proteínas, lo que permite el desarrollo muscular y regeneración de tejidos.

Además, tiene grasas saludables que regulan los niveles de colesterol en sangre y ayudan a eliminar toxinas del organismo gracias al efecto diurético y combaten el estreñimiento a través de la fibra que tienen.

Otra investigación reseñada por el medio El Universal, indicó que las semillas son una fuente de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados: con 0,3 y 1,1 gramos, respectivamente. Estos son recomendados para su consumo porque protegen contra los ataques cardíacos y los derrames cerebrales, además de reducir los niveles de colesterol LDL —también conocido como "colesterol malo"—, según la Asociación Americana del Corazón.

Por último, las semillas de la sandía también son ricas en zinc, lo que ayuda a fortalecer el sistema inmune y aporta antioxidantes que combaten los signos del envejecimiento.

Cómo consumir semillas de sandía

Para incorporar las semillas de sandía en la dieta, hay dos opciones. La primera, es tostarlas y consumirlas en un yogur o incluyéndolas en ensaladas.

Otra opción es preparar un té de semillas de sandía. La mejor forma de preparar esta infusión, según el portal Mejor con salud, es la siguiente:

  1. Poner a hervir un litro de agua
  2. Moler 40 semillas de sandía frescas
  3. Luego de hervida, apagar el fuego e incorporar las semillas
  4. Tapar la olla y dejar reposar

Se recomienda tomar una taza en ayunas y esperar 30 minutos antes de desayunar, y se deberá consumir de dos a tres veces por semana.

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