Victoria Vera Ziccardi, La Nación/GDA
Consumir semillas trae diversos beneficios, según la variedad elegida. Se trata de pequeños tesoros naturales que contienen una gran cantidad de nutrientes esenciales que promueven la salud. En concreto, las semillas de amapola se destacan por ser de las preferidas para añadir en comidas y darle un sabor y aspecto tentador a platos dulces como budines, galletas, panes y tortas, entre otros.
Conocidas científicamente como Papaver somniferum, este tipo de semilla es originaria de Asia y se ha utilizado durante siglos en la cocina y medicina tradicional. Son pequeñas, redondas y tienen un color violeta oscuro. Estas semillas han sido mencionadas en los antiguos escritos medievales de varias civilizaciones. Precisamente, uno de los textos antiguos de la civilización egipcia se refiere a ellas como sedantes; por otro lado, los antropólogos han revelado en varias ocasiones que se recopiló evidencia de que la civilización de la Edad del Bronce las cultivaba para usarlas en una mezcla de leche, opio y miel para calmar el llanto de los bebés; también se hacia uso de ellas en la medicina oriental para curar la diarrea, la disentería y la inflamación de los intestinos.
Asimismo, una de las principales motivaciones y razones por las que se destacan por sobre otras semillas, es por su alto contenido de nutrientes. Según señala la evidencia, la amapola contiene minerales esenciales que son fundamentales para el funcionamiento adecuado del cuerpo.
Existe cierto escepticismo respecto de su consumo puesto que la amapola proviene de la misma familia que los opiáceos y alegan que “consumida en grandes cantidades puede llegar a marcar positivo en una prueba de consumo de drogas”. Debido a esta controversia y a la falta de información, son difíciles de conseguir y generalmente el costo es alto. Para aclarar dudas, los encargados de la recolección y comercialización de dicha semilla están bajo una exigente normativa para que la amapola no tenga un fin distinto al de la alimentación saludable.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) determinó que las semillas de amapola no contienen alcaloides de opio pero sí pueden contaminarse como consecuencia del daño de plagas o durante la cosecha. No obstante, la licenciada en Nutrición Rocío Tordini explicó que su consumo no representa un riesgo para la salud de la población en general, debido a que el procesado de alimentos, como el lavado, remojo, molienda y la cocción pueden reducir el contenido de alcaloides en las semillas hasta en un 90%.
Beneficios de consumir semilla de amapola
Son una opción nutritiva y saludable con numerosos beneficios para el organismo. Su consumo regular puede ayudar a mejorar varios aspectos de la salud dados los componentes y nutrientes esenciales que tiene. “Las semillas de amapola presentan una gran cantidad de hierro, potasio, magnesio, calcio y ácidos grasos esenciales que además de mejorar el estado de salud en general, son esenciales para la protección del corazón”, señaló la licenciada en Nutrición Mercedes Engemann.
Son aliadas de la salud cardiovascular y de los huesos, de acuerdo con una investigación publicada en el Journal of the Science of Food and Agriculture. Tanto el potasio como el calcio predominan en las semillas de amapola; contribuyen a mantener los huesos y los dientes fuertes, y sobre todo, garantizan la buena circulación de la sangre a través de los vasos sanguíneos. “Tan solo consumir dos cucharadas de semillas de amapola nos aportan 280 mg de calcio, es decir, más que una taza de leche”, dijo Tordini.
Sumado a eso, la profesional añadió que estas semillas son una importante fuente de hierro que es necesaria para la formación de hemoglobina y glóbulos rojos. “Los nutricionistas recomendamos consumirlas con algún alimento fuente de vitamina C (como jugo de limón, naranja, kiwi, repollo) para mejorar la absorción de hierro”, resaltó.
Los datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) sugieren que una porción de 28 gramos de semillas de amapola contiene 2,25 mg de zinc, un elemento esencial que ayuda al sistema inmunológico a proteger el cuerpo contra bacterias y virus, colabora con curar las heridas y es importante para el mantenimiento de los sentidos del gusto y el olfato. Asimismo, el cuerpo necesita de dicho componente para producir proteínas y ADN.
Un estudio titulado “Composición química y estabilidad oxidativa de semillas y aceites de semillas de lino, cártamo y amapola”, afirmó la presencia de compuestos antioxidantes en la semilla de amapola y explicó que aquello contribuye a retrasar el envejecimiento celular. “Estas sustancias presentes en determinados alimentos combaten la degeneración celular y el daño oxidativo que producen los radicales libres. Es gracias a los antioxidantes que las células se protegen y disminuyen el riesgo de padecer ciertas enfermedades”, señalaron los estudiosos.
Otro beneficio destacado de su consumo es el alto contenido de fibra dietética que tienen. Según explicó Engemann, las semillas de amapola ayudan con la digestión, evitan la constipación y regulan la flora intestinal gracias a su alto contenido de fibra. Sumado a eso, la fibra de por sí es un componente vegetal que ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre y favorece la sensación de saciedad, lo que termina siendo beneficioso para quienes buscan mantener un peso saludable.
La especialista también explica que otra ventaja de su consumo es la disminución del estrés y la ansiedad ya que, al ingresar al cuerpo, la amapola actúa como un relajante del sistema nervioso. Prueba de esto es una investigación titulada “Té de semillas de amapola: breve reseña y estudio de caso”, en la que se observó de cerca a sujetos que consumieron una infusión de semillas de amapola durante semanas y que al finalizar la ingesta reportaron un aumento de sus niveles de ansiedad y estrés.
“Puede consumirla cualquier persona, pero no se recomienda hacerlo si se necesita concentrarse mucho, como en el manejo, puesto que su efecto sedante relaja el sistema nervioso. También si se consume demasiada cantidad puede generar malestar digestivo por su alto contenido de fibra”, destacó Engemann.
Respecto a su consumo, la profesional dijo que se puede consumir una cucharadita de semillas de amapola todos los días, siempre evitando los excesos. En cuanto a cómo ingerirlas, se puede hacer mediante una infusión y en todo tipo de preparaciones como panes, repostería, tostadas, yogur y licuados.
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