La Nación / GDA por Alejandro Horvat
La esperanza de vida de las personas ha aumentado de manera notable. Según la División de Población de las Naciones Unidas, la expectativa de vida a nivel mundial pasó de 46,5 años en 1950 a 71,7 en 2022 y se espera que trepe a 77,3 para 2050.
Es por eso que hoy la atención de muchos especialistas se centra en la calidad de esos años ganados. María Cecilia Ponce, licenciada en Nutrición y docente universitaria argentina, no tiene turnos disponibles en su agenda. Ella dedica su labor a la educación nutricional y al acompañamiento de pacientes en la búsqueda de una alimentación que no solo prolongue la vida, sino que garantice una vejez plena y saludable. Su enfoque integral sobre longevidad combina nutrición, genética y suplementación personalizada para mitigar los efectos del envejecimiento celular y potenciar el bienestar en cada etapa de la vida.
Ponce, entre otras instituciones, trabaja en el centro de medicina genómica preventiva Genix, donde se analiza cómo las variantes genéticas y los factores ambientales podrían influir en el desarrollo de enfermedades crónicas. Además, desarrolla planes nutricionales personalizados que buscan optimizar la salud celular y minimizar riesgos a largo plazo. Este enfoque interdisciplinario ha llevado a la especialista a convertirse en una referente en la temática. Además, dicta cursos para profesionales de la salud y comparte conocimientos basados en la evidencia más reciente en su cuenta de Instagram, que tiene 100.000 seguidores.
Uno de los pilares de su práctica es la epigenética, que estudia cómo los hábitos y el ambiente pueden modificar la expresión de los genes. Ponce destaca que, aunque no podemos detener el paso del tiempo, sí es posible ralentizar los procesos de daño celular que conducen al deterioro y al desarrollo de enfermedades.
–¿Cuáles son los pilares sobre los cuales investiga o trabaja?
–Como licenciada en Nutrición formada en la Universidad de Buenos Aires (UBA), comencé con un enfoque clásico basado en el conteo de calorías. Sin embargo, hoy me centro en paradigmas más avanzados, como la epigenética, que analiza cómo factores ambientales como la alimentación, el sueño y la actividad física podrían modular la expresión de los genes. Este enfoque permite no solo prevenir enfermedades, sino también potenciar los beneficios genéticos de cada individuo. Trabajo en un centro de medicina genómica preventiva, donde estudiamos marcadores genéticos para identificar predisposiciones a diferentes enfermedades. A partir de esos resultados, diseñamos planes alimenticios personalizados que, junto con suplementación específica y análisis bioquímicos, ayudan a prevenir y mitigar riesgos. Además, incorporamos tecnologías como balanzas de bioimpedancia [método para medir la composición corporal] y análisis del microbioma intestinal para obtener una visión integral de la salud del paciente. En resumen, mi enfoque se basa en predecir, para prevenir y personalizar. Esto significa anticipar riesgos y actuar preventivamente con estrategias de nutrición y adaptar los planes a las necesidades específicas de cada persona.
–¿Cuáles son los principales procesos biológicos que aborda para reducir el envejecimiento celular?
–El envejecimiento celular está influenciado por procesos como el estrés oxidativo, la inflamación, la glicación [reacción química en la que los azúcares se unen a proteínas, formando compuestos que dañan tejidos y aceleran el envejecimiento] y la disfunción mitocondrial, entre otros. Estos factores pueden acelerarse debido a una mala alimentación, el estrés crónico y la exposición a toxinas ambientales. Por ejemplo, la glicación ocurre cuando los azúcares se adhieren a las proteínas, lo que hace que se vuelvan disfuncionales. Esto afecta tejidos como la piel y las articulaciones, y contribuye al envejecimiento visible y funcional. A través de una alimentación baja en azúcares simples y ricas en antioxidantes, ayudamos a reducir este impacto. También podemos mejorar la biogénesis mitocondrial, promoviendo una mayor producción de mitocondrias, las “fábricas de energía” de nuestras células. Esto se logra mediante la actividad física regular, una alimentación equilibrada basada en una ventana alimentaria reducida y suplementos específicos.
–¿Qué terapias y enfoques nutricionales aplica para promover la longevidad saludable?
–Mis terapias combinan varias estrategias interrelacionadas. Primero, la alimentación de precisión, diseñada en base a análisis genéticos y bioquímicos. Esto permite elegir alimentos que no solo nutren, sino que también actúan como moduladores biológicos. Por ejemplo, incluir alimentos ricos en polifenoles, como frutos rojos y té verde, ayuda a combatir el estrés oxidativo. Las estrategias como la alimentación cetogénica, las ventanas alimentarias reducidas y la dieta que imita el ayuno han demostrado prolongar la vida en diversas especies al estimular mecanismos de reparación celular. Aunque no son aplicables a todos, pueden adaptarse según las necesidades y objetivos del paciente La suplementación es otro pilar fundamental. Desde antioxidantes hasta ácidos grasos Omega-3, seleccionamos cada componente según el perfil genético y bioquímico del paciente. Todo esto, junto con una guía sobre el manejo del estrés y la calidad del sueño, crea un plan integral para promover la longevidad.
–¿Cuáles son los principales objetivos que buscas alcanzar a través de la nutrición y la suplementación?
–El objetivo principal es mejorar la calidad de vida. Esto implica prevenir enfermedades crónicas, mantener una composición corporal saludable y ralentizar el envejecimiento celular. Más allá del peso, nos enfocamos en la funcionalidad del cuerpo: fortalecer los músculos, reducir la inflamación y optimizar la energía celular. Un ejemplo concreto es la regulación de marcadores de inflamación crónica, que está vinculada con enfermedades como la diabetes y enfermedades cardiovasculares. Con una dieta rica en alimentos antiinflamatorios, como el pescado graso y las nueces, y suplementos como la curcumina, ayudamos a modular este proceso.
–¿Qué suplementos recomienda para prevenir el envejecimiento celular y cómo se personalizan?
–Los suplementos que utilizo varían según las necesidades del paciente, pero algunos esenciales incluyen antioxidantes como vitamina C y E, minerales como zinc y selenio, y compuestos específicos como resveratrol y curcumina. Estos actúan neutralizando el daño celular y promoviendo la regeneración. La personalización se basa en análisis bioquímicos. Por ejemplo, si un paciente tiene una predisposición a deficiencias en la producción de enzimas antioxidantes, recomendaré suplementos específicos para compensar esa carencia.
–¿Las prácticas como el ayuno intermitente son recomendables solo para personas mayores o también para adultos jóvenes?
–Estas dietas pueden beneficiar a cualquier persona que busque mejorar su salud celular. En adultos jóvenes, pueden ser herramientas preventivas para reducir el estrés oxidativo y mejorar la biogénesis mitocondrial. Sin embargo, deben ser monitoreadas de cerca y adaptadas según el metabolismo y las necesidades individuales.
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